Introducción y metodología

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El estudio de la filosofía política, en el periodo comprendido en lo que generalmente se conoce como el Antiguo Régimen francés, supone para cualquier investigador el enorme reto de querer abarcar un largo periodo de tiempo y una gran cantidad de ideas y reflexiones. El esfuerzo por concentrar en un libro de limitadas páginas el resumen de tal periodo es inmenso y conlleva los riesgos que una empresa semejante acarrea, especialmente el de poder decir algo novedoso sin incurrir en las malinterpretaciones y las tergiversaciones que forzosamente impone el echar la vista atrás a un periodo pasado y casi olvidado pretendiendo entender de antemano la mentalidad de la época. Los errores e imprecisiones que se pueden cometer son mucho más abundantes que los aciertos máxime si se comprende este periodo como lo describen Pierre Goubert y Daniel Roche, como "una especie de gran río cenagoso que arrastra aparatosos troncos muertos, amasijos de hierbas arrancadas de todas las orillas, organismos vivos de todas las edades y tamaños; que ha recogido sin grave pérdida los grandes caudales de la Edad Media, los arroyos de las épocas bárbaras e incluso del Imperio romano, sin olvidar fuentes más antiguas aún [...]"¹. Su exploración ofrece gratas sorpresas y hallazgos pero también cierta desazón al constatar la magnitud inabarcable de su tamaño y caudal. El estudio de algún elemento parcial, de esos que arrastra el río, si bien no alivia completa-

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mente la sensación sí la atenúa al constatar que la lenta deriva de sus aguas permite acceder, con cautela, hasta el mismo.

El elemento que concentra aquí la atención y que provoca una nueva aproximación es el de la noción de "soberanía", uno de esos grandes troncos que la fuerza de las aguas ha arrancado de las orillas del siglo XVI y que ha llegado hasta el día de hoy como el gran principio sobre el que se articula la filosofía política moderna. Siempre de actualidad, resulta imposible para un historiador de las ideas escu-char el término sin aplicar la estructura mental en la que nació y surgió el concepto, a pesar de su posterior evolución. La elección de tal noción como objeto de estudio está justificada precisamente por ello. Las constantes revisiones a las que se somete actualmente dicha noción tanto por la construcción de entidades políticas supraestatales como por la tensión interna de las entidades nacionales abrigan la necesidad y obligación de comprenderlo y para ello el estudio de su origen es esencial. El presente libro pretende ofrecer una ayuda y otro punto de vista a ese estudio al incluir los textos y el contexto en los que tal noción vio la luz y se desarrolló.

Así pues, la ambición de la presente obra sólo puede equipararse a otro elemento presente en el estudio y que le acompaña estrechamente: su discrecionalidad. Ambas deben ser medidas en los mismos términos y como algo tan inevitable como imposible de ocultar. Pienso, poniéndome en la situación del lector, que estas dos características resultan muy positivas y beneficiosas para el estudio de dicha noción y aunque será éste quien juzgue definitiva y soberanamente sobre la utilidad del libro es a mí a quien se deben atribuir las imprecisiones, siempre como un fallo en la ejecución del proyecto, y no al planteamiento inicial del mismo que, si pretende ser ambicioso, lo hace a riesgo de saber que no puede dejar de ser algo arbitrario. La gran virtud de este planteamiento es el de dejar más incógnitas que conclusiones y más preguntas que respuestas. Su defecto, el relegar a la oscuridad y al olvido aquellos textos y autores que no se han citado aquí. Por muy afinado que se encuentre el criterio de selección de los textos difícilmente se va a evitar el que no sea, en definitiva, arbi-

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trario ya que la riqueza, complejidad y múltiples perspectivas del concepto que aquí se pretende definir hacen que los intentos de acotarlo a las páginas de un libro sea una ardua y casi imposible tarea de condensación. De hecho, tanto el criterio de búsqueda de textos, el de selección y agrupación de los mismos, el de selección de fuentes secundarias así como la ubicación de cada texto en su capítulo correspondiente dejan un amplísimo margen para la discrecionalidad. De la misma forma, las fechas seleccionadas, los conceptos empleados en torno a los que se gesta la noción de soberanía tales como el Derecho Divino de los Reyes, el binomio administración y pueblo, el galicanismo, el richerismo, el absolutismo, constitucionalismo, las luchas entre Parlamentos y Estados Generales, las leyes fundamentales del reino y la apelación del Derecho natural o de la jurisprudencia de las sentencias forman un conglomerado cuya mera enunciación da...