Visión personal: mujeres que mueven montañas. Las mujeres trabajan para cerrar la brecha

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BOMBAY, India - Kalpana nunca había ejercido como docente ni había organizado a trabajadoras hasta que se celebró el primer seminario, en el que 16 mujeres indias aprendieron técnicas pedagógicas de participación y habilitación y tuvieron la ocasión de estudiar materiales técnicos sobre MASSO. A la conclusión de esta primera experiencia, Kalpana había acumulado la suficiente confianza en sí misma para comenzar a organizar seminarios de formación en materia de salud y seguridad ocupacional para su sindicato local. Diez meses más tarde, un segundo seminario le permitió consolidar su dominio del material técnico de MASSO y, una vez finalizado, Kalpana fue elegida para formar parte del Comité Rector para la Mujer de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITWF).

Actualmente, Kalpana organiza seminarios sobre SSO para sindicatos e imparte sus enseñanzas en estos programas. Ha asistido a un curso internacional sobre SSO de tres semanas de duración dirigido a sindicatos y celebrado en Israel, y pronunció una alocución ante 3.000 delegados procedentes de 120 países en el Congreso Mundial del Centenario de la ITWF, reunido en Londres. Entre los 84 ponentes presentes, fue una de las 4 únicas mujeres a las que se les pidió dirigirse a los asistentes. Asimismo, ha organizado a trabajadores con contrato con vistas a la revisión de sus salarios, ha participado en el 14º Congreso Mundial de la OIT sobre SSO, celebrado en España, y lleva a cabo conferencias públicas sobre el VIH/SIDA en el ámbito de su comunidad local.

La brecha entre los dos géneros en materia de seguridad ocupacional

Las mujeres representan en torno al 40% de la población activa mundial y, sin embargo, sus puestos de trabajo y los riesgos de salud y seguridad inherentes a éstos siguen sin ser estudiados en la gran mayoría de los casos. Además, los responsables de la formulación de políticas en los ámbitos empresarial y público continúan sin prestar a estas cuestiones la debida atención. El medio ambiente, la seguridad y la salud ocupacional suelen considerarse como un campo de actuación propio de varones en el que las mujeres no tienen ningún papel que desempeñar. Esta perspectiva no sólo limita la capacitación de las mujeres, sino también el impulso favorable a la obtención de soluciones eficaces a los problemas planteados en el lugar de trabajo, y altera la propia naturaleza de tales soluciones. La ecuación es sencilla: en general, si aumenta el número de personas que reciben formación y son informadas de la importancia del MASSO, las cifras y los enormes costes sociales de los fallecimientos, accidentes y catástrofes ecológicas pueden reducirse de manera significativa.

Llama la atención que las mujeres no ocupen puestos de responsabilidad en materia de toma de decisiones, tanto en los consejos de administración de las empresas como en las sedes de los sindicatos. Las trabajadoras se enfrentan a numerosos escollos: encuentran dificultades para ascender en las escalas de mando sindicales, carecen del apoyo de los dirigentes varones para la organización y gestión de cursos de formación sobre MASSO y no les resulta fácil garantizar que otras mujeres participen en este tipo de cursos. La demostración de competencias singulares y el progreso en la jerarquía de dirección de los sindicatos suelen provocar los celos de sus compañeros. Hay ocasiones en las que deben superar obstáculos puestos en su camino cuya existencia obedece únicamente a su condición de mujeres. Como consecuencia, las trabajadoras se sienten a menudo intimidadas cuando deben abordar cuestiones técnicas de salud y seguridad, sobre todo si se encuentran frente a un grupo de trabajadores varones.

La falta de participación de las mujeres en la formulación de soluciones que afectan a su salud se ve agravada por su frecuente reticencia a formar parte de comités oficiales de salud y seguridad en el trabajo. Creen que carecen de las destrezas y conocimientos técnicos esenciales, y con esta opinión refuerzan el círculo vicioso de baja autoestima y sentimientos de incompetencia.

La OIT es consciente de que, para que se produzca un verdadero cambio, los profesionales de la salud y la seguridad deben aclarar aspectos técnicos, capacitar a los trabajadores, centrarse en riesgos específicos de las tareas desempeñadas por las mujeres en sus puestos y animar a los sindicatos a constituir comités para asuntos de la mujer y a procurar la participación de éstas en los comités de salud y seguridad. Esta opinión es resultado del reconocimiento de que los riesgos de salud y seguridad que afectan a las mujeres en los puestos desempeñados por éstas difieren de los que atañen a los hombres. Por ejemplo, puesto que las herramientas y los equipos de protección personal (EPP) se diseñan para hombres, las mujeres suelen enfrentarse a situaciones en las que su tamaño convierte a estos útiles en instrumentos ineficaces, lo que eleva el riesgo de lesión o enfermedad. Además, la ausencia de estudios sobre los efectos de la exposición propios de las mujeres crea una brecha entre los géneros en materia de salud y seguridad que deja a las mujeres en una condición de innecesaria vulnerabilidad frente a dicha exposición.

