Los valores de los inmigrantes Marroquies en la Comunidad de Madrid

AuthorOctavio Uña - Miguel Clemente - Pablo Espinosa - Mercedes Fernández Antón
ProfessionCatedrático de Sociología. Universidad Rey Juan Carlos - Universidad de La Coruña - Universidad de La Coruña - Universidad Complutense de Madrid
Pages59-77

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Ver nota 1

1. Introducción: la inmigración como elemento de riqueza y de tensión social, y como manifestación cultural

La inmigración es un arma de doble filo. Las personas que deciden asentarse en un país distinto al suyo, y en este caso en la Comunidad de Madrid, enriquecen culturalmente nuestra Comunidad, además de suponer un beneficio económico desde múltiples puntos de vista (cotizaciones a la Seguridad Social y aseguramiento de futuras pensiones, incremento del consumo, rejuvenecimiento de la población...); y lógicamente, presentan

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también un problema de mutua adaptación, tanto de las poblaciones emigrantes en sí (pérdida de identidad, ruptura de las familias, idioma...) como de las comunidades que reciben a los emigrantes, en este caso los madrileños (saturación de servicios educativos, de servicios sociales y sanitarios, posible incremento de la inseguridad y de la delincuencia...).

Se trata por lo tanto de lo que desde las Ciencias Sociales identificamos como un problema social. Y todo problema social posee elementos subjetivos y objetivos, si bien suele existir casi siempre una base objetiva, que se manifiesta en forma de estadísticas, sobre todo de personas que llegan a establecerse a un territorio partiendo de otro país (véase Clemente, 1996). En el caso de la población que nos ocupa en este informe, los marroquíes, las cifras indican que si bien el número de los que residen en la Comunidad de Madrid ha descendido al tercer puesto (los rumanos y los ecuatorianos les han quitado la posición de "cabeza" que tenían hace unos años), su importancia numérica es considerable. Por otro lado, subjetivamente, para la cultura española el emigrante de países árabes se percibe como más distante y distinto a nuestra propia cultura, por lo que nos encontramos por lo tanto con los dos elementos comentados, el objetivo y el subjetivo, identificadores de la existencia de un problema social.

Las cifras indican que a 31 de marzo de 2007, había en España 576.334 marroquíes en situación legal y 274.016 afiliados en la Seguridad Social. Por diversas razones laborales y familiares, se ubican en las grandes ciudades como Barcelona (99.196; 20,20%), Madrid (59.157; 12,05%), o Murcia (48.506; 9,88%). Las mujeres representan una proporción de un 35,54% del colectivo marroquí con una media de edad de 28 años. Había también, a finales de 2005, 2.289 estudiantes marroquíes con tarjeta vigente de autorización por estudios (frente a 3.374 en 2004). Todos estos datos se pueden consultar en la base de datos del Instituto Nacional de Estadística, así como en trabajos como los del Centro de Documentación sobre Migraciones del Colectivo Ioé y la Asociación Nexos (2004), el propio Colectivo Ioé (2002), el trabajo de la Comunidad de Madrid (2006), la recopilación de López-García, B. & Berriane (2004), o el estudio de Metroscopia (2007). Además, en todos los trabajos citados existe una buena recopilación bibliográfica sobre el tema.

La inmigración siempre representa un impacto para el país de acogida, que afecta a la actividad económica y a las relaciones sociales. Marruecos, vecino incómodo para España a lo largo de sus respectivas historias es, en estos momentos, uno de los países con más actividad migratoria hacia el continente europeo, quedándose muchos marroquíes por cercanía y raíces

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históricas en suelo español. Como acabamos de comentar, esto se ha modificado con la llegada masiva de inmigrantes latinoamericanos (sobre todo ecuatorianos) y europeos de países del este (sobre todo rumanos). La cultura es la base sobre la que un pueblo construye su identidad, tanto en los límites territoriales de sus fronteras como en la actividad migratoria. El hombre emigrante no sólo busca una mejor calidad de vida, más oportunidades o, simplemente huir de una realidad social que no le satisface. También es portador de un acervo cultural que lleva allí donde se asiente (Pu-mares, 1993, 1996a, 1996b). Habitualmente se identifica esta cualidad con el idioma, verdadera barrera de relación personal; pero se ha demostrado que, a la larga, la lengua materna no constituye un obstáculo, sino más bien una posibilidad, por el esfuerzo intelectual que debe hacer el emigrante por comprender y expresarse en una nueva lengua. Más bien, el obstáculo podemos hallarlo en la identidad cultural del individuo. No podemos olvidar que la cultura modela el comportamiento humano desde el mismo nacimiento de éste. Y que las costumbres, usos y modos, pueden establecer abismos casi inabarcables entre distintas culturas. En esta situación, los inmigrantes de Marruecos buscan acomodo en una sociedad que se siente vulnerada en su estructura social básica, por la presión continuada de una inmigración -legal e ilegal- que no se sabe cómo frenar (el trabajo de Vidal y Clemente, 2000, es aclaratorio al respecto). Si algunas fuentes cifran en tres millones de inmigrantes -en el conjunto internacional- los que han entrado en los últimos diez años, otras afirman que en los próximos diez años se incrementará la población inmigrante en cerca de diez millones de personas, lo que representaría casi la cuarta parte de la población total de España. Todo ello contribuye a que los marroquíes sean los inmigrantes peor considerados en España, dato que ya las encuestas del CIRES de 1993 comenzaron a poner de manifiesto, y a que sean percibidos negativamente incluso en comunidades autónomas que apenas reciben inmigrantes.

Pero a nosotros nos interesa en particular la cultura, y fundamental-mente la perspectiva de la misma que se deriva de la teoría de las dimensiones culturales de Hofstede. Este autor, antropólogo, determinó que toda cultura se puede definir de acuerdo a su puntuación en cinco dimensiones, que son las siguientes: distancia jerárquica, individualismo versus colectivismo, masculinidad versus feminidad, evitación de la incertidumbre, y orientación a largo versus a corto plazo. Hofstede (1980, 1983a, 1983b, 2001, 2004) utilizó una muestra de trabajadores de la empresa IBM, inicialmente de 40 países y 3 continentes. Ya en 2001 la muestra abarcaba 74 países de todos los continentes, si bien a día de hoy el continente africano sigue estando subrepresentado.

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La idea de Hofstede es que cada cultura se identifica por una serie de valores, que serían en su caso las puntuaciones en cada una de las dimensiones citadas. El concepto de valor es básico en Psicología Social; así, por ejemplo, para Ros (1993) "los valores son constructos que expresan la relación estable e integral entre el individuo y la sociedad"; para Morales (2000), por otra parte, "son principios amplios y generales que sirven de base a las creencias", o para Schwartz (2001), "su agrupación genera motivaciones, que son agrupaciones de valores".

En nuestro caso, hemos querido verificar cuáles son los valores de los inmigrantes marroquíes. Y para ello hemos utilizado la teoría sobre las dimensiones de la cultura y los estudios sobre valores ya mencionados, así como aquellos trabajos que han estudiado en concreto los valores de la población musulmán, marroquí o emigrante en general. Con respecto a esta última cuestión, y además de los excelentes trabajos de Pumares ya citados, han sido de gran valor las investigaciones de Aparicio (2004); Calatrava & Marcu (2006); Comisión Islámica de España (2008); El Ayadi, Tozy & Rachik (2007); El Níe (2007); Nava (2006); Uña (2006); Veredas Muñoz (1999), entre otras.

Por otra parte, queremos destacar que este equipo investigador posee experiencia en la realización de trabajos de ámbito cultural, como se puede comprobar en los siguientes trabajos: Gouveia, Albuquerque, Clemente & Espinosa (2002); Gouveia & Clemente (1998); Gouveia & Clemente (2000); Gouveia, Clemente & Espinosa (2003); Gouveia, Clemente & Vidal (1998); Vidal, Gouveia, Clemente & Espinosa (2003).

2. Investigación empírica
2.1. Objetivos

El objetivo de esta investigación es el de comprender la forma de entender y ver la vida, es decir, la cultura, de los inmigrantes marroquíes residentes en la Comunidad de Madrid, y determinar específicamente cuáles son dichos valores.

Es preciso reconocer, sin embargo, que este estudio va a referirse a un colectivo que, desde un punto de vista psicosocial, presenta una diferenciación importante tanto con otros colectivos como con los madrileños y los españoles en general. De hecho, según la bibliografía existente, podemos detectar discrepancias tales como:

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· Una forma diferente de entender las relaciones interpersonales.

· Una conceptualización distinta de la familia y de las relaciones de pareja.

· Un autoconcepto muy distinto, donde conceptos como el honor, el respeto o la amistad adquieren dimensiones distintas.

· Una forma distinta de entender las relaciones laborales y la jerarquía dentro de dicho universo.

· Una forma distinta de plantearse el futuro y el presente.

· Una forma distinta de conceptualizar las creencias y los valores, aceptando de distinta manera formas ambiguas de percibir la realidad.

2.2. Metodología

Para poder conseguir el objetivo de identificar los aspectos importantes a testar, comprendiendo los valores, actitudes y motivaciones del colectivo de marroquíes asentado en la Comunidad de Madrid. Para ello se creó en primer lugar un guión de entrevista abierta semiestructurada, basándose en la literatura existente. Una vez analizadas las 12 entrevistas abiertas a varones y mujeres, jóvenes y personas de edad adulta, se procedió a seguir una metodología de encuesta, accediendo a...

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