El medioambiente como elemento del desarrollo sostenible: fundamentos y necesidades de su protección penal. Especial referencia a las islas canarias

AuthorDaniel Montesdeoca Rodríguez
Pages189-220
EL MEDIOAMBIENTE COMO ELEMENTO DEL
DESARROLLO SOSTENIBLE: FUNDAMENTOS Y NE-
CESIDADES DE SU PROTECCIÓN PENAL. ESPECIAL
REFERENCIA A LAS ISLAS CANARIAS
DR. DANIEL MONTESDEOCA RODRÍGUEZ
Profesor Contratado Doctor de Derecho Penal
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
ORCID 0000-0001-7872-6002
SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN. 2. MARCO NORMATIVO ESPECIAL. 3. CON
SIDERACIONES ACERCA DEL ECOCIDIO. 3.1 BIODIVERSIDAD Y DERECHOS
HUMANOS. 3.2 ECOCIDIO Y CAMBIO CLIMÁTICO. 4. FUNDAMENTOS Y
NECESIDADES DE LA PROTECCIÓN PENAL DEL MEDIOAMBIENTE. 5. BI
BLIOGRAFÍA.
1. INTRODUCCIÓN
El 19 de septiembre de 2021, a las 14.13 (UTC), en el punto geográco con coor-
denadas 28°3646N 17°5158O erupcionó en La Palma, una de las ocho islas más
occidentales del Archipiélago Canario, el volcán de “Cumbre Vieja”.
Arman los lugareños testigos de este incidente natural, que horas previas a la
erupción volcánica, el mundo animal se silenció. Arman a su vez los pescadores de
la zona costera más próxima, que meses atrás los peces habían desaparecido del lugar.
La Natura1, como guardiana de la vida en el planeta, mandaba estas claras señales
como advertencia y presagio del extraordinario acontecimiento natural que se acer-
caba, demostrando así toda su fuerza y viveza.
1 Termino utilizado por el naturalista Joaquín Araujo para referirse a la naturaleza desde una
perspectiva integradora. Vid. ARAUJO PONCIANO, J. (2020) Los árboles te enseñarán a ver el bosque.
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La lectura que se ha hecho sobre esto es sobre todo, como tragedia y desastre na-
tural, lógico en parte por las pérdidas económicas que ha causado. Sin embargo, no
debemos olvidar que el ser humano “es naturaleza, no convivimos con ella, forma-
mos parte de ella, y, por consiguiente, con independencia de que seamos víctimas de
sus comportamientos, también debemos entender que estos sucesos tan extremos,
son necesarios para la evolución de la vida y para la salud del planeta. Ejemplo de ello
es la formación de las Islas Canarias, que, dado su origen volcánico, siguen expan-
diéndose a través de estos sucesos cíclicos.
Esta singularidad de este archipiélago lo convierte en una de las zonas de la tierra
con mayor riqueza medioambiental y biodiversidad, y ha sido objeto de atención de
los principales investigadores de distintas materias y disciplinas.
Uno de sus máximos exponente bióticos, la ora canaria, debido a su alto valor
en el marco de la biodiversidad, ha sido profundamente estudiada desde una amplia
perspectiva. Entre sus principales valedores se encuentra el creador del jardín botá-
nico en Gran Canaria, Eric Sventenius2, convirtiéndose en el principal impulsor del
interés cientíco por la historia natural de las Canarias. Esta atención al patrimo-
nio de la Natura canaria fue consolidándose, originando una interesante producción
cientíca que llega hasta la actualidad.
La importancia de la ora endémica de Canarias tiene como esencia el hecho de
su milenaria edad. Como muestra, fósiles hallados en algunas partes del planeta, per-
tenecían a especies vegetales que son idénticas a las que actualmente se encuentran
en general en la Macaronesia, y en particular en las Islas Canarias.
Para hacernos una idea de la magnitud y potencial natural de estas especies, algu-
nos de estos fósiles tienen 20 millones de años; sin embargo, sus especies, ejemplo del
“Drago” (Dracaena Draco) o del “Pino Canario” (Pinus Canariensis), perviven en la
en la actualidad en Canarias.
En la época de los primeros poblamientos de las islas, la población indígena cana-
ria consumía de manera amplia aquellos recursos provenientes de la ora autóctona,
como por ejemplo, de las bayas del “Mocán” (Visnea Mocanera) como alimento, o
los utensilios, herramientas y armas fabricados a partir de la “Saina” (Juniperus Ca-
nariensis) y de la tea del “Pino Canario” (Pinus Canariensis)3, o las vestimentas y
2 Entre sus obras destaca especialmente su Additamentum ad Floram Canariensem, publicada
en 1960.
