Trabajadores domésticos en Europa. Hablemos de cifras

AuthorManuel ABRANTES
Published date01 June 2014
Date01 June 2014
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2014.00206.x
Revista Internacional del Trabajo, vol. 133 (2014), núm. 2
Derechos reservados © El autor, 2014
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2014
Trabajadores domésticos en Europa.
Hablemos de cifras
Manuel ABRANTES*
Resumen. Los datos de la Encuesta de Población Activa Europea (EU-15, 20 00-
2010) conrman el aumento del sector doméstico. Hay más mujeres activas, pero
también trabajan con más frecuencia en dicho sector, mayoritariamente femenino.
El autor cuestiona el sentido de estas cifras en términos de igualdad. Analiza las
diferencias entre los países del norte y los del sur de Europa interrelacionando
distintos aspectos. El futuro del sector vendrá marcado por factores muy diversos
como el envejecimiento de la población, la evolución de las culturas de género,
la situación económica, el grado de exibilidad del mercado de trabajo y la diná-
mica laboral del propio sector.
En los últimos diez años, muchos expertos de las ciencias sociales han
estudiado la organización del trabajo doméstico en las sociedades oc-
cidentales contemporáneas (Anderson, 2000; Ehrenreich y Hochschild, 2002;
Lutz, 2008; Isaksen, 2010; Dahl, Keränen y Kovalainen, 2011). Sus investiga-
ciones ponen de maniesto la experiencia de los trabajadores domésticos, mu-
chos de los cuales son mujeres migrantes, y presentan hallazgos contrastados y
a veces contradictorios sobre el trabajo doméstico remunerado y el género, la
clase social, la globalización y la dinámica de la nueva economía terciarizada.
El Convenio de la OIT sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos,
2011 (núm. 189), ha contribuido en gran medida a dar visibilidad a este tema
en el debate público.
* SOCIUS (Centro de Investigación en Sociología Económica y de las Organizaciones),
Instituto Superior de Economía y Gestión (ISEG) de la Universidad de Lisboa; dirección electró-
nica: mabrantes@socius.iseg.utl.pt. Este trabajo de investigación ha contado con nanciación de
la Fundación Portuguesa para la Ciencia y la Tecnología (FCT) y del Programa de investigadores
visitantes del Centro de Estudios sobre Migración y Diversidad de la Universidad VU de Amster-
dam. Se presentó una versión preliminar del artículo en la séptima reunión intermedia de la Red
de Investigación 19 (sociología de las profesiones) de la Asociación Europea de Sociología (ESA),
celebrada en la Universidad de Helsinki del 24 al 26 de mayo de 2012. El autor desea dar las gra-
cias a Sara Falcão Casaca, Sarah Van Walsum, Rebeca Pabon, João Peixoto, Lena Näre y a los eva-
luadores anónimos por sus valiosos comentarios, así como al personal de Eurostat por su apoyo
técnico y su amabilidad.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos solo incumbe a sus autores,
y su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no signica que la OIT las suscriba.
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Sin embargo, persiste en este ámbito una inquietante falta de datos cuan-
titativos, que suele ser habitual en los estudios de género (Oakley, 2000). Los
conjuntos de datos de gran envergadura sobre empleo proporcionan informa-
ción bastante limitada en lo que respecta al trabajo doméstico. Es difícil que
los conceptos y categorías normalizados guarden su sentido cuando los análi-
sis cubren varios países durante periodos prolongados. Quizás revista todavía
más importancia el hecho de que las cifras ociales probablemente excluyan
un número considerable de situaciones en las que se realiza trabajo doméstico
en un contexto informal o precario, sobre todo en países con un gran volumen
de trabajo no declarado (Schneider y Klinglmair, 2004); esto constituye un reto
reconocido por los expertos en ciencias sociales que investigan cuestiones de
empleo y migración (Williams, 2010a).
Dicultades similares se encuentran también en la investigación cualita-
tiva. Las deniciones de «trabajo», «doméstico» y «cuidado», por mencionar
solo los términos principales, suelen variar según el contexto empírico y las
percepciones personales. Como arma Bridget Anderson (2000, pág. 21), «el
trabajo doméstico no se puede denir en términos de tareas sino como un
rol que se construye y sitúa al trabajador en una cierta red de relaciones so-
ciales». La propensión del análisis cuantitativo a subestimar las relaciones de
trabajo informales no merma su capacidad para describir las formales, siem-
pre que se mantenga un registro claro de las posibilidades y las limitaciones
metodológicas. La investigación cuantitativa debe vincularse a la cualitativa,
concretamente en lo que respecta al trabajo no declarado y a la migración. En
este sentido, los datos estadísticos no deberían verse como la antítesis del «dis-
curso», un concepto que con frecuencia se restringe al ámbito de la investiga-
ción cualitativa. De hecho, incluso los términos «cuantitativo» y «cualitativo»
son relativos, más que absolutos (Oakley, 2000). Las estadísticas son también
discursos o narrativas; son importantes tanto por lo que muestran como por
lo que no muestran, del mismo modo que la etnografía puede documentar lo
que se dice y lo que no se dice en contextos empíricos (Gunewardena y King-
solver, 2007).
Otra característica especíca de los estudios sobre trabajo doméstico es
que los datos se recopilan sobre todo en grandes emplazamientos urbanos,
incluso cuando se espera que la investigación genere conclusiones sobre todo
un país o región. No cabe duda de que los valores culturales compartidos y las
normativas nacionales tienen su inuencia, pero también se ha señalado que
cada lugar tiene su propia dinámica y sus especicidades estructurales (Sassen,
1991). Se han hecho numerosos análisis comparados del trabajo doméstico en
diferentes ciudades (por ejemplo, Anderson, 2000; Catarino y Oso, 2000; Pa-
rreñas, 2001; Marchetti, 2010), pero muy pocos a nivel nacional o internacional.
¿Cuántas personas hay realmente contratadas en trabajo doméstico?
¿Cómo ha evolucionado su número en los últimos años? ¿Qué diferencias
existen entre países? Trataremos de responder a estas preguntas examinando
datos de la Encuesta de Población Activa de la Unión Europea (UE) del
periodo 2000 -2010 sobre los países de la UE-15: Alemania, Austria, Bélgica,

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