Trabajo, profesión y ética en el ODS 8

AuthorAdriana Alfieri Casalegno
Pages131-154
TRABAJO, PROFESIÓN Y ÉTICA EN EL ODS 8
ADRIANA ALFIERI CASALEGNO
Universidad Autónoma de Aguascalientes
Las reflexiones contenidas en estas páginas tienen su origen en el
“Seminario internacional: Los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde
el Modelo de Naciones Unidas: Pensamiento crítico e interdisciplinarie-
dad” organizado por la Universidad de Huelva en la primavera de 2022. A
través de las sesiones se analizaron temas muy importantes y se ref‌lexionó
sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), mostrando los expositores
de las sesiones, en muchos casos, interesantes actividades vinculadas a
ellos, que han realizado y ahora mismo están llevando a cabo en distintos
lugares del mundo.
Esta iniciativa ha sido relevante para extender el conocimiento de los
asistentes sobre un tema de tanta importancia y favorecer, así, la difusión
hacia la ciudadanía y la ref‌lexión sobre algo que podría quedarse solamente
–como expresó una joven participante– en la observación de “cartelitos en
la pared” –ref‌iriéndose a la colorida publicidad expuesta en la Universidad
a la que asiste.
Para irnos adentrando en el tema que nos ocupará en las siguientes
páginas –las diferentes formas de trabajo y su cualidad de decente, inscritas
en el ODS 8 “Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible,
el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”1–, parece
conveniente remitirnos a su origen, es decir, al organismo multinacional
que ha hecho la propuesta y preguntarnos tanto por su viabilidad como
por el método que se ha seguido para determinarla, ponerla en marcha,
darle seguimiento, evaluar los resultados y comunicarlos a la gente de los
1 Análisis realizado por Parisotto (2014), en la época en que se estaban trabajando
las propuestas de la Agenda 2030.
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estados miembros del propio organismo. En este sentido, es esclarecedor
el texto de Gómez Gil (2018) en el que analiza estos puntos, señala algunas
críticas que se les han hecho y apunta varias contradicciones que hay al
interior de algunos países que han f‌irmado, pues en muchas ocasiones
los ODS señalan aspectos totalmente distintos a la dinámica social que
mantienen en la realidad. Debemos señalar, además, que trataremos de
poner de manif‌iesto la relación implícita que hay entre el ODS 8 y la ética
profesional y, yendo más lejos, diremos que a lo largo del texto estaremos
constantemente ref‌iriéndonos a cuestiones éticas, ya que la ética siempre
está presente (o puede estarlo) en la vida humana, pues se involucra en
todas las acciones humanas –a nivel personal e institucional–, en la toma de
decisiones que las preceden, en las intenciones que las guían, en los valores
o no que manif‌iestan, en la autonomía o heteronomía de los principios
morales con que se conducen las personas.
Con estas primeras ideas en mente, continuamos diciendo que, como en
ocasiones anteriores, la Organización de las Naciones Unidas [ONU] (2015)
se ha planteado una agenda sumamente ambiciosa para el periodo 2016-
2030, representada por los Objetivos del Desarrollo Sostenible, mismos
que tienen, a su vez, el objetivo último de “Poner f‌in a la pobreza, proteger
el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de
paz y prosperidad”2. Un objetivo impecable desde el punto de vista ético:
lo que se pretende lograr es algo bueno para la humanidad, una forma de
eliminar la precariedad que padece una inmensa cantidad de personas y
la desigualdad que lacera la dignidad humana. En este sentido, el objetivo
fundamental de la Agenda 2030 es idóneo y se puede considerar un ideal,
pero, pensando en la actual situación mundial, es posible que el recelo se
una a la esperanza: un propósito demasiado bueno para ser alcanzado.
Para ahuyentar esa idea es necesario recordar, como lo hace Savater (1993,
p. 66), algunas de las características que nos hacen humanos, una de las
cuales es nuestra perenne insatisfacción, la voluntad de la que brotan
incesantemente deseos de toda índole, entre ellos, nuestro deseo de vivir
más y vivir mejor, de tener esa buena vida humana, que solo se consigue
en la relación y complicidad con los otros3. Conscientes de este hecho, nos
damos cuenta de que sin aspiraciones, sin la pretensión de ir siempre a
más, de ser mejores y gozar cada vez de un mayor bienestar generalizado,
nosotros mismos y las sociedades de las que formamos parte se estanca-
2 La Agenda para el Desarrollo Sostenible. 17 Objetivos para las personas y para el
planeta. Puede consultarse en https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-
agenda/
3 El autor lo reitera en varios de sus libros. El que aquí mencionamos termina con
una cita de John Dewey que puede dar luz a nuestra decisión al respecto: “Las metas e
ideales que nos mueven se generan a partir de la imaginación. Pero no están hechos de
sustancias imaginarias. Se forman con la dura sustancia del mundo de la experiencia física
y social” (p. 66). Esto, creemos, equivale a decir que nos pongamos a trabajar para llevar
a la realidad el ideal de mundo y sociedad que se ha imaginado.

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