Capítulo VII. La perspectiva de género y derechos humanos en los proyectos socioeducativos para la paz
| Author | Belén Berjillo Fernández y Ana Palencia |
| Profession | Fundación Mariana Allsopp-FMA, España |
| Pages | 99-116 |
CAPÍTULO VII
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y DERECHOS HUMANOS EN
LOS PROYECTOS SOCIOEDUCATIVOS PARA LA PAZ
Belén Berjillo Fernández y Ana Palencia
Fundación Mariana Allsopp-FMA, España
1. CULTURA DE PAZ, MUCHO MÁS QUE PAZ
En la mente de todos, está una idea preconcebida de: paz, guerra, con icto, de-
rechos humanos, género. Y ello, con frecuencia de manera inconsciente, condiciona
nuestra forma de entenderlos, y también de actuar.
Todas las acepciones que recoge la RAE asocian el término “paz” a “no guerra,
quietud, buena correspondencia”. Estos conceptos quedan lejos de la concepción,
incluida en la constitución de la UNESCO, “puesto que las guerras nacen en la mente
de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la
paz” y que sirven de base para la Resolución 53/243 (1999) de Naciones Unidas que
propone y quiere impulsar una cultura de paz y no violencia.
Este enfoque necesariamente nos lleva a una percepción más amplia e integral
de la paz, en la que cada persona hemos de tomar conciencia de nuestra respon-
sabilidad, y de lo que implica formar parte de un proceso participativo, positivo y
dinámico basado en el diálogo, la empatía y la cooperación.
Por tanto, cada uno, desde nuestra realidad y situación vital, podemos ser cons-
tructores de paz, procurando a todas las personas la igualdad de oportunidades y
el acceso a los recursos necesarios para vivir de forma digna. Indudablemente, por
tanto, la inclusión social y la paz están interrelacionadas, e implican integración,
cohesión y justicia social.
Desde esta perspectiva, en 2015, en la Cumbre de Naciones Unidas, se estableció
la Agenda 2030 que contiene los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que
de nen “un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad”. Todos
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ellos están interrelacionados y se retroalimentan, pero, sin duda, colaborar en la
construcción de una cultura de paz y justicia (ODS 16) contribuye a la erradicación
de las desigualdades sociales (ODS 10), a luchar por poner n a la pobreza (ODS 1)
y al hambre (ODS 2), mejorando la calidad de la educación (ODS 4) y favoreciendo
la igualdad en el acceso a derechos y recursos de las niñas y mujeres (ODS 5). En
de nitiva, promueve el bienestar y la salud integral (ODS 3).
Estos ODS centrados en la persona, se complementan con los que ponen en el
foco en el cuidado del planeta (ODS 6, 7, 12, 13, 14 y 15) y en el desarrollo y la pros-
peridad de todos los pueblos y comunidades, con un trabajo decente que impulse un
verdadero crecimiento económico (ODS 8), apostando por el desarrollo industrial
innovador (ODS 9) que construyan ciudades sostenibles (ODS 11), donde puedan
asentarse instituciones sólidas que busquen y creen alianzas que posibiliten el logro
de los objetivos (ODS 17) y un mundo más solidario, más justo y mejor para todos,
sin distinción.
La dignidad humana, el asentamiento de las democracias y la consolidación
de los Estados de derecho son imposibles sin el respeto a todos y cada uno de los
derechos humanos.
Necesariamente, en una sociedad globalizada como la nuestra, es necesario que
se universalice también el acceso a los derechos humanos, a la justicia y a la equidad.
Es tarea personal y comunitaria contribuir a la transformación de nuestro mundo,
y al desarrollo global de los valores de la justicia, la solidaridad, la paz y la igualdad
de las personas y de los pueblos.
Con independencia del compromiso personal en ello, las entidades públicas y
privadas, y en concreto, las organizaciones del Tercer Sector tenemos un compro-
miso público, fundacional y estatutario en contribuir, desde nuestro ámbito, en los
objetivos y metas de la Agenda 2030.
La Fundación Mariana Allsopp (FMA), organización privada y sin ánimo de
lucro, (creada en el año 2017 por el Instituto de Hermanas Trinitarias para consolidar y
cohesionar su acción social), es una entidad fuertemente comprometida con la digni-
dad de la persona, su identidad y libertad, en cualquier sociedad, en cualquier lugar
del mundo, y especialmente allí donde está presente y desarrollando su actuación.
Y la única forma de concretarlo y explicitarlo es, a través de proyectos sociales
en los que la calidad y la calidez vayan de la mano, el desarrollo técnico y la huma-
nización de la acción con uyan en el n único de toda actuación: la persona, su
dignidad y libertad.
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