Acelerar la transición ecológica: El Mecanismo de Ajuste en Frontera y la Unión Fiscal

AuthorAndoni Montes/Jorge Moreno
ProfessionUniversity of the Basque Country Ituna Center (UPV/EHU) & ICEI (UCM)/Basque Centre for Climate Change (BC3) Imperial College London
Pages245-271
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Acelerar la transición ecológica:
El Mecanismo de Ajuste en Frontera y la Unión Fiscal*
A M
University of the Basque Country
Ituna Center (UPV/EHU) & ICEI (UCM)
J M
Basque Centre for Climate Change (BC3)
Imperial College London
1. Introducción
2. La Unión Fiscal Europea antes de la pandemia
3. Herramientas para cumplir con los objetivos climáticos: la propuesta Fit for 55
4. El Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera
a. Impacto ambiental
b. Impacto económico y recaudatorio
c. Impacto redistributivo
5. Reflexiones finales
Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
El pasado mes de julio de 2021, unas fuertes lluvias en el oeste de Alemania y
el sur de Bélgica provocaron inundaciones que acabaron con la vida de más de 200
personas y causaron miles de millones de euros en daños materiales. Un informe del
Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)
publicado en agosto de 2021 alertaba de que la frecuencia e intensidad de este tipo de
eventos meteorológicos extremos irán en aumento a medida que la temperatura media
global vaya incrementándose como consecuencia de una presencia excesiva de gases de
efecto invernadero en la atmósfera (IPCC, 2021). En esta misma línea, un informe de
la Comisión Europea (CE) alertaba de que las pérdidas económicas causadas por los
fenómenos meteorológicos extremos ascienden de media a 12 mil millones de euros
al año, produciendo la alteración de las temperaturas globales las consecuencias más
graves: el incremento de la intensidad y frecuencia de eventos como las olas de calor,
los incendios forestales, las sequías o los huracanes (Comisión Europea, 2020). El
* Premio Joven Investigador del Sistema Universitario Vasco, EuroBasque 2021 FJL Universitas.
Andoni Montes y Jorge Moreno
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documento también avisaba de que, de alcanzarse el aumento previsto de la temperatura
media global de 3ºC por encima de los niveles preindustriales, las pérdidas anuales
podrían llegar a los 170 mil millones de euros al año (1,36% del PIB europeo).
Si bien el conjunto de la Unión Europea (UE) es responsable de la mayor parte
de emisiones de gases de efecto invernadero expulsadas a la atmósfera, sólo por detrás
de China, Estados Unidos e India, desde 1990 ha conseguido reducir sus emisiones
en más de un 25%, según datos de Eurostat. Cabe recordar, sin embargo, que los
efectos de las emisiones tienen un impacto global en la fluctuación de la temperatura
independientemente de dónde se hayan generado. Así pues, el carácter global del
problema crea incentivos para que determinados países no implementen políticas
climáticas, pero sí se beneficien de la reducción de emisiones lograda en otros países.
Para evitar estas dinámicas, el artículo 6 del Acuerdo de París firmado por 195 países
establece la necesidad de crear mercados de carbono internacionales que eviten las llamadas
“fugas de carbono” (carbon leakage) a través de las importaciones y permitan avanzar al
unísono en la lucha contra el cambio climático (World Resources Institute, 2019). La
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021, celebrada en
noviembre en Glasgow, Escocia, acordó, mediante el Pacto de Glasgow para el clima,
parámetros comunes de medición del carbono para garantizar que los mercados de carbono
incluidos en el Acuerdo de París tuvieran mayor “transparencia, precisión, exhaustividad,
comparabilidad y coherencia” (International Institute for Sustainable Development,
2021).
Asimismo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
ha llevado a cabo junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) un estudio para analizar
el impacto que podrían tener mecanismos como este en la reducción de gases de efecto
invernadero (IMF and OECD, 2021). Entre sus conclusiones destaca el potencial de los
mercados de carbono, siempre que se pongan en marcha de manera coordinada entre
los países emisores, y se incide en la necesidad de diálogo y transparencia en el diseño
de estos mecanismos para acomodar los diferentes contextos y puntos de partida. En la
misma línea, en julio de 2021, los ministros de finanzas del G20 también asumían en un
comunicado la necesidad de utilizar este tipo de esquemas (Italian G20 Presidency, 2021).
A día de hoy, y desde el establecimiento del Régimen de Comercio de Derechos de la
Unión Europea (ETS, por sus siglas en inglés) en 2005, las industrias de determinados
sectores que generan gases de efecto invernadero en la Unión tienen que abonar derechos
de emisión por el CO2 que liberan a la atmósfera. En cambio, si en lugar de localizar
sus procesos productivos contaminantes dentro del territorio de la UE, los ubican en
terceros países desde los que posteriormente importan sus productos, es posible que
no tengan que incluir estos costes en sus resultados económicos ni en sus precios, en
función de la normativa vigente en los países donde se hayan producido los bienes. Estas
dinámicas han sido identificadas por los productores e instituciones europeas como un

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