Aspectos sustantivos e institucionales de las objeciones expresadas por el gobierno de los estados Unidos a la parte XI

AuthorEsther Salamancas Aguado

El 9 de julio de 1982 el Presidente Reagan anunció que Estados Unidos no firmaría la Convención. Esta decisión estaba precedida de una serie de acontecimientos que hacían presagiar su rechazo. En marzo de 1981 la nueva administración republicana surgida de las elecciones de otoño de 1980, mucho más radical que la anterior en sus posiciones, manifestó su voluntad de proceder a una revisión del proyecto de Convención88. El 29 de enero de 1982, una vez finalizada la revisión, informó de que los principales elementos de la Parte XI eran inaceptables y deberían ser negociados de nuevo durante la última sesión de la Conferencia. Para que fuese aceptado por los Estados Unidos el régimen de la Zona debía satisfacer seis objetivos:

'Will not deter development of any deep seabed mineral resources to meet national and world demand;

Will assure national access to these resources by current and future qualified entities to enhance U.S. security of supply, to avoid monopolization of the resources by the operating arm of the International Authority, and to promote the economic development of the resources;

Will provide a decision making role in the deep seabed regime that fairly reflects and effectively protects the political and economic interests and financial contributions of participating states;

Will not allow for amendments to come into force without approval of the participating states, including in our case the advice and consent of the Senate;

Will not set other undesirable precedents for international organizations; and

Will be likely to receive the advice and consent of the Senate. In this regard, the convention should not contain provisions for the mandatory transfer of private technology and participation by and funding for national liberation movements...'89

Durante el undécimo período de sesiones la delegación americana presentó una lista de propuestas ('libro verde') que no fueron aceptadas por el resto de las delegaciones90. Más tarde, con el apoyo de Bélgica, R. F. de

Alemania, Reino Unido, Italia y Japón, presentaron una lista de enmiendas que fueron retiradas por el Pleno 91. El 30 de abril de 1982 el texto de la

Convención fue adoptado por votación con el voto en contra de los Estados Unidos. La Convención fue revisada de nuevo y finalmente el 9 de julio de 1982 el Presidente Reagan anunció que no la firmaría porque no satisfacía los objetivos marcados por su Gobierno92.

Es sabido que esta decisión estaba condicionada por la fuerte presión que el sector minero había ejercido en la etapa final de las negociaciones 93. Las objeciones expresadas por los Estados Unidos afectaban a aspectos sustantivos e institucionales de la Parte XI. En el plano sustantivo, las críticas vertidas se referían, en primer lugar, a la falta de seguridad jurídica en el acceso a los recursos. Según su opinión, el régimen no...

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