Caminando hacia la consagración del derecho al deporte en chile, a partir de la experiencia internacional

AuthorZitlally Flores Fernández, Karel Luis Pachot Zambrana
Pages77-96
CAMINANDO HACIA LA CONSAGRACIÓN DEL DERECHO
AL DEPORTE EN CHILE, A PARTIR DE LA EXPERIENCIA
INTERNACIONAL
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Grupo de Investigación en Gestión Deportiva y Estudios Olímpicos, Chile
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Pontif‌i cia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
DOI: 10.14679/2208
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Sumario: I. Introducción. II. La experiencia internacional. III. Hacia la consagración
del derecho al deporte en Chile. IV. Referencias.
I. INTRODUCCIÓN
Referirnos al deporte nos lleva necesariamente a expandir nuestra mirada frente a una
actividad que trasciende sus límites propios relacionándose y teniendo implicancia en otras
innumerables área de la sociedad; así por ejemplo, en cuanto a su relación con la libertad,
con la educación, con normas laborales, con las organizaciones sociales, con la economía,
con evaluación de presupuestos y asignación de recursos, con infraestructura, con normas
de prácticas o regulatorias nacional e internacional, entre muchas otras cuestiones af‌i nes
con la vida diaria, y sin dudas el deporte tiene estrecha relación con su base primaria y
principal cual es la actividad física donde las personas pueden tener inf‌i nitas razones para
acercarse a ello, tal vez como actividad alternativa fuera de la rutina e ir a trotar, pasear
en bicicleta, estirarse, relajarse, compartir, disfrutar individual o familiarmente, con ami-
gas o amigos, como otra forma de llevar el día, e incluso hay quienes allí encuentra una
forma de armonizar para su cuerpo, su mente, su espíritu, con hábitos orientados hacia
la supervivencia, el autocuidado, el bienestar, pues la actividad mejora el equilibrio, la
f‌l exibilidad, la resistencia muscular, aumenta la capacidad aeróbica, disminuye el estrés,
mejora la movilidad articular, ayuda al sistema nervioso, produce activación del funcio-
namiento intestinal, mejora la circulación de la sangre, entre muchos otros benef‌i cios.
En f‌i n, reitero que razones o motivos hay inf‌i nitos según sea la percepción de cada uno,
y frente a tal asunto todo individuo de la especie humana, toda persona, sin importar su
origen, condición económica, estirpe, cualidades, edad, sexo, raza, nacionalidad y capa-
cidades, sin discriminación, tienen el derecho a realizar toda actividad física o la práctica
de algún deporte.
Desde una visión f‌i losóf‌i ca podemos reconocer en la actividad física y el deporte una
amplia riqueza de cualidades positivas para las personas, en cuanto al aprendizaje de una
Walter Melo Verdugo y Daniel Duclos Bastías
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disciplina, su metodología, su funcionalidad, su estética que, sin importar la edad, la diver-
sidad de formas, estructuras, condiciones y dimensiones de cuerpos, siempre encuentran la
vía adecuada para reforzar y enriquecer el espíritu humano, mostrando, aun cuando exista
algún grado de competencia, principios y valores que enaltecen su práctica, fortaleciendo la
plenitud del ser humano, y a veces también como herramienta para aquella población más
pobre, donde la actividad física y el deporte adquieren roles de integración y promoción
social, que incentiva una mejor salud y educación de los más jóvenes. Ayuda a dar pie atrás
a la violencia, a la delincuencia, a la drogadicción; aunque su base organizacional sea muy
humilde siempre existe quien se preocupa por sacrif‌i car espacios personales con el único
interés de que la actividad sea en benef‌i cio de los demás, y se encuentre en el deporte un
aliado poderoso que forje la templanza del espíritu, cualquiera sea la persona de que se trate.
La actividad física y el deporte también causan efectos en la economía, en la actividad
comercial, y por supuesto en el empleo, en sus más amplias concepciones y variados ám-
bitos, comenzando por conseguir y elaborar la materia prima de sus distintos elementos,
véase ropa antitranspirante, de secado rápido, antihongos, antiampollas, con f‌i ltro para
evitar el daño solar, equipos especializados, indumentaria técnica, accesorios adecuados
para la práctica, lugares adecuados, gimnasios, canchas, multicanchas, piscinas, algo así
como una concatenación desde la materia prima, el artículo terminado, su promoción,
comercialización, su oferta y demanda, y en la diversidad de bienes y servicios asociados
a la práctica deportiva por los miembros de la sociedad. Hoy es una industria que traspasa
las fronteras de la simple práctica, detrás de las actividades deportivas existen grandes con-
sorcios económicos, clubes deportivos manejados como empresas, centros de preparación,
capacitación y entrenamiento, donde la circulación comercial y monetaria representa un
incuantif‌i cable modelo económico societario de asociación y contractualismo sistémico,
promovido en espectáculos masivos, radiodifusión, emisión televisiva e internet, con un
cierto énfasis en aquellos deportistas destacados en cada una de las disciplinas de tal forma
que sus seguidores compren y usen los mismos elementos que ellos ocupan, y que les han
permitido bajo avanzada tecnif‌i cación lograr los resultados que ellos han demostrado.
Esta actividad se relaciona además, por un lado, con obras de ingeniería y construcción
adecuadas para la práctica deportiva, públicas o privadas, transformadas según la necesidad
en multiespacios para muchas actividades, y cuyo f‌i nanciamiento requiere interacción de
distintos agentes u operadores, que en cualquiera de sus etapas genera también la formación
de un verdadero mercado laboral deportivo; y por otro, ha servido como plataforma para
dar a conocer algún lugar determinado de un país, o el país mismo, sus características, su
geografía, su cultura, sus posibilidades de turismo, su capacidad hotelera, el paisaje y la
riqueza de sus tradiciones.
En otro de sus aspectos de relación, cabe mencionar que la Organización Mundial de
la Salud (OMS) dice que salud es «un estado de completo bienestar físico, mental y social,
y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades» (1946)1.
1 La def‌i nición no ha sido modif‌i cada desde que se incluyó en el Preámbulo de la Constitución de la
Organización Mundial de la Salud, adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York

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