Otras respuestas a la crisis: el reposicionamiento de la cárcel y la pena de muerte

• Author: Diego Zysman Quirós
• Pages: 71-86

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CAPÍTULO II

OTRAS RESPUESTAS A LA CRISIS:

EL REPOSICIONAMIENTO DE LA CÁRCEL

Y LA PENA DE MUERTE

1. EL SISTEMA PENITENCIARIO Y LA SOBREPOBLACIÓN

CARCELARIA

1.1. El encarcelamiento masivo

Es sabido que todos los países occidentales experimentaron en las últi-

mas décadas del siglo XX un aumento sin precedentes en el encarcelamien-

to 1. Sin embargo, el sistema penal estadounidense se ha convertido en objeto

de atención desde hace alrededor de tres décadas, en razón de su superpo-

blación carcelaria.

En efecto, Estados Unidos de América es actualmente el país que posee

mayor población penitenciaria del mundo. Durante la mayor parte del si-

glo XX la tasa de encarcelamiento había f‌luctuado levemente, manteniendo

una condición de estabilidad. Sin embargo, desde 1973 hasta la actualidad,

esta tasa se incrementó cada año. Esta tendencia se disparó desaforadamente

en la década de los noventa con un 8 por 100 de crecimiento anual, hasta

llegar a doblar la población penal estadounidense 2.

Desde hace algunos años, los Estados Unidos se encuentran en este pri-

mer puesto. Según las últimas mediciones, luego de picos más altos, hay to-

davía más de dos millones doscientas mil personas en las cárceles (2.266.832,

a 31 de diciembre de 2010), en principio, casi la cuarta parte de la población

1 CHRISTIE, Una sensata..., op. cit.; MATTHEWS, Pagando tiempo..., op. cit.; PAVARINI, Un arte

abyecto...., op. cit., pp. 135-143 y RE, op. cit., p. 2.

2 GARLAND, David, «Introduction. The meaning of mass imprisonment», en Punishment &

Society, vol 3, nro. 1, January, p. 5; WACQUANT, Löic, Les prisons de la misère, Paris, Raison d´Agir,

1999, pp. 71-73, de las que hay traducciones al castellano editadas en Argentina (2000) por ed.

Manantial y en España (2001) por Alianza. Del mismo autor, Las dos caras de un gueto, Buenos

Aires, Siglo XXI, 2010 (trad. de M. Mayer y B. Borgo Sallabardenne, M. Silva, et al.); DE GIORGI,

El gobierno..., op. cit., especialmente pp. 124-128.

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mundial encarcelada a principios del milenio (8.700.000, según los infor-

mes). A estas cifras deben sumarse otros millones que de diverso modo están

sometidos a la justicia penal mediante la imposición de otro tipo de res-

tricciones. China, que tiene aproximadamente cuatro veces la población de

Estados Unidos, ocupa el segundo lugar (con 1.640.000 presos). En este as-

pecto, lo más signif‌icativo es que en 1972 Estados Unidos tenía 96 personas

encarceladas cada cien mil habitantes, cantidad que aumentó varias veces, y

actualmente llega a 730 en nuestros días. Rusia, en tercer lugar, tiene alrede-

dor de 726.900 personas en prisión y 538 por igual número de habitantes 3.

Por ello se ha expresado de manera muy ilustrativa que Estados Unidos

tardó cien años en llegar a tener un millón de personas encarceladas y sólo

diez años más para duplicar esa cifra.

Esto ha llevado a algunos estudiosos a hablar de un fenómeno social de

«encarcelamiento masivo» y a otros, de una concepción de la cárcel como

«vertedero» de desechos. Así, Garland af‌irma que:

«Este es un fenómeno —Emile Durkheim (1933) diría un fenómeno pato-

lógico— que no tiene paralelo en el mundo moderno. Uno tiene que mirar a

China y Rusia para dar con parámetros comparables de encarcelamiento [...].

Porque es tan extraordinario, este fenómeno debe diferenciarse del encarcela-

miento tal como ocurre en otras naciones comparables. Un fenómeno extraor-

dinario de esta clase merece un nombre para sí mismo. El siglo XVII tuvo su

“Gran conf‌inamiento”, cuando los pobres y los locos de toda Europa fueron

trasladados a casas de corrección y asilos por primera vez [...]. Norteamérica

ahora tiene su “encarcelamiento masivo” —un nuevo nombre para describir un

fenómeno enteramente novedoso—» 4.

Más recientemente Simon, por otra parte, agrega:

«En su forma y su función actual, la cárcel es un espacio dedicado exclusiva-

mente a la privación de la libertad, un depósito humano o incluso un vertedero

para desperdicios sociales, donde, con el objeto de proteger a la comunidad en

general, se encierre a adultos y algunos menores cuyo único rasgo común es su

peligrosidad para la sociedad. La prisión vertedero no ofrece promesa alguna

de transformación del presidiario a través de la penitencia, la disciplina, la inti-

midación o la terapia» 5.

Este encarcelamiento masivo y sus consecuencias fueron recientemente

objeto de una profunda discusión en la Corte Suprema, en el fallo Brown

v. Plata (2011) 6, pronunciamiento que marca un antes y un después en la

3 Los datos provienen del INTERNATIONAL CENTRE FOR PRISON STUDIES, que funciona en el

King College de Londres, y están disponibles en el sitio: http://www.prisonstudies.org/info/world-

brief/wpb_stats.php?area=all&category=wb_poptotal (última visita en septiembre de 2012).

4 GARLAND, «Introduction... », op. cit., p. 5.

5 SIMON, Jonathan, Gobernar a través del delito, Buenos Aires, Gedisa, 2011 (trad. A. Boschi-

roli), p. 203.

6 563 U. S. ____ (2011).