El derecho a la verdad desde la fundamentación de los derechos humanos como derechos naturales

• Author: YENNESIT PALACIOS VALENCIA
• Pages: 12-27

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CAPÍTULO 1

EL DERECHO A LA VERDAD DESDE

LA FUNDAMENTACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

COMO DERECHOS NATURALES

YENNESIT PALACIOS VALENCIA

Investigadora Posdoctoral María Zambrano

GIR Derecho de Familia y Derechos Humanos

Universidad de Valladolid

1. INTRODUCCIÓN

El derecho a la verdad es una construcción más que jurídica, social, pues

no es un derecho que se encuentre de manera exclusiva, así estipulado y

positivado, en los textos constitucionales existentes. No obstante, los

Tribunales Internacionales regionales especializados en derechos huma-

nos, han venido desarrollando una amplia jurisprudencia en este sentido.

Como explica Fajardo (2012), la verdad que toca al derecho no es úni-

camente aquella que pueda generar elementos relevantes para la aplica-

ción de las normas. Pero es con el derecho internacional de la persona

humana (derecho internacional de los derechos humanos y el derecho

internacional humanitario), a partir de los convenios de Ginebra, que se

“fue desarrollando el concepto del derecho a saber la verdad, como un

derecho individual en cabeza de los familiares de las víctimas a conocer

el paradero y la suerte de sus familiares en un conflicto armado (Primer

Convenio de Ginebra, art. 32, 1949)” (Fajardo, 2012, p. 16).

En específico, la verdad es un derecho que está íntimamente ligado al

acceso a la justicia y al deber legal de investigación, enjuiciamiento y

sanción de los trasgresores de bienes jurídicos de especial relevancia. A

la par, si se asumen los derechos humanos como derechos naturales que

no son un catálogo taxativo único e inmutable, el derecho a la verdad

puede ser interpretado también, como un derecho natural que emerge de

una conciencia colectiva, para demandar bienes primarios tras pasados

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conflictivos, donde las víctimas y la sociedad en su conjunto, exigen

saber y conocer, las circunstancias y las razones por la cuales, se come-

tieron crímenes, en tanto graves violaciones a los derechos humanos y/o

serias infracciones al derecho internacional humanitario. En suma, la

misma humanidad, en su conjunto, puede demandar conocer, por ejem-

plo, el paradero de las víctimas en dichos contextos.

La naturaleza misma de las violaciones es lo que permite que la socie-

dad, desde una faceta colectiva, exija por el daño ocasionado el derecho

a saber. En caso de guerras o conflictos armados, por ejemplo, sin ver-

dad, no podría existir el correctivo hacia los responsables y el resarci-

miento a las víctimas por la comisión de dichos crímenes, en el enten-

dido que no se sabría a quién perseguir y sancionar, ni a quién resarcir.

Por tanto, la verdad se asume como un derecho humano inalienable, que

se vincula a la obligación y el deber de los Estados de proteger y garan-

tizar los derechos humanos. Sin verdad, incluso, los procesos de justicia

transicional no serían posible, pues las exigencias de las víctimas siem-

pre apuntan a conocer a los perpetradores y las razones de la ocurrencia

de los hechos, para demandar alternativas posibles de no repetición.

Al mismo tiempo, sin verdad, no se podrían instaurar políticas de me-

moria histórica, pues no habría un pasado claro para recordar y la exi-

gencia de no repetirlo. Lo anterior, no es otra cosa que, un conjunto de

normas rectoras inspiradas en la propia naturaleza y razón humana,

como un principio de vocación universal asentado en lo que es el propio

iusnaturalismo. Lo cual adquiere sentido, en tanto los derechos humanos

son derechos naturales, están más allá de los textos, catálogos o códigos,

convertidos en derecho positivo.

A partir lo anterior, metodológicamente el texto se apoya en la funda-

mentación iusfilosóficos de los derechos humanos acudiendo al iusna-

turalismo como referente clave, fundamentando, paralelamente, cómo el

derecho a la verdad está implícitamente ligado a las ideas propuestas por

el iusnaturalismo, en tanto es un imperativo resultante de la propia razón

humana.