Procesos e Iniciativas de Paz en Colombia: De los estudios de la violencia a la construcción de la paz

AuthorEduard Vinyamata i Camp, Farid Samir Benavides Vanegas
Pages15-57
© Editorial UOC 15 Procesos e In iciativas de Paz en Colombia
Introducción
Procesos e Iniciativas de Paz en Colombia:
De los estudios de la violencia a la construcción de la paz
Farid Samir Benavides Vanegas, PhD
I. Introducción
Colombia lleva en medio de un conf‌licto armado por más de sesenta años.
Algunos consideran que el conf‌licto colombiano comenzó con la muerte del
líder liberal Jorge Eliecer Gaitán en abril de 1948; otros consideran que co-
menzó con el tránsito de un gobierno liberal a uno conservador en 1946;
en tanto para otros más la fecha relevante para la comprensión del conf‌licto
colombiano es el año 1966, cuando las guerrillas liberales y comunistas con-
solidaron su proceso de unif‌icación dando nacimiento a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia FARC; f‌inalmente, para el gobierno de Álvaro
Uribe Vélez (2002-2010) en Colombia no existía conf‌licto armado, sino una
amenaza terrorista que no podía poner en cuestión la legitimidad del estado
ni de su gobierno.
Lo cierto es que el conf‌licto armado colombiano ha pasado por diversas
épocas y ha tenido diversos actores, por lo que algunos autores han preferido
hablar de las violencias de Colombia (Marcella & Schulz, 1999), por lo que es
importante no adoptar categorizaciones rígidas ni perder de vista la gran ma-
leabilidad y capacidad de reorganización que tienen los diversos actores de la
violencia en Colombia. Diferentes explicaciones teóricas han sido esgrimidas
para dar cuenta del conf‌licto, desde la teoría de Galtung sobre la violencia
estructural (Bejarano, 1995); la de Durkheim sobre la anomia (Hobsbwawm,
1976); la de Collier sobre el carácter racional de los reclamos de los actores,
conocida como la tesis de la avaricia y de los reclamos (greed and grievance)
(Guaquetá, 2003), y la de la economía del conf‌licto que reconoce que el con-
f‌licto colombiano está mediado por reclamos ideológicos y políticos, por lo
© Editorial UOC 16 El largo cami no hacia la paz
que reducirlo a una mera cuestión de guerra económica o de guerra por los
recursos es, cuando menos, equivocado (Richani, 2004). En esta introducción
nos ocuparemos de analizar algunas de estas interpretaciones, pero concen-
trándonos en aquellas que han sido de más relevancia para la interpretación
del conf‌licto en Colombia.
En el transcurso de todos estos años se han celebrado diversas negociacio-
nes de paz con los diferentes actores involucrados en el conf‌licto armado. En
la década del cincuenta, el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla (1953-
1957) tuvo dos procesos de paz con las guerrillas liberales, con el f‌in de obte-
ner su desmovilización y eliminar la violencia que se había desatado con la
muerte de Gaitán el 9 de abril de 1948 y que había producido un alto número
de víctimas, sobre todo civiles. Posteriormente, en los años ochenta se dio
una segunda ola de procesos de paz con diversos grupos guerrilleros, las cuales
terminaron en algunos acuerdos pero ninguno en la desmovilización de los
actores del conf‌licto. Solamente en la década del noventa, bajo el gobierno de
Cesar Gaviria (1990-1994) aunque como consecuencia de procesos iniciados
bajo el gobierno de Virgilio Barco (1986-1990), se dan varias negociaciones
de paz exitosas con las guerrillas colombianas. Como consecuencia de tales
negociaciones se desmovilizan los grupos guerrilleros Movimiento 19 de Abril
de 1970 M-19, una facción del Ejército de Liberación Nacional conocida como
Corriente de Renovación Socialista CRS, el Partido Revolucionario de los Tra-
bajadores PRT, el Movimiento Armado Manuel Quintín Lame MAMQL y una
facción del Ejército Popular de Liberación EPL. Hoy en día se considera que
ésta es la única negociación de paz que ha sido exitosa, pues no solo logró la
desmovilización de los actores armados, sino que abrió paso a una reforma
del estado colombiano que eliminó algunas de las razones para la violencia
de actores como el M-19. Los desmovilizados continúan hoy comprometidos
con las reglas del juego democrático e, incluso, algunos han llegado a ser
gobernadores, ministros y miembros del congreso de Colombia. Las siguien-
tes negociaciones de paz con la guerrilla no fructif‌icaron y condujeron a un
descontento y a una desconf‌ianza con las negociaciones de paz en Colombia,
como se verá más adelante.
