VAURE, Claude; El Estado Cristiano, 1626

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o máximas políticas, extraídas de las Escrituras, contra las falsas razones de Estado de los libertinos, políticos de este siglo. Tratado útil & aprovechable a todo tipo de personas, concretamente a los emperadores, reyes & otros monarcas, a sus oficiales, a los predicadores & a todos los que hablan en público. París, Martin Durant.

[1] Que los reyes son Dioses terrestres, sustitutos en el gobierno temporal de sus reinos del verdadero Rey celeste.

[3] Dudar de la verdad de esta máxima sagrada, sería contradecir al oráculo divino, publicar que San Pablo, vaso elegido, no contiene un licor infuso del santo espíritu [...].

[9] También es cierto que Dios, habiendo elegido a los reyes, les da todo lo que le es necesario, para la conducción y gobierno de

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sus pueblos, le traza los diseños de su voluntad y les prescribe el contenido de sus juicios [...].

[57] Si los reyes no están bien con Dios, es imposible que puedan gobernar bien sus reinos, ni obtener victorias sobre sus enemigos.

Los reyes que quieren gobernar sus pueblos y acaparar corona sobre corona por las máximas del mundo, sin tener en cuenta las rutas y huellas que Dios les ha enseñado no lograrán nunca nada, en tanto que se resistan [58] a las leyes escritas en las tablas de su corazón. Que hay un Dios del que depende nuestro ser, nuestra conservación, nuestro bien. Que sin Él las conquistas y posesiones son usurpaciones y tiranías [...] sería arrancar las raíces de los principios de la filosofía natural, por los cuales la ciega gentileza y el cristianismo iluminado contemplando de un mismo ojo la continuidad de las cosas creadas, han concluido que sin Dios ellas no pueden subsistir y que su subsistencia y conducta nos dirige a Dios.

[73] Los reyes deben ser tan cuidadosos de conservarse en Estado de Gracia como Dios lo ha sido al darles las pruebas de sus mandamientos, para mantenerlos.

[139] Si un príncipe católico en guerra abierta puede entregar una villa rebelde de su principado al saqueo & al pillaje, a fuego & sangre.

Dios quiere y la razón ordena, que los reyes al ser lugartenientes temporales de Dios en sus reinos, sigan en la guerra [140] las máximas que él observa al castigar a los mortales, sus súbditos rebeldes.

[141] Paralelamente, los reyes al ver a los súbditos rebeldes deben al mismo tiempo, llamarles al orden con dulzura, una, dos y tres veces, más y más, y que si como niños desnaturalizados, se endure-cen más por estos gestos paternales, la...

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