La prensa y la propaganda católica. influencia en el devenir social y político: el caso de la iglesia republicana

• Author: ANTONIO VAQUERIZO MARISCALLUIS ALONSO MARTÍN-ROMO
• Pages: 620-638

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CAPÍTULO 39

LA PRENSA Y LA PROPAGANDA CATÓLICA.

INFLUENCIA EN EL DEVENIR SOCIAL Y POLÍTICO: EL

CASO DE LA IGLESIA REPUBLICANA

ANTONIO VAQUERIZO MARISCAL

Universidad Nebrija

LUIS ALONSO MARTÍN-ROMO

Universidad Nebrija

1. INTRODUCCIÓN

Los medios de comunicación de la época, en concreto la radio y, sobre

todo, la prensa escrita jugó un papel primordial en el devenir de la guerra

civil española. En juego estaba el futuro de la contienda y desde el co-

mienzo de las misma ambos bandos en litigio utilizaron los medos para

propagar sus ideas. En el bando de los sublevados se hicieron famosos,

los discursos radiofónicos que desde Sevilla del general Gonzalo Queipo

de Llano emitía, reuniendo alrededor de los aparatos de radio a miles de

personas afines o no a sus soflamas.

Asimismo, en el bando republicano, las alocuciones radiofónicas del

elemento católico que apoyaba al Gobierno legalmente constituido se

produjeron desde los primeros instantes del golpe de estado. De gran

interés fueron las alocuciones radiofónicas de los sacerdotes Leocadio

Lobo234, Juan García Morales235 o José Manuel Gallegos Rocafull o del

político y diplomático católico y republicano, Ángel Ossorio y

234 Las reseñas en los periódicos sobre las intervenciones del Padre Lobo en la radio fueron

constantes. En el Heraldo de Madrid, 22 de septiembre de 1936, p. 8. el titular decía, " El Pa-

dre Lobo ante la emisora del partido comunista".

235 Juan García Morales, pseudónimo de Hugo Moreno, fue un asiduo de la prensa con sus

artículos en el diario madrileño el Heraldo de Madrid, en el que tenía una sección llamada

"Atisbos". El periódico El Socialista, 15 de septiembre de 1936, p. 2, se hacía eco del discurso

radiofónico del sacerdote.

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Gallardo236. El objetivo de ambos bandos era difundir al mayor número

de personas posible los motivos de la incruenta guerra civil.

Junto a la radio, el rol desempeñado a lo largo de todo el conflicto por

la prensa fue extraordinario y fundamental. Los diarios y las revistas

fueron el vehículo principal de propaganda tanto del gobierno, políticos

y la sociedad republicana, como de los sublevados. En la mayoría de los

hogares de la época no había receptores de radio por lo que las noticias

llegaban a los ciudadanos por medio de los diarios de mayor alcance.

Es indudable que la labor realizada por la prensa antes, durante y des-

pués de la guerra fue esencial para poder entender los posicionamientos

de las dos Españas. Antes de la guerra los dos principales periódicos de

derechas eran el monárquico ABC y el católico El Debate23

. Desde las

páginas de estos diarios, los partidos conservadores y católicos difun-

dieron y apoyaron las tesis y la visión que tenían de España: tradición,

orden y religión. En el polo opuesto se encontraban diarios como el He-

raldo de Madrid, el periódico con mayor tirada de la izquierda republi-

cana, o los periódicos de partido como El Socialista, adscrito al Partido

Socialista Obrero Español (PSOE) y Mundo Obrero, órgano de opinión

del Partido Comunista de España (PCE).

Todos estos periódicos tuvieron una importancia extraordinaria en un

período apasionante y sumamente convulso y que sirvieron de vehículo

de transmisión para crear una opinión sobre los acontecimientos que se

sucedieron a lo largo de tres años que duró la guerra civil española a

todos los niveles: político, social y económico. La sublevación militar

del 18 de julio no hizo sino acrecentar el papel determinante de la.

prensa. A través de sus páginas la información y la propaganda conver-

gió para que uno y otro bando difundieran por el mundo sus ideas y

expusieran los motivos de la guerra. En juego estaba el futuro de España

(Mateos Fernández, 1996).

236 Ángel Ossorio y Gallado fue un habitual de los micrófonos en los que lanzó sus soflamas

sobre la guerra. El diario madrileño ABC, 25 de agosto de 1936, p. 12, llevaba en sus páginas

el discurso pronunciado por el diplomático con un título muy expresivo: "Don Ángel Ossorio y

Gallardo demuestra que los católicos no pueden ser fascistas".

237 El ABC fue incautado durante la guerra y El Debate desapareció.