El gobierno de Álvaro Uribe Vélez fue el resultado del desencanto con la paz
que dejó el proceso del gobierno de Andrés Pastrana Arango (1998-2002). Sin
embargo, bajo su administración se dio la desmovilización masiva de varios miles
de combatientes que formaban parte de los grupos paramilitares colombianos y
se dio comienzo a lo que se consideró como un proceso de reconciliación y de
© Editorial UOC 17 Procesos e In iciativas de Paz en Colombia
reconstrucción de la memoria histórica.3 Este ha sido un proceso que en aparien-
cia ha sido exitoso en cuanto a la desmovilización de miles de combatientes, el
juzgamiento y sanción de varios de sus líderes y la extradición de varios de ellos a
los Estados Unidos por delitos de narcotráf‌ico. Sin embargo, la presencia parami-
litar no ha disminuido en muchas zonas, nuevos grupos armados han surgido, las
víctimas no han sido indemnizadas y los derechos a la verdad y la garantía de no
repetición no parecen ser realizados con posterioridad a los acuerdos de paz del
gobierno con los grupos paramilitares. Además, las extradiciones de los líderes
de los grupos paramilitares han detenido el proceso que se estaba dando y que
estaba permitiendo que se conocieran los nexos de los grupos paramilitares con
miembros de la clase política y del propio gobierno colombiano.
Además de lo anterior, las cifras que presenta la Fiscalía General de la Nación
no dan pie para af‌irmar el éxito del proceso con los grupos paramilitares –Autode-
fensas Unidas de Colombia AUC–. Las cifras muestran un incremento de la violen-
cia y de las violaciones a los derechos humanos. Según el columnista colombiano
Alfredo Molano, “la Fiscalía General de la Nación ha documentado 173.183 casos
de homicidio y 34.467 de desaparición forzada, el desplazamiento forzado masi-
vo de 74.990 comunidades y el reclutamiento de 3557 menores de edad cometidos
por paramilitares entre junio de 2005 y diciembre de 2010. Es decir, en los últimos
cuatro años de la Seguridad Democrática. El país no se ha dado cabal cuenta de la
tragedia que hemos vivido. La cifra de homicidios casi iguala a la que los estudiosos
de la violencia en Colombia (1946-1962) han establecido para esos monstruosos
años: 20000 muertos; y el número de desaparecidos en Colombia supera el de las
dictaduras del cono sur en la década del 70, que fue de 30000” (Molano, 2011).
El nuevo gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2014), animado por los
éxitos militares no parece tener prisa por llevar a cabo un proceso de paz con
las guerrillas y en su lugar parece más conf‌iado en lograr la derrota militar
de las guerrillas. Al lado de estas medidas ha desarrollado una agenda en la
que se ocupa de la cuestión de las tierras y de la cuestión de las víctimas, pero
aún queda por ver si este gobierno continuará con las políticas del gobierno
anterior o si desarrollará políticas diferentes, abriendo paso a la negociación
con las guerrillas y a la eliminación de los grupos paramilitares. En todo caso,
3. La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación CNRR fue creada por la ley 975 de 2005
conocida como “Ley de Justicia y Paz” con el propósito de desarrollar un proceso de reconciliación
con las víctimas y de reparación por las violaciones a los derechos humanos y al derecho
internacional humanitario DIH cometidos por los grupos paramilitares.

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