El inicio de una nueva etapa para la interrelación entre derechos, responsabilidades y deberes humanos

• Author: Emilia Bea
• Pages: 197-250

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V. EL INICIO DE UNA NUEVA ETAPA PARA

LAINTERRELACIÓN ENTRE DERECHOS,

RESPONSABILIDADES Y DEBERES HUMANOS

A pesar de que muchos signos apuntaban a la interdepen-

dencia entre derechos y deberes, tuvieron que pasar casi cua-

renta años para que la comunidad internacional empezara a

pensar en la necesidad de crear declaraciones internacionales,

paralelas y complementarias de la Declaración Universal de los

Derechos Humanos, en que las nociones de deber y de respon-

sabilidad ocuparan el papel central. En estas cuatro décadas se

produjo una importante evolución en el reconocimiento y pro-

tección de los derechos humanos que implicaba una progresiva

interacción con la dinámica de los deberes, nacida de las dife-

rentes líneas apuntadas tanto en los precedentes y trabajos pre-

paratorios de la Declaración, especialmente en las respuestas al

cuestionario de la Unesco de 1947, como en su texto definitivo

aprobado el 10 de diciembre de 1948.

Algunos de los documentos internacionales sobre deberes

humanos pretenden llegar a tener un valor jurídico, al menos

al mismo nivel de las declaraciones de derechos, y por ello

reconocen con claridad una serie de deberes, mientras que

otros restringen su alcance a un plano simbólico o pedagógico,

Emilia Bea

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tratando tan solo de replantear el papel de la responsabilidad

humana y de los valores comunitarios en la vida social. En

ambos casos, estos textos tienen la vocación de inspirar la

acción política y la práctica jurídica, a través de un impulso

ético que permita superar la órbita individualista de quien solo

se preocupa por reivindicar los propios derechos sin la debida

atención a las necesidades ajenas.

Vamos a centrarnos en algunas de estas declaraciones y, a

través del análisis de su contenido y de las iniciativas que las

impulsaron, trataremos de mostrar la evolución de las tres

líneas de desarrollo iniciadas en el marco de la DUDH, que, si

bien han experimentado importantes avances, están aún lejos

de consolidarse o de alcanzar sus objetivos. Como veremos y

adelantamos en la introducción, los diferentes documentos que

abordaremos tienen implícitas las distintas motivaciones que

van enriqueciendo la relación entre derechos y deberes, pero

cada uno de ellos se orienta principalmente en una dirección:

la Declaración Universal de los Deberes Humanos de 1987, de

Karel Vasak, promueve ante todo los deberes relativos a la

expansión de derechos; la Declaración Universal de Responsa-

bilidades Humanas del InterAction Council, de 1997, responde,

de forma singular, a la perspectiva intercultural; y la Declara-

ción de Responsabilidades y Deberes Humanos de la Unes-

co-Valencia, de 1998, propugna de modo especial la profundi-

zación en la conciencia cívica de los deberes. El panorama se

completa con la Carta Universal de los Deberes y Obligaciones

de las Personas, presentada en 2017 y entregada a Naciones

Unidas en 2018, que integra las tres tendencias.

1. LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DEBERES

HUMANOS DE 1987 DE KAREL VASAK

La primera de estas propuestas, la Declaración Universal de

los Deberes Humanos de 1987, fue impulsada por Karel Vasak,

el famoso internacionalista checo-francés, asesor de René Cas-

sin durante su etapa como secretario general del Instituto

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Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo. Sin duda,

a Vasak se le recuerda sobre todo por la división de los dere-

chos humanos en tres generaciones siguiendo el lema de los

tres ideales de la Revolución francesa «libertad, igualdad y fra-

ternidad» 365. Una teoría, la de las generaciones de derechos

humanos, que ha tenido gran predicamento por su eficacia

pedagógica, pero que va perdiendo adeptos ante el riesgo de

interpretarse como una tipología de derechos que se suceden

en el tiempo o, peor todavía, que la pretendida prioridad histó-

rica desemboque en prioridad moral, es decir, en una mayor

relevancia de los derechos civiles y políticos sobre el resto 366.

En realidad, esta clasificación de los derechos en inicio no se

concibió como un proceso cronológico o lineal, sino como una

toma de conciencia progresiva que amplía e integra nuevas

demandas sin sustituir a las anteriores, ya que, según Pérez

365 «Mientras los derechos de primera generación (civiles y políticos) se

basan en el derecho a oponerse al Estado y los de segunda generación (econó-

micos, sociales y culturales) en el derecho a exigir al Estado, los derechos

humanos de tercera generación que ahora se proponen a la comunidad inter-

nacional son los derechos de solidaridad» (K. VASAK, «La larga lucha por los

derechos humanos», El Correo de la Unesco, n.º 11, 1977, pp. 29-32). Fue en

julio de 1977, en la lección inaugural de la Décima Sesión del Instituto Inter-

nacional de Derechos Humanos, cuando Vasak expuso por primera vez la teo-

ría de las tres generaciones de derechos humanos. El autor planteaba que,

dado que los derechos civiles y políticos son los derechos de libertad, y los

económicos, sociales y culturales los derechos de igualdad, si no debería

haber derechos humanos «producidos por la evidente fraternidad de los hom-

bres y por su indispensable solidaridad, derechos que los unan en un mundo

finito». Y añadía: «Este es el sentido de los nuevos derechos de la tercera

generación». «Pour les droits de l’homme de la troisième génération», Leçon

Inaugurale, Institut International des Droits de l´Homme, 1979. Sobre el origen

de la teoría de la tercera generación de derechos humanos vid. K. VASAK,

«Revisiter la troisième génération des droits de l’homme avant leur codifica-

tion», en H. GROS, Amicorum Liber. Persona humana y derecho internacional,

Bruylant, Bruselas, 1997, (pp. 1649-1679), pp. 1649-1651.

366 Sobre los riesgos de la propuesta generacional ha alertado F. J.

ANSUÁTEGUI en «Argumentos para una teoría de los derechos sociales»,

Revista Derecho del Estado, n.º 24, 2010, (pp. 45-64), pp. 53-56.