Trabajadores del cuidado en la Argentina. En el cruce entre el orden laboral y los servicios de cuidado

Date01 December 2010
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2010.00099.x
AuthorValeria ESQUIVEL
Published date01 December 2010
Revista Internacional del Trabajo, vol. 129 (2010), núm. 4
Derechos reservados © Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD), 2010
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2010
Trabajadores del cuidado en la Argentina.
En el cruce entre el orden laboral
y los servicios de cuidado
Valeria ESQUIVEL*
Resumen.Una tercera parte de las mujeres ocupadas de la Argentina y sólo un 3 por
ciento de los hombres ocupados son trabajadores del cuidado. Su remuneración re-
lativa y sus condiciones de trabajo en general dependen de las normas laborales y de
su cumplimiento efectivo. Pero también dependen, en gran medida, de cómo está or-
ganizada la prestación de los servicios de cuidado. Entre los factores que determinan
esta prestación se encuentran la propia participación del Estado y de otros actores en
la provisión de servicios, y el ámbito en que se prestan (sea institucional o de otro ti-
po, por ejemplo, el hogar). Tras comparar dos ocupaciones ded icadas al cuidado de
niños (la educación inicial y el servicio doméstico), la autora sostiene que las diferen-
cias que hay entre las mismas radican en el cruce del orden laboral con la organiza-
ción de los servicios de cuidado.
lo largo de los quince años últimos ha aparecido en la bibliografía en eco-
Anomía feminista un concepto nuevo, la «economía del cuidado», como
resultado del pasaje «del trabajo al cuidado» (Himmelweit, 2000). Mientras
que con anterioridad se hacía hincapié en el trabajo doméstico y de cuidados no
remunerado, provisto mayoritariamente por las mujeres en los hogares1, este
nuevo planteamiento se caracteriza por «estar centrado más expresamente en
el proceso de trabajo que en la relación con el lugar de producción (hogares
frente a mercado) o los límites de la producción (dentro del Sistema de Cuentas
1*Universidad Nacional de General Sarmiento, Buenos Aires; dirección electrónica: vesquive
@ungs.edu.ar. La autora expresa su agradecimiento a Rosalía Cortés, Marcela Cerrutti, Shahra Ra-
zavi, Silke Staab y dos especialistas anónimos por sus comentarios y sugerencias a una versión ante-
rior del presente artículo.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos sólo incumbe a sus autores, y
su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no significa que la OIT las suscriba.
1El trabajo doméstico y de cuidados no remunerado es una de las actividades que se contem-
plan en la versión ampliada del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), a saber, el cuidado de perso-
nas, las labores domésticas y el trabajo voluntario.
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Nacionales o fuera de él)» (Folbre, 2006a, pág. 186) 2. En este pasaje conceptual,
se ha ampliado el ámbito de análisis de la economía del cuidado para abarcar,
junto con el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, a las actividades
de este tipo que se realizan en la economía remunerada, es decir, al trabajo de
los «trabajadores del cuidado».
Siguiendo a England, Budig y Folbre, en el presente artículo entendemos
por trabajadores del cuidado a las asalariadas y los asalariados cuya ocupación
conlleva la prestación de un «servicio de contacto personal que mejora las capa-
cidades humanas de quien lo recibe» (2002, pág. 455). Entre las ocupaciones del
cuidado se encuentran las de la medicina, la enfermería, la docencia en educa-
ción inicial (preescolar), primaria, secundaria y universitaria, las terapeutas y las
«niñeras». Las ocupaciones del cuidado incluyen también al servicio doméstico.
Aunque el contenido de trabajo de esta ocupación se encuentra definido de ma-
nera amplia, pudiendo incluir o no actividades de «contacto personal», el servi-
cio doméstico no puede, por ello, excluirse del análisis de las ocupaciones del
cuidado en la Argentina. Lo más habitual es que las empleadas domésticas coci-
nen, limpien y laven y planchen ropa, aunque, de ser necesario, también cuidan
a niños y atienden a los miembros del hogar ancianos o enfermos, ajustando sus
tareas a las necesidades del hogar empleador.
La tipificación por sexo del trabajo doméstico y de cuidados no remunera-
do —que, al menos en la ciudad de Buenos Aires, sigue siendo muy mayoritaria-
mente femenino (Esquivel, 2010)— es extensible al servicio doméstico, cuyas
trabajadoras son casi siempre mujeres. La asociación del trabajo doméstico y de
cuidados no remunerado con las características atribuidas a las mujeres —y no
con unas calificaciones adquiridas mediante la educación o una capacitación for-
mal— implica también que la mayoría de estas trabajadoras tiene un nivel bajo
de instrucción. Desde el punto de vista conceptual, la inclusión de las empleadas
domésticas en el análisis de las ocupaciones del cuidado se basa en la idea de que
los cuidados —en particular los que se prestan en los hogares— abarcan tanto el
cuidado directo a las personas como el indirecto, es decir, el trabajo doméstico
que es un requisito previo para que el cuidado directo pueda prestarse (Folbre,
2006a, pág. 188, y Razavi, 2007, pág. 6).
En estudios anteriores sobre los trabajadores del cuidado se ha compro-
bado que, en determinadas circunstancias, tienen un nivel salarial bajo y unas
condiciones laborales mediocres en comparación con otros estratos de traba-
jadores3. Ello se ha atribuido en algunas ocasiones al propio contenido de estas
ocupaciones, asociado a las mujeres y a la maternidad y, por tanto, social men-
te infravalorado, lo cual tal vez influya en «la idea que tiene la gente de cuánto
2Al menos en gran parte de la bibliografía producida en el «Norte», este planteamiento hacía
que el análisis se centrara más en el componente «directo» del trabajo de cuidado no remunerado,
es decir, en el cuidado de personas, excluyéndose tareas domésticas más instrumentales como las de
limpiar o cocinar. Véase en Razavi (2007) otro enfoque distinto en el contexto del desarrollo.
3Sobre la remuneración de los trabajadores del cuidado, véase el artículo de Michelle Budig
y Joya Misra en este número monográfico de la Revista Internacional del Trabajo; sobre sus condi-
ciones de trabajo, véase Folbre (2006b).

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