De Nueva Delhi a Manila: globalización del MASSO de las mujeres

En un intento de reducir las barreras a la participación de la mujer en la salud y la seguridad en su lugar de trabajo, la OIT patrocinó una serie de seminarios con la ayuda de una subvención concedida por el gobierno noruego. El éxito del primer seminario celebrado en Nueva Delhi, India, en 1993, dio lugar a efectuar otros en India y Filipinas e inspiró la formulación de programas sindicales de seguridad encaminados a apoyar y aprovechar la participación de la mujer en estas iniciativas en el lugar de trabajo.

Hasta la fecha, la propuesta de la OIT ha permitido impartir formación a unas 60 sindicalistas de Filipinas e India en materia de gestión de seminarios de salud y seguridad para sus respectivas organizaciones. La repercusión de la acción de estas mujeres ha sido enorme, ya que han continuado formando a varios cientos de trabajadores en cuestiones relacionadas con la salud y la seguridad. Se han ganado el apoyo de sus jefes, en su mayoría varones, en el ámbito de la empresa y la actividad sindical y, como consecuencia, han seguido organizando sus propios seminarios de formación. Además, por si no fuera suficiente, algunas han optado por emprender otras iniciativas en materia de salud dirigidas a su comunidad, cuyo efecto alcanza a miles de personas más.

"No quiero que mi hija crezca sintiéndose inadecuada y escasamente instruida como me ha pasado a mí. Quiero que sienta que controla su vida. Por eso deseo adquirir estas nuevas destrezas y seguir esta dirección."

Sindicalista filipina

Estos seminarios de "formación de formadores" ayudaron a las mujeres a comprender la importancia de su papel en sus sindicatos y su potencial para convertirse en agentes de cambio. Al fomentar la colaboración y la creación en las aulas un ambiente de apoyo mutuo, los seminarios capacitaron a las mujeres para desempeñar sus funciones recién adoptadas sobre la base de las destrezas específicas que acababan de adquirir.

"No quiero que mi hija crezca sintiéndose inadecuada y escasamente instruida como me ha pasado a mí. Quiero que sienta que controla su vida. Por eso deseo adquirir estas nuevas destrezas y seguir esta dirección." Esta convincente afirmación revela la motivación que subyace al deseo de una sindicalista filipina de convertirse en instructora de su sindicato en materia de MASSO.

La asistencia a los seminarios exigió de las participantes que abandonaran sus hogares y puestos de trabajo para desplazarse al lugar de celebración y permanecer en éste al menos durante una semana. La creación de un fuerte sentido de la solidaridad en el seno de cada grupo de alumnas llevó tiempo y fue el resultado de días y noches juntas. Muchas mujeres no habían hablado en público nunca ni habían ejercido como docentes y, algunas, no habían viajado solas o tan lejos con anterioridad. A pesar del estrés cultural y personal que esta iniciativa representaba, ninguna abandonó el programa y todas las barreras acabaron superándose.

Ver y oir como las demás participantes abordaban cuestiones técnicas resultó extremadamente eficaz para las alumnas asistentes. Les permitió adquirir la necesaria confianza en sí mismas para hacer frente a grupos compuestos en exclusiva por trabajadores varones o por hombres y mujeres. El aula se diseñó para constituir una "zona de seguridad" con las participantes como responsables. Se les animó a utilizar el espacio reservado para la docencia como considerasen oportuno. Por ejemplo, las alumnas decoraron las paredes de sus aulas con "mapas de riesgos" en los que se describía visualmente la localización de diversos riesgos en sus respectivos lugares de trabajo.

Utilizando técnicas de participación y los principios de la "educación para una consciencia crítica" de Paulo Freire, las alumnas se sometieron a un proceso consistente en relacionar lo que se debatía y practicaba en las aulas y en el lugar de trabajo con sus propias experiencias vitales. A diferencia del aprendizaje basado en las clases magistrales, este proceso de consolidación de la conciencia permitió a las alumnas comprender el modo en que los riesgos medioambientales y propios del lugar de trabajo pueden afectarles personalmente y a sus familias, así como reforzar su confianza para afrontar de una manera creativa la resolución de los problemas. Resultó igualmente importante que el proceso permitiera a las alumnas mejorar el conocimiento de la dinámica de grupos y adquirir las destrezas necesarias para colaborar eficazmente con sus compañeros y susceptibles de utilización para alcanzar los objetivos de una mayor sensibilización respecto a los problemas de medio ambiente, salud y seguridad en el lugar de trabajo. En las aulas, las trabajadoras se beneficiaron al poder poner en práctica su papel como formadoras en materia de MASSO frente a una audiencia plenamente dispuesta a ayudar. Este ejercicio resultó ser un elemento esencial para consolidar su autoconfianza y generar resultados positivos.

