La crianza positiva de los niños y niñas. Una mirada desde el ordenamiento jurídico cubano

AuthorLic. Yusmely Soto López
PositionLicenciada en Derecho-Profesora Asistente del Departamento de Derecho de la Universidad de Granma, Cuba

INTRODUCCIÓN

La obligación que se tiene con la educación de los niños y de las niñas y de las personas adolescentes lleva a la necesidad de enriquecer su formación de la mejor manera posible para lo cual es importante promover una crianza libre de violencia, enmarcada dentro de un enfoque de derechos, sin discriminaciones y con equidad de género.

La profesora catedrática de la Universidad de Costa Rica, Carballo Sonia, fundamenta que la condición propia de los infantes como personas en pleno crecimiento que dependen de personas adultas significativas como son sus madres, padres, abuelos y demás cuidadores; obliga a analizar los múltiples retos que su crianza involucra.1

Para estos seres humanos educarlos implica, de parte de las personas adultas significativas, un manejo de límites que permita una estimulación adecuada y oportuna para su desarrollo físico, emocional, cognoscitivo y social. Cada una de estas dimensiones subraya un aspecto particular del desarrollo y entre ellas hay una interdependencia considerable, por lo que cada dimensión refleja a las otras. El desarrollo humano se ha convertido en una ciencia multidisciplinaria que toma conocimientos actualizados de la biología, la fisiología, la medicina, la educación, la psicología, la sociología y la antropología.

Aunque Cuba cuenta con una Sistema legislativo de avanzada para la protección de la niñez y la adolescencia, esto no conduce de forma automática y espontánea a su cumplimiento pleno, subsistiendo prácticas de crianza violadoras de estos derechos donde el castigo físico se toma como medida correctiva para corregirlos y corregirlas.

Se exponen a continuación fundamentos teóricos que acentúan la importancia de educar a los niños y niñas como personas de derechos, en la familia, en la escuela y en la comunidad en general, así como su expresión normativa en el Ordenamiento Jurídico cubano, teniendo en cuenta la responsabilidad del Estado y la sociedad de crear y consolidar condiciones que permitan a las familias el fiel cumplimiento de los derechos de la población infantil.

Fundamentos teóricos doctrinales de una crianza positiva de los niños y niñas.

Que significa crianza positiva?

Tienes que hacerlo porque lo digo yo, y no se hable más. Y el niño no sabía si llorar o acatar con obediencia la orden de su papá, que no entendió la poca habilidad de su hijo para amarrarse los cordones de sus zapatos.

No me digas que no sabes que ya te he enseñado muchas veces, y cuando termines, acuéstate. Hoy no hay muñequitos ni aventuras, y al infante no le extrañó, pues el día anterior tampoco vio la televisión por demorarse mientras comía.

Óigame, mamá, no es fácil lidiar con su hijo. Todo lo cuestiona, quiere saber el porqué de todo lo que oriento en el aula, y dice que en su casa le explican siempre antes de pedirle que haga caso. ¿Ustedes están criando bien a su hijo? Se cree con el derecho de entenderlo todo, y hay cosas que deben hacerse según lo establecido, y ya.

¿Cómo debemos criar a nuestros hijos? ¿Cuál es el estilo de autoridad que debe primar en el hogar para lograr que, al paso del tiempo, el niño se convierta en un adulto educado, autónomo, capaz de convivir y participar en sociedad? ¿Acaso los padres saben siempre cuál es el mejor camino?.

Por lo primordial y sensible de este tema innumerables son las definiciones que explican y enfocan la crianza positiva de los niños y las niñas (seres humanos menores de 18 años), pero la mayoría de ellas coinciden en los principales aspectos que la conforman.

Para la profesora Carballo S, "una práctica de crianza positiva es permitir que los niños se relacionen con personas, plantas y cosas del mundo que les rodea para que su pensamiento lógico se desarrolle al procesar y utilizar información". 2

Para la Maestra y Psicopedagoga María José Roldán, "la crianza positiva fomenta la relación entre padres e hijos basada en el respeto mutuo, ayuda a que los pequeños se desarrollen de forma adecuada, y que además los hijos se críen para que sepan relacionarse con los demás de forma no violenta y constructiva. Donde los padres comparten una visión común: utilizar el cariño como base de la educación". 3

Para el Instituto Colombiano de bienestar familiar, "la crianza positiva busca promover un estilo de educación sin violencia, disciplina con amor y vínculos afectivos fuertes y afianzar diferentes formas para relacionarse con los niños(as) desde el reconocimiento y el afecto. En la crianza positiva ambos padres, cuidadores y agentes educativos tienen expectativas reales de lo que pasa con los niños, entendiendo que hay cosas que ellos son capaces de controlar y otras que no, que hay momentos en que los niños hacen travesuras, que no es por maldad, sino que hacen parte de su proceso de desarrollo normal y de exploración del espacio físico en el que viven" .4

Otro criterio consiste en que "la crianza positiva es educar a los hijos, siempre desde el respeto y el cariño incondicional hacia ellos, donde no falten normas y limites coherentes para que entiendan, que el mundo viene con normas y los castigos no deben estar presentes porque no son necesarios para criar niños felices. Cómo llevar a cabo una crianza positiva". 5

Consideramos entonces sistematizando todos estas razones, que cuando educamos a través de la crianza positiva, fomentamos en los niños y niñas las habilidades, capacidades y actitudes necesarias para la vida, abrimos nuestra mente a nuevas y beneficiosas formas de crianza, fragmentamos las creencias de que educar en el autoritarismo es lo mejor, damos al niño libertad de expresión. Les permitimos crecer en un hogar donde existe el amor, el diálogo abierto y el respeto, donde no tienen cabida ni los golpes ni los castigos físicos.

Modelos de crianza

Entre los modelos de crianza que podemos asumir con nuestros hijos se encuentran el autoritario, el permisivo y el democrático, y cada uno de estos permitirá formar un individuo con determinadas características en el plano individual y social.6

Muchas generaciones crecieron al amparo de una familia autoritaria, donde la dura verticalidad de los progenitores conlleva a la obediencia sin criterios, la que en algunas situaciones puede desencadenar absoluta sumisión o rebeldía. Esta manera de educar utiliza, en no pocas ocasiones, el maltrato físico y los castigos; impide la comunicación con los hijos porque el respeto a las normas se gana con imposición. Son familias en las que prima el control, pero falta el amor, o en las que no se sabe cómo demostrarlo sin perder el rol del que manda.

No pocas familias en Cuba, al igual que muchas de los niveles medio y alto de otras sociedades, adoptan el estilo de crianza permisivo, y culpan por ello al período especial. Las carencias materiales que sufrimos en esa etapa sirven de justificación para quienes, como padres, quieren que no les falte nada a sus hijos y que no les abrumen los regaños ni las reglas. La permisividad toca extremos peligrosos, pues en estos hogares no existen reglas para los pequeños.

En familias permisivas se forman individuos con bajo nivel de responsabilidad, caprichosos y exigentes para hacer siempre su voluntad. Pueden ser inadaptados en cualquier ámbito, aunque se puede lograr su inserción y entendimiento a través del trato afectivo, que no les faltó en el hogar.

Un elevado nivel de comunicación y participación en el hogar, así como la aceptación y respeto de las diferencias son elementos positivos que se...

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