El derecho, tras la virtud y la justicia

AuthorRafael Ramis Barceló
Pages157-217

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El capítulo anterior puede resumirse en los siguientes términos: si a A Short History ofEthics le sumamos la crítica al liberalismo, la fenomenología narrativa y la explicación de la filosofía de la ciencia, el resultado contiene ya todos los ingredientes para la resolución del problema planteado en el capítulo 2, acerca de cuáles eran las razones para actuar. Si aparentemente la crítica al liberalismo, la metodología de las ciencias sociales y la historia de la ética (que he estudiado por separado en el capítulo anterior) no tienen nada que ver, para MacIntyre están íntimamente conectadas de cara a la explicación de los problemas de la ética contemporánea.

Los capítulos anteriores han estado dedicados al estudio del problema de las razones para actuar, en diálogo con la filosofía contemporánea. El ámbito de discusión ha sido, hasta ahora, casi enteramente metaético: el estudio del lenguaje de la ética, la estructura de los imperativos morales y el análisis de los problemas de explicación y justificación de un discurso ético, con algunas escasas ramificaciones políticas y jurídicas.

En este capítulo intentaré exponer los puntos más importantes de tres libros y algunos otros trabajos de MacIntyre, que no sólo analizan y critican las propuestas éticas de los demás autores, sino que articulan una propuesta unitaria. En ella intenta exponer no sólo cuáles son las posibles razones para actuar, sino también por qué la Modernidad tiene problemas para aducir dichas razones, por qué existen tantos dilemas morales y por qué no hay unas doctrinas éticas compartidas. Para MacIntyre -por decirlo así- los problemas de explicación analíticos e históricos de las razones para actuar son dos caras de una misma moneda, que se examina enAfter virtue.

En esta obra se encuentra ya una explicación unitaria de los pro-

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blemas que hasta ahora se han examinado aquí por separado. Como se verá, MacIntyre cree haber podido superar la escisión entre is y ought y explicar cuáles son las razones para actuar. De acuerdo con su razonamiento, y siguiendo a Aristóteles, la estructura social da lugar a una ética y ésta a una teoría de las virtudes. La más importante de las virtudes políticas es la justicia, de manera que el profesor escocés se ve obligado a discurrir sobre ella para entender las conexiones de la ética con el derecho y la política.

MacIntyre aboga por un esquema naturalista aristotélico, en el que la conexión de la ética con la justicia desemboca en el derecho natural. Se encuentra ya enAfter virtue una primera exposición de lo que es el derecho en general y cuál es el papel del derecho natural como prolongación de una ética naturalista. La oposición entre éste y el derecho moderno y contemporáneo es un tema que empieza a tener importantes consecuencias ya en esta obra, las cuales examinaré al hilo de algunos debates surgidos a partir de After virtue.

Whosejustice? Which Rationality? es una obra que matiza y completa a la anterior. Como destaqué en el capítulo 1, la conversión al catolicismo permite que MacIntyre amplíe su bagaje aristotélico con otros autores que dialogan con el Estagirita (fundamentalmente Santo Tomás). Esta obra es una reelaboración de la teoría de la justicia y del derecho natural que ya estaba contenida enAfter virtue, con algunos importantes cambios epistemológicos.

Una vez examinados estos dos libros, en el capítulo 5 y en el capítulo 6 presentaré de manera sistemática e histórica, respectivamente, los desarrollos que MacIntyre hace a su visión de la justicia y del derecho natural. De hecho, el autor dialoga, por una parte, con los más destacados teóricos del derecho del mundo contemporáneo sobre la esencia del derecho (capítulo 5), al tiempo que estudia el derecho natural como un problema histórico, matizando de nuevo, mediante otras obras, el recorrido que emprende en A ShortHistory ofEthics y continua con Whosejustice? Which Rationality? y explica en términos agonísticos en Three rival ver-sions of Moral enquiry (capítulo 6).

Por lo tanto, los capítulos 4 a 6 constituyen un bloque que trata de reconstruir, a partir de relecturas y matices, una teoría de la justicia y del derecho. Mi labor principal será mostrar cómo se articulan estas doctrinas

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sobre una base ética y cuál es la dependencia de la ética respecto de otras disciplinas (sociología, biología, antropología, metafísica...)1

4.1. After virtue

Antes de llegar a las consideraciones sobre el derecho, conviene examinar cómo explica Maclntyre las razones para actuar. Dedicaré tres apartados a esta obra: en el primero intentaré sintetizar el fracaso del proyecto ilustrado como una incapacidad para dar a la persona de hoy unas razones para la acción. Seguidamente pasaré a exponer la solución de MacIntyre: la vuelta a Homero y a Aristóteles como base de una ética narrativa y, por último, comentaré la transición entre la teoría de la justicia y el derecho natural.

