Capítulo XI. Conflictos y exclusión sociolaboral tras la pandemia por covid-19 en España y Portugal: programas socioeducativos y buenas prácticas para la inclusión

• Author: Giselle Paola Polo Amashta
• Profession: UNED-EIDUNED, España
• Pages: 161-178

CAPÍTULO XI

CONFLICTOS Y EXCLUSIÓN SOCIOLABORAL TRAS LA

PANDEMIA POR COVID19 EN ESPAÑA Y PORTUGAL:

PROGRAMAS SOCIOEDUCATIVOS Y BUENAS PRÁCTICAS

PARA LA INCLUSIÓN

CONFLICTOS Y EXCLUSIÓN SOCIOLABORAL TRAS LA PANDEMIA POR COVID19 EN ESPAÑA Y PORTUGAL...

Giselle Paola Polo Amashta

UNED-EIDUNED, España

1. INTRODUCCIÓN

La pandemia tras el COVID-19 ha incrementado las desigualdades sociales

para el acceso a servicios básicos, el cumplimiento y la garantía de derechos de la

ciudadanía, la participación social y el acceso a algunos recursos y/o programas

para el bienestar y la mejora en la calidad de vida. Si bien es cierto, antes de esta

crisis sanitaria mundial, se visibilizaban este tipo de situaciones de desigualdad que,

sin lugar a duda, generan discriminación y exclusión social, la pandemia por CO-

VID-19 comenzó a potencializar otros factores de riesgo, tales como el desempleo,

la informalidad y precaridad laboral, la crisis económica al interior de las familias

para sustentar las necesidades básicas, deterioro de las redes familiares a causa de

con ictos de comunicación, la desescolarización, brechas digitales, problemas de

salud mental, etc.

De hecho, son factores de riesgo que, desde una perspectiva estructural,

multifactorial y multidimensional de la exclusión social según Subirats (2005),

culturalmente y tradicionalmente han afectado a ciertos grupos poblacionales

(por edad, género, estrato socioeconómico, etnia, población migrante, población

LGTBI, etc.), quienes aún requieren de recursos, programas y un acompañamiento

socioeducativo, pero también de una respuesta desde políticas públicas, para ser

incluidos en todos los ámbitos de la sociedad; especialmente tras la pandemia por

COVID-19 (Polo, et al., 2023).

En el contexto de España, de acuerdo con el análisis realizado por Bacigalupe et

al. (2022), durante la pandemia se incrementó la desigualdad social en el territorio,

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puesto que las zonas de menor nivel socioeconómico se vieron más afectadas por esta

crisis, de hecho, la incidencia fue menor en barrios en donde las personas tienen un

mayor porcentaje de nivel educativo y, por ende, mejores oportunidades laborales.

Además, los riesgos comenzaron a aumentar en la medida que disminuyó el nivel de

ingresos, lo que conllevó a la privación de algunos recursos sanitarios, educativos,

psicológicos y de alimentación. La población mayor de 65 años comenzó a verse

excluida laboralmente por el cambio generado hacia el teletrabajo; reconociendo

pocas destrezas y competencias para el manejo de los recursos tecnológicos. Lo

mismo ocurrió con la población joven, puesto que no contaban con experiencias

previas que le permitieran acceder al mercado laboral y, si lo lograban, estos se

caracterizaban por ser sesgados, precarizados y mal remunerados (Morcillo, 2022).

Por su parte, en la Encuesta EINSFOESSA de 2021 realizada por la Fundación

FOESSA, cuyo objetivo es analizar la integración y exclusión social en el territorio de

España, a través de una amplia batería de indicadores, se demostró un incremento

en el índice de Gini de desigualdad, dado que en el 2018 se encontraba en 0,340 y,

tras el inicio de la crisis sanitaria, en el 2021 se registró un 0,379. Esta situación ha

afectado con mayor incidencia a los hogares con menores ingresos económicos,

ampliándose una brecha de exclusión (Fundación FOESSA, 2022).

En el caso de Portugal, Estepa et al. (2022) analizan los datos arrojados por el

Observatorio Social de la Fundación “La Caixa”, para indicar que la desigualdad

social se agudizó más de un 9% en el territorio, tras la pandemia. Además, esta crisis

sanitaria ha originado una pérdida signi cativa en los ingresos económicos.

Ahora bien, si bien es cierto, esta situación se enmarca en una perspectiva de

conflictos estructurales y exclusión social, también es importante reconocer la

trayectoria existente en términos de programas, recursos, lineamientos y políticas

para la inclusión sociolaboral, lo que ha permitido dar una respuesta emergente

a la situación, pero también una respuesta basada en acciones socioeducativas

(profesionalizadas y fundamentadas en procesos de investigación - acción), que

promuevan los itinearios para la inclusión sociolaboral, la formación ocupacional,

el fortalecimiento de competencias socioemocionales para el desempeño en el

ámbito laboral, la creación de emprendimientos, la preparación técnica, las opor-

tunidades profesionales, el acompañamiento sociofamiliar y sociocomunitario, el

trabajo en red interinstitucional, etc., desde un reconocimiento de las características,

necesidades y capacidades de la población. Esto permitirá una sostenibilidad en su

implementación y un impacto en la mejora de la calidad de vida; a partir del reco-

nocimiento y la garantía de los derechos humanos. Todo ello fundamentado desde

la Pedagogía Social como ciencia y la Educación Social como práctica y profesión,

desde su ámbito de intervención de la Educación Social Especializada, pero con una

transversalidad desde lo comunitario y, con una gran especi cidad de la inserción