La paz esquiva. Perspectivas para la paz en Colombia

AuthorEduard Vinyamata i Camp, Farid Samir Benavides Vanegas
Pages59-119
© Editorial UOC 59 La paz esquiva
Capítulo 1
La paz esquiva. Perspectivas para la paz en Colombia
Farid Samir Benavides Vanegas, PhD
I. Introducción
Colombia tiene una larga experiencia en la realización de procesos de paz.
Desde el año 1982en que el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) llevó a
cabo la primera negociación con el Movimiento 19 de abril de 1970 M-19 y con
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC hasta la negociación del
gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) con las Autodefensas Unidas de Colombia
AUC en el año 2002, los gobiernos colombianos han intentado alcanzar la paz
mediante la negociación y el diálogo. En estos veinte años de negociaciones de
paz sólo los procesos que se llevaron a cabo bajo el gobierno de Cesar Gaviria
fueron exitosos, pues éstos lograron la desmovilización del M-19; de la Corrien-
te de Renovación Socialista CRS, que era una facción del Ejército de Liberación
Nacional ELN; de una facción del Ejercito de Liberación Popular EPL; del Parti-
do Revolucionario de los Trabajadores PRT; y del Movimiento Armado Manuel
Quintín Lame (MAMQL), que era la única guerrilla indígena en Colombia. Como
consecuencia de los acuerdos de paz se hicieron reformas institucionales impor-
tantes que contribuyeron a la apertura de un sistema político que estaba cerrado.
Con posterioridad al año 2002, el entusiasmo por la paz se redujo y se
entró en una etapa en la cual hablar de paz era equivalente a apoyar la es-
trategia de los grupos guerrilleros. Bajo el gobierno de Álvaro Uribe se log
la desmovilización de los grupos paramilitares. Frente a la estrategia de ne-
gociación política de esos veinte años, el gobierno de Uribe Vélez pref‌irió
la derrota militar de la guerrilla, y fue ese sentido de superioridad militar
el que le impidió iniciar diálogos de paz con las FARC y con el Ejército de
Liberación Nacional ELN.
© Editorial UOC 60 El largo cami no hacia la paz
En este capítulo deseo analizar los diversos procesos de paz que se han he-
cho en Colombia desde 1982 hasta el año 2002, fecha del último proceso de
paz con las FARC. Aunque me ocupo de analizar el proceso de desmovilización
con los grupos paramilitares, no lo considero un proceso de paz y, por el con-
trario, encuentro que tiene más elementos en común con el proceso de entrega
de Pablo Escobar y del cartel de Medellín que con los procesos de paz del pa-
sado. En la primera parte de este texto planteo algunas cuestiones teóricas de
importancia para el análisis de los procesos de paz en general y del proceso de
paz de Colombia en particular. Para ello me baso en algunos estudios sobre la
negociación de conf‌lictos y sobre la importancia de tener en cuenta elementos
como el balance militar, la agenda de los grupos políticos, el dilema de la seguri-
dad, el papel de terceras partes, etc. En la segunda parte me ocupo de analizar
los procesos de paz celebrados en Colombia desde la perspectiva teórica cons-
truida en la primera parte.
El proceso de desmovilización con las AUC nos ha dejado lecciones impor-
tantes, como los límites planteados por el derecho internacional de los derechos
humanos y el derecho internacional humanitario, así como la importancia del
papel de la cooperación internacional para el seguimiento de los acuerdos y
para la protección de las víctimas. El proceso también nos ha dejado lecciones
importantes en cuanto a mecanismos de justicia transicional, en especial por
lo que suponen para la solución del dilema paz vs justicia. Al f‌inal me ocupo
de las perspectivas de paz en Colombia, y resalto el papel de la sociedad civil
y de los movimientos de paz no sólo para promover un acuerdo de paz entre el
gobierno nacional y las FARC y el ELN, sino para la promoción de paces locales
y para la construcción de una ciudadanía de paz.
II. Conf‌lictos armados y procesos de paz
Los estudios sobre la violencia en Colombia se ocuparon durante muchos
años de analizar las causas de la violencia con el f‌in de contribuir a la consecu-
ción de la paz en el país. Desde la perspectiva de la violentología bastaba con
conocer las causas de la violencia armada para determinar el camino a seguir en
el proceso de paz. Como se vio en la introducción, los violentólogos considera-
ban que era suf‌iciente con determinar las causas de la violencia para proceder
© Editorial UOC 61 La paz esquiva
a su solución. Desde su punto de vista, la violencia más grave, que era la vio-
lencia estructural, no era susceptible de negociación política y por tanto no era
parte de las discusiones con los actores armados. Por el contrario, la violencia
política era parte del proceso de negociación y por ello podría ser resuelto en
una mesa de negociación con los grupos armados. Desde la perspectiva de la
violentología, el espacio adecuado para la resolución de la violencia política
era una mesa de negociación, sin embargo, era poco lo que aportaban para de-
terminar cómo se lograría que los actores se sentaran a discutir una agenda
de paz y para analizar cómo se comportan en la discusión dentro de esa mesa de
diálogo (Bejarano, 1996).
La literatura sobre los procesos de negociación de paz es variada. Para algu-
nos las razones por la cuales los individuos se rebelan tienen que ver con la exis-
tencia de reclamos económicos o políticos. Ted Gurr en un texto ya clásico se
ocupaba de estudiar las razones para la acción colectiva, en especial la rebelión.
El texto de Gurr busca elaborar una teoría que dé cuenta de la violencia política.
Sin embargo, el análisis de Gurr no parte de un estudio estructural de la violen-
cia política, sino que se trata de un análisis sicologista de por qué los individuos
están descontentos con el establecimiento político y qué les conduce a hacer
uso de la violencia para alcanzar sus cometidos. Así todo parece indicar que el
mayor problema para Gurr es la motivación sicológica de los sujetos para pasar
a la acción violenta, en lugar de obtener lo que buscan por medios pacíf‌icos.
Gurr encuentra que se dan tres etapas en la comprensión de la violencia políti-
ca: el desarrollo del descontento, la politización de ese descontento, y el paso a
la acción violenta en contra de objetivos que se consideran políticos.
Para este autor, la razón principal del descontento de los individuos es la
existencia de una relativa privación de recursos económicos o políticos. Esto
es, la discrepancia entre lo que el individuo recibe y lo que considera que me-
rece recibir. Sin embargo, el concepto de Gurr no es nada nuevo y proviene de
la sociología de la desviación de los años 50 de los Estados Unidos. En efecto,
en la tipología de Merton sobre los sujetos criminales y su explicación acerca
de la criminalidad se hace la distinción entre medios legales y medios ilegales
y f‌ines del sistema y f‌ines fuera del sistema. El criminal es alguien que consigue
f‌ines del sistema, como ser rico, pero con medios ilegales. Esto es, el criminal
es alguien perfectamente socializado en cuanto a los f‌ines pero no en cuanto
a los medios. Por el contrario, el rebelde es quien no acepta los medios ni el
sistema. Pero el sujeto anómico es aquel que ya no se siente vinculado por las
normas, pues sabe que sus expectativas están por fuera de lo que es aceptado

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