Simposio de la OIT sobre 'Convergencia Multimedia'. ¿Traerá la era informática una revolución virtual en el empleo?

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"La revolución de la tecnología informática es un factor clave de la mundialización", afirmó Kari Tapiola, Vicedirector General de la OIT, en su discurso de apertura del Simposio sobre Convergencia Multimedia. "Ahora bien, qué significa en realidad para los gobiernos, los empresarios y los trabajadores y sus organizaciones el hecho de que la información se convierta en el principal recurso económico mundial y la economía se reestructure de forma correspondiente? Cómo podemos prepararnos para los cambios que se avecinan?"

La preparación para ese cambio fue el tema del simposio de tres jornadas celebrado entre el 27 y el 29 de enero en la sede de la OIT en Ginebra. Más de 60 participantes y expertos de 31 países (en representación de gobiernos, empresarios y trabajadores) analizaron las cuestiones sociales y laborales derivadas de la convergencia. El empleo, la formación y las relaciones laborales fueron los principales temas de debate.

El aumento del consumo de productos de ocio e información ha sido una de las señas distintivas de la economía postindustrial basada en la información. El entretenimiento y los medios de comunicación de masas se han colocado en cabeza, como las actividades con mayores ganancias del sector, a medida que los consumidores de clase media han ido dedicando una parte creciente de sus ingresos al ocio. El sector económico de los medios de comunicación estará, según las previsiones, entre los de más rápido crecimiento.

A pesar de su enorme variedad, los productos de entretenimiento y de los medios de comunicación de masas comparten una característica común: son intensivos en conocimientos. Los equipos de escritores, editores, realizadores, diseñadores y técnicos, todos ellos altamente cualificados, aportan la imaginación, la inventiva y la complejidad tecnológica que hacen único cada producto. Es la suma de estos talentos creativos, cualificaciones diversas y dominio de la tecnología informática lo que aporta valor a los libros en rústica, los discos y las cintas de plástico que compran los consumidores. Sin duda, cabe afirmar que la multiplicidad de formas materiales en que aparecen estos productos (cintas, discos, periódicos) no hace sino ocultar el hecho de que lo que se vende es un único producto consistente en información procesada electrónicamente.

Esta característica esencial compartida permite y hace que sea cada vez más necesario considerar los sectores del entretenimiento y los medios de comunicación no en función de su especificidad histórica, sino de su creciente unidad digitalizada. Gracias a los avances de la informática y las tecnologías de la comunicación, actividades económicas basadas en la información que antes eran diferentes (como la imprenta y la edición, el diseño gráfico, los medios de comunicación, la grabación de sonido y la realización de películas) están convergiendo en una sola, cuyo producto común es la información. "Los países, las empresas y los trabajadores individuales capaces de adquirir, transformar y utilizar productiva e imaginativamente la información se beneficiarán de los avances tecnológicos puestos en marcha", afirma Tapiola.

Todas las actividades citadas tienen su propio origen e historia y, hasta hace muy poco, tenían también su propia tecnología. Sin embargo, con la llegada de la digitalización, todas las formas de información (ya estén plasmadas en texto, sonido o imagen) pueden convertirse en bits y bytes para su tratamiento mediante ordenador. La digitalización permite, por tanto, grabar y transformar la música, el cine o la palabra escrita mediante procesos similares y sin distinción de soportes materiales. Actividades antes muy dispares, como la publicación de textos y la grabación de sonido, producen ahora CD-ROM en lugar de libros y discos.

Cambio estructural

La innovación tecnológica ha estado acompañada por un profundo cambio estructural en la actividad económica. En algunos países, las restricciones impuestas a la propiedad de medios de comunicación diferentes se han flexibilizado, lo que ha permitido a grandes empresas de este sector adquirir grupos empresariales muy diversificados en las áreas de la realización de películas, la música, la difusión de radio y televisión, así como la publicación de libros, revistas y periódicos. Esta integración horizontal permite comercializar un producto de comunicación en diversos formatos (libros, películas y grabaciones de sonido) así como en diversos mercados finales (salas de cine, cadenas de televisión o tiendas de alquiler de cintas de vídeo, por ejemplo). Además, da lugar a la concentración de control y de poder de mercado en manos de un número sorprendentemente pequeño de grandes empresas. En 1995, por ejemplo, tan sólo cinco empresas de discos acumularon más del 70 por ciento de las ventas en el mercado mundial de la música pregrabada, un mercado que movió 40.000 millones dólares de EE.UU.

Del mismo modo que la tecnología ha dado a las grandes empresas de comunicaciones y de medios de comunicación un alcance mundial, ha fomentado también la proliferación de pequeñas empresas. De hecho, está surgiendo una estructura empresarial basada en la combinación de grandes conglomerados y una miríada de pequeñas empresas. Individuos, equipos y pequeñas y medianas empresas crean productos multimedia de alta calidad, como CD-ROM, o bien ofrecen servicios nicho, como la creación de páginas de Internet o campañas publicitarias interactivas. Una multitud de pequeñas empresas de edición electrónica y servicios multimedia generan la mayoría de los contenidos y buena parte del empleo creado en este sector naciente. Muchas de ellas son microempresas de entre dos y diez empleados, en ocasiones conectados tan sólo mediante un módem a través de la línea telefónica. "Todo el concepto de lugar de trabajo está cambiando; antes era una realidad finita y ahora se perfila como una red potencialmente muy amplia", afirma Tapiola.

Empleo y nuevas cualificaciones

Para algunos grupos profesionales, especialmente los dedicados al suministro de contenidos creativos, la revolución multimedia permite esperar un enorme crecimiento de sus oportunidades de empleo a medida que se multiplican los canales de distribución. En 1995 la producción de películas y productