Introducción
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INTRODUCCIÓN
El paradigma dominante del conocimiento científico y tecnológico caracterizado por un
arquetipo de pensamiento reduccionista utilitarista y disyuntivo incide en el tipo de sociedades
y sus aspiraciones civilizatorias que bajo esta óptica privilegian las metas individuales más que
un desarrollo social colectivo en un mundo donde se comparte la misma casa y por consiguiente
el mismo destino Es necesario que la humanidad reconozca que la existencia en esta casa común
depende de un compromiso por asumir relaciones de corresponsabilidad e interdependencia
justo cuando vivimos los resabios de u na pandemia devastadora que modificó al menos en un
breve lapso nuestras relaciones con la comunidad de la vida cuyo valor intrínseco va más allá
de la utilidad que pueda aportar al ser humano y la hace poseedora del derecho a ser cuidada y
restaurada por quienes la hemos agobiado por siglos La presente obra es uno de los productos
del Proyecto de Investigación Ética del cuidado comunidades de consumo y visiones
universitarias La trascendencia del diálogo de saberes y de sentires financiado por la
Universidad Autónoma del Estado de México con registro CIC
En el primer capítulo David Velázquez e Hilda Vargas introducen al análisis del contexto
civilizatorio el concepto del Antropoceno cuyo auge dentro del ámbito académico invita a
abordarlo desde su origen en la denominada gran aceleración hasta su avance progresivo que
genera una sociedad consumista que evita a toda costa hacer una pausa para mantenerse en el
empeño de un ilusorio crecimiento y desarrollo ilimitados El acto del consumo inconsciente es
decir sin conocimiento ni interiorización de las implicaciones que este fenómeno social
inherente a la existencia individual y colectiva genera en los sistemas ecológicos ha provocado
que se rebasen los límites de seguridad planetarios para una vida próspera en nuestra Gaia Los
autores retoman los conceptos de Berry y Clarke sobre la comunidad de la vida y la alta
interdependencia y responsabilidad de la humanidad con todo el universo que invita a
trascender hacia una visión ecocéntrica más allá del anhelado biocentrismo ambientalista En
este tenor la ética del cuidado representa el marco axiológico que orienta nuestras acciones
personales y colectivas hacia la transformación de nuestras relaciones de coexistencia
al permitir a la humanidad deconstruir sus esquemas de pensamiento y visiones de mundo
centradas en el antropocentrismo la ciencia fragmentada el crecimiento y desarrollo sin
límites hacia relaciones justas y en paz con la comunidad de la vida
Aquí la Educación Ambiental adquiere un renovado protagonismo al invitar al
educando a asumir un consumo consciente que se integra por el conocimiento las emociones y
la ate nción plena Los autores revisan las distintas acepciones relacionadas con este tipo de
consumo y exploran algunas alternativas susceptibles de desarrollarse en ámbitos formativos
de la racionalidad ambiental donde se destaca la importancia de las comunidades de consumo
a través de los mercados agroecológicos como una herramienta didáctica pertinente y necesaria
para el fomento del consumo consciente que contribuye además a la promoción del desarrollo
local comunitario y sostenible
En el capítulo segundo Alexander Vásquez relata cómo el neoliberalismo ha
profundizado las dinámicas de consumo sobre los bienes comunes de la naturaleza y ha llevado
a una mercantilización de la vida en todas sus formas Las medidas totalizantes impulsadas
dentro de esta fase del capitalismo con una apuesta sobre el bienestar individual han
encontrado respuesta desde formas colectivas que enriquecen y reivindican la necesidad del
encuentro como una estrategia de fortalecer el vínculo y buscar soluciones compartidas Una de
ellas está relacionada con el consumo consciente y solidario donde grupos organizados de
personas han construido formas de acción para avanzar hacia modos de reconocer la existencia
en colectivo y la importancia de establecer lo común como un principio El autor diserta sobre
los elementos que reconocen el cuidado como práctica y saber que son dinamizados en formas
de acción colectiva alrededor de un consumo responsable ético consciente y solidario que pone
en el centro la posibilidad del encuentro lo común como escenario posible que se moviliza con
y desde un sentido de cosmunidad
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