De "cero a la izquierda" a "ciudadana ejemplar" de Bombay

Desde sus inicios como "cero a la izquierda", según su propia descripción, Kalpana, una empleada de informática en el puerto de Bombay, no ha dejado de procurar el progreso del Sindicato de Trabajadores Portuarios y del Transporte y de la ciudad de Bombay. Ha soportado una pesada carga como mujer activista en su sindicato. Emprendió una iniciativa individual para organizar puertos sin presencia sindical. Al hacer lo que otros miembros de su sindicato no habían intentado, se le impusieron diversos calificativos, su actitud se consideró un escándalo y su reputación quedó en entredicho. Sin embargo, es una pionera y siguió su camino. El 1 de febrero de 2000, la Corporación Municipal la reconoció como "Ciudadana Ejemplar de Bombay", título que le fue entregado por el alcalde de la ciudad en su residencia oficial.

Kalpana y sus compañeras han demostrado su transformación en motivadoras y transmisoras de información sobre MASSO y han generado un efecto multiplicador. Las experiencias de formación de trabajadoras en Filipinas arrojaron resultados similares.

Un grupo de mujeres puede acabar formando, literalmente, a miles de trabajadores. En los países industrializados, los resultados coinciden. A la Sra. LaVerne, una trabajadora de Estados Unidos que presta sus servicios en una compañía de gas, se le solicitó que diera respuesta a las quejas de facturación de los clientes con una media de una llamada telefónica cada minuto sin dejar de adoptar una actitud amable en todo momento. Fue enviada por su sindicato a un seminario de formación de formadores en materia de SSO. La instrucción, la práctica y un entorno favorable reforzaron su confianza en sí misma, y la Sra. LaVerne pasó a ocupar el cargo de Directora Nacional de Formación para el departamento de SSO de su sindicato. Actualmente, la Sra. LaVerne dirige un Centro de Salud Ocupacional responsable de toda una ciudad, y sigue siendo amable.

Contra las barreras, posibilidades infinitas

Los éxitos de estas mujeres han servido de inspiración para emprender iniciativas relacionadas con las trabajadoras en otros ámbitos. En Brasil, por ejemplo, a las mujeres que hayan enviudado a causa de accidentes laborales se les brindará la oportunidad de convertirse en motivadoras y transmisoras de una cultura de la seguridad en los emplazamientos de obras de construcción, obteniendo por su actividad la remuneración del sindicato de construcción civil. Este programa mitigará asimismo la pobreza en la que suelen quedar sumergidas las viudas por accidentes de trabajo, que pueden acabar marginadas por su condición, hundiéndose en el consumo abusivo de drogas y en la prostitución y, en ocasiones, arrastrando a sus hijos en su caída.

En cambio, a las participantes en este programa se les animará a asistir a cursos de formación de alfabetización realizados en el lugar de trabajo basados en iniciativas de salud y seguridad en el trabajo, así como a seminarios de formación en los que podrán debatir las políticas de prevención, rehabilitación y reinserción laboral y el acceso a servicios de tratamiento.

Este no es sino un ejemplo más de una vía innovadora para ofrecer a las mujeres que viven situaciones límite un nuevo futuro, en el que puedan pasar del aislamiento que genera una versión más de la brecha existente entre los dos sexos en materia de seguridad en el trabajo, a la adopción de un nuevo sentido de solidaridad con otras personas que se enfrentan a una situación similar. En Filipinas, las alumnas de este tipo de cursos ilustraron dicho sentido de solidaridad mediante dibujos impactantes en los que se mostraban a sí mismas y a mujeres sindicalistas de otros continentes conectadas por un cordón umbilical imaginario. Muchas de las tituladas en seminarios de la OIT han mantenido contacto con sus compañeras de clase. En la aldea global, las experiencias y los éxitos de un grupo de trabajadoras pueden repercutir directamente en las vidas de otros. No cabe duda de la existencia de un cordón umbilical invisible entre estos grupos de mujeres que alimenta sus esfuerzos y anima a compañeras activas en lugares remotos con las que probablemente nunca coincidirán. Las barreras abundan, pero las posibilidades parecen infinitas..

Ellen Rosskam, MPH, Programa SafeWork de la OIT

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