3 Vid. BRAMWELL, D.; BRAMWELL, Z. (2001) Flores Silvestres de las Islas Canarias. La re-
sistencia proverbial al fuego del pino canario, capaz incluso de sobrevivir a un volcán, como se acaba
de acreditar en La Palma, se vio quebrada en Gran Canaria a mediados del s. III antes de Cristo (hace
2.280 años) y la corona forestal de la isla comenzó a retroceder desde la cumbre hasta cotas cada vez
más bajas en una dinámica que se acentuó con el tiempo y que se aceleró denitivamente con la llega-
da de los europeos en el s. XV. Los pinares canarios se recuperan de las llamas en un periodo que no
va más allá de los trece años, tiempo muy inferior a la recurrencia de los incendios de origen natural,
por lo que se reponen de un fuego sin problema antes de que llegue el siguiente, salvo que medie otra
interferencia aún mayor, como una erupción explosiva. La última erupción que sufrió Gran Canaria,
la de Bandama, fue así.
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enseres elaborados desde el trenzado de las hojas de la “Palmera Canaria” (Phoenix
Canariensi s)4.
Toda esta riqueza natural debe ser protegida para preservar este inmenso legado
que nos ha dejado la Natura. Debemos aceptar que la lucha en pro del medioam-
biente no se entiende desde parámetros puramente represivos, sino que es necesario
tomar conciencia de la necesidad del empleo de políticas preventivas que indiquen
el camino para una conservación y restauración del medioambiente, y que, además,
detallen de forma objetiva las fronteras de lo lícito con lo ilícito, al objeto de que se
observen con claridad los supuestos típicos de las infracciones5.
Sin embargo, tuvo lugar 360 años después (hace 1.920 años, s. I AD) y en un lugar desde donde los
ujos piroclásticos difícilmente llegarían a la cumbre, a cinco kilómetros de la costa, donde conuyen
hoy los municipios de Las Palmas, Telde y Santa Brígida.
Fue un ciclo de incendios lo que hizo rendirse al pino canario hace casi 2.300 años y solo pudo oca-
sionarlo la mano del hombre. Es la tesis que deenden enJournal of Biogeographydoce cientícos del
Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR) y de las universidades de La Laguna, Las Palmas de
Gran Canaria, Oxford, Nottingham, Southampton y Copenhague a partir de los sedimentos recuperados
en La Calderilla (San Mateo) y La Laguna (Valleseco). El primer enclave, un cráter situado a 1.770 me-
tros de altitud, conserva una secuencia de sedimentos de carbón vegetal que habla de los últimos 4.800
años de historia de Gran Canaria, mientras que en el segundo, otra antigua caldera, a 870 metros sobre el
mar, se han encontrado granos de polen de gramíneas de hace 1.800 años; o lo que es lo mismo, el rastro
los primeros cereales plantados en la isla por los grupos bereberes que llegaron desde el norte de Áfri-
ca. Este grupo de investigadores, encabezado por Cesare Ravazzi (CNR), sostiene que esos sedimentos
acreditan que la cumbre de Gran Canaria estaba cubierta hace 4.800 por un bosque “prístino” de pinos,
adaptado a sobreponerse a incendios intensos dentro del ciclo natural de ese tipo de fenómenos, cuan-
do no media la mano del hombre. Sin embargo, en un momento situado hace 2.280 años se aprecia un
cambio en la vegetación que no explica el ciclo natural.
Desde su punto de vista, hay datos en esos sedimentos y en el registro geológico de la isla que acre-
ditan que eso puede ser reejo de que en esas fechas aparece un uso “cultural” y “recurrente” del fuego,
ligado a la agricultura y el pastoreo.
El programa estriba en que las dataciones más antiguas hechas con carbono 14 en yacimientos hu-
manos en Gran Canaria son posteriores. De acuerdo con la arqueología, el rastro directo de los primeros
pobladores de la isla se remonta al siglo III de nuestra era, una fecha que prácticamente se repite en el
resto de Canarias.
Los autores de este artículo deenden que se sus hallazgos sugieren que la gente llegó a Gran
Canaria varios siglos antes de lo recogido en los datos arqueológicos. “Parece que los incendios recu-
rrentes de tipo cultural y la ganadería impidieron a los pinares recuperarse a partir de entonces. La
presión sobre los bosques continuó, sumada a los incendios posteriores provocados por las erupcio-
nes más recientes (de hace algo menos de 2.000 años). Y, nalmente, la Conquista castellana provocó
un descenso denitivo de la corona forestal”, añaden.Eldiario.es/canariasahora. Publicado el 12 de
enero de 2022.
4 BRAMWELL, D.; BRAMWELL, Z. (2001) Flores Silvestres de las Islas Canarias, p. 24.
5 RODRÍGUEZ RAMOS, L. (1981) “Instrumentos jurídicos preventivos y represivos en la pro-
tección del medio ambiente”, Documentación administrativa, nº 190, (Ejemplar dedicado a: Ecología y
medio ambiente), pp. 457-486. En este sentido el autor arma: “Prevención y represión, en equilibrada y
armónica conjunción, han de estar presentes en la legislación ambiental que nazca o renazca como
consecuencia de la exigencia, no sólo de la realidad social y económica, sino también en este plano
jurídico de la Constitución española en su artículo 45”, p. 464.

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