4.1.1. El fracaso del proyecto ilustrado y sus consecuencias ético-políticas

En el apartado 3.1. se ha hecho mención de la separación hegeliana de la ética de los antiguos y la de los modernos, un motivo permanente en toda la obra posterior de MacIntyre. La brecha entre ambos era una evidencia histórica, que Hegel atribuyó a la supresión de los cuerpos intermedios de la sociedad2. MacIntyre, ya en A Short History ofEthics, sigue la explicación macphersoniana: el liberalismo había diluido los lazos de solidaridad y había acabado conformando una sociedad de personas totalmente atomizadas.

MacIntyre considera en After virtue que el proyecto ilustrado ne-

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cesariamente tenía que fracasar, porque ya venía viciado desde los comienzos de la Modernidad3. La distinción entre hecho y valor (is-ought) representa un problema que muestra la escisión del sujeto, fundamentalmente en la obra de Kant. La filosofía moral kantiana, según explica el profesor escocés, sostiene dos grandes ideas: a) si las reglas morales son racionales, deben ser las mismas para todo ser racional y b) si las reglas de la moral obligan a todo ser racional, no importa la capacidad de tal ser para llevarlas a cabo, sino la voluntad de hacerlo4.

Una cosa es que el sujeto pueda conocer, y la otra su deber para actuar. No hay, por lo tanto, una dimensión objetiva de la bondad material de una determinada acción, ni un criterio de excelencia, sino más bien un a priori del deber que sólo adquiere sentido subjetivamente a través de la intención. No existe, por lo tanto, un conjunto de referentes morales hacia los que dirigirse claramente, sino sólo la buena intención que, como una joya, "brilla por sí misma". El sentido de deber en Kant no tiene, así pues, el mismo contexto que en otras épocas. Es un imperativo que se ha quedado sin referentes, desvinculado del conocimiento. MacIntyre alude frecuentemente al cambio en las expresiones valorativas que se produce en la época Moderna:

"It is thus not a timeless truth that moral otherwise evaluative conclusions can-not be entailed by factual premises; but it is true that the meaning assigned to moral and indeed to other key evaluative expressions so changed during the late seventeenth and the eighteenth centuries that what are by then commonly al-lowed to be factual premises cannot entail what are by then commonly taken to be evaluative or moral conclusions. The historical enactment of this apparent división between fact and valué was not however merely a matter of the way in which valué and morality carne to be reconceived; it was also reinforced by a changed and changing conception of fact, a conception whose examination has to precede any assessment of the modern manager's claim topossession ofthe kind of knowledge which would justify his authority"5.

La Modernidad, según MacIntyre, acaba produciendo algunos personajes característicos: el terapeuta, el gerente, y el experto en burocracia. Todos ellos son fruto del anudamiento entre la escisión del sujeto,

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la pérdida del lenguaje de la virtud y el utilitarismo. Macpherson vincula el individualismo posesivo con el utilitarismo del siglo XIX. Según Macln-tyre, este anudamiento llega hasta el siglo XX de la mano del emotivismo.

MacIntyre, por lo tanto, considera que el proyecto Moderno puede reconstruirse sintéticamente de la manera siguiente6: 1) a partir del individualismo posesivo de Hobbes y Locke, el sujeto pasa a contemplar sus derechos a la propiedad y a la libertad, pero descontextualiza sus deberes, ya que no hay un contexto compartido de creencias ni un "bien común" al que todos contribuyan; 2) En la obra de Hume no hay un bien absoluto, sino emociones y en la de Kant hay un deber que se impone como imperativo categórico, sin que exista la posibilidad de vincularlo con el conocimiento; 3) El utilitarismo acaba compendiando aspectos de ambas posturas y vincula lo bueno con lo "bueno para mí y para los demás", al tiempo que exige que haya un deber hacia su cumplimiento; 4) El emotivismo recoge buena parte de la herencia utilitarista y humeana pasando desde la obra de Moore hasta la de Stevenson7.

Se trata, según MacIntyre, de un proyecto que necesariamente tenía que fracasar, porque progresivamente dejaba sin contexto al...

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