Mucho trabajo y poco salario. Perspectiva internacional de los trabajadores del cuidado

AuthorSilke STAAB,Shahra RAZAVI
Published date01 December 2010
Date01 December 2010
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2010.00095.x
Revista Internacional del Trabajo, vol. 129 (2010), núm. 4
Derechos reservados © Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD), 2010
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2010
Mucho trabajo y poco salario.
Perspectiva internacional
de los trabajadores del cuidado
Shahra RAZAVI* y Silke STAAB**
Resumen.Las autoras definen el trabajo de cuidado remunerado y explican por qué
ha pasado a ser un campo importante para la investigación y la política. Basándose
en análisis internacionales y nacionales de varias ocupaciones, ponen de relieve tres
conclusiones. Primera, la situación laboral de estos trabajadores es, a menudo, un re-
flejo de las circunstancias y los problemas propios del mercado de trabajo del país.
Segunda, la función del Estado en tanto que empleador del sector está cambiando
porque cada vez se subcontratan más labores. Tercera, los regímenes de política so-
cial también conforman las oportunidades y las condiciones laborales del sector. Es
de prever que los trabajadores y las personas que reciben la atención salgan benefi-
ciados de una mejora de las mismas.
e considera habitualmente que la economía del cuidado (o asistencial) com-
Sprende las actividades y las relaciones no remuneradas que concurren en la
satisfacción de las necesidades físicas y afectivas de niños y adultos (tanto si go-
zan de buena salud como si están enfermos o delicados) y que estructuran las
relaciones familiares, las de parentesco más amplio y las comunitarias. La aten-
ción de las personas es un elemento clave de la economía del cuidado, que con-
siste frecuentemente en trabajo no remunerado. Los datos internacionales del
empleo del tiempo demuestran que es un ámbito muy femenino: las mujeres
asumen el grueso de esta labor, incluso ahora que dedican más tiempo al trabajo
asalariado (Budlender, 2008). Además, es un ámbito «invisible» que no se con-
tabiliza dentro del PIB y queda a menudo infravalorado, a pesar de que coadyu-
va mucho al bienestar, el desarrollo social y la reproducción de fuerza de trabajo
(Folbre, 2001).
*Coordinadora superior de investigaciones del Instituto de Investigaciones de las Naciones
Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD); dirección electrónica: razavi@unrisd.org.**Analista
de investigaciones, Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social
(UNRISD); dirección electrónica: staab@unrisd.org.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos sólo incumbe a sus autores, y
su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no significa que la OIT las suscriba.
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Ahora bien, muchas de las tareas de carácter privado que entrañan los cui-
dados a las personas están saliendo del ámbito no remunerado de la familia y pa-
sando a la esfera pública (Hernes, 1987), ya sea por conducto del mercado, de la
comunidad o del Estado, realizándose en la parte de la economía del cuidado
que se solapa con la economía mercantil y que se realiza muy a menudo median-
te el empleo asalariado. Éste es el tema del que tratan los artículos publicados
en el presente número monográfico de la Revista Internacional del Trabajo.
¿Por qué se presta actualmente tanta atención al trabajo de cuidado remu-
nerado? Varias tendencias han consolidado la importancia que ha cobrado el
asunto para la investigación y la política. Los cambios que han sacudido durante
los últimos decenios las estructuras económicas, sociales y demográficas han he-
cho proliferar el número de trabajadores de la economía del cuidado en todos
los países. La incorporación de la mujer a la población económicamente activa
—una tendencia prácticamente mundial— ha reducido mucho el tiempo que te-
nía antes para dedicar a la prestación no remunerada de cuidados y ha fomenta-
do la demanda de servicios remunerados de la misma índole. Otros factores que
han promovido al mismo tiempo la demanda son los cambios de las estructuras
demográficas (por ejemplo, el envejecimiento de la población), de la sanidad
pública (especialmente, las necesidades de atención causadas por la pandemia
del virus de la inmunodeficiencia humana y el sida (VIH/SIDA)) y de las nor-
mas sociales (por ejemplo, la necesidad de enseñanza y atención preescolares en
tanto que elemento fundamental de una estrategia de «inversión social»).
Como consecuencia de todo ello, los trabajadores del cuidado son hoy día
un estrato considerable y creciente de la población activa lo mismo en los países
desarrollados que en los países en desarrollo. Por ejemplo, el porcentaje de tra-
bajadores estadounidenses de servicios de atención profesionales y a domicilio
subió del 13,3 por ciento en 1900 al 22,6 por ciento en 1998, año en el que la eco-
nomía del cuidado había pasado a ser tan grande como la industria manufactu-
rera por lo que al número de personas ocupadas se refiere (Folbre y Nelson,
2000, pág. 127). Con todo, lo que más ha impulsado buena parte de la labor de
investigación y análisis político que se lleva a cabo en este campo ha sido la preo-
cupación por las desventajas laborales que sufren algunos estratos de la fuerza
de trabajo del sector del cuidado de las personas como los empleados domésti-
cos migrantes, las personas que atienden a los ancianos y los auxiliares de enfer-
mería. Aunque el problema de este tipo de trabajo y el de su vulnerabilidad se
plantean en todo el mundo, en la recopilación de artículos publicada en el pre-
sente número se estudia, sobre todo, la situación de los países en desarrollo, en
donde los problemas de precariedad y de explotación de los trabajadores son
más flagrantes, escasean las investigaciones, faltan muchos datos y es muy com-
pleja la interpretación de los que existen.
En el presente número monográfico analizaremos quiénes son esos traba-
jadores y si se les reconoce su condición de tales; compararemos sus salarios con
los de otros trabajadores de niveles similares de instrucción y cualificaciones; es-
tudiaremos sus condiciones de contratación y de trabajo e indagaremos cuál es
la mejor manera de salvaguardar sus intereses. El resto de este artículo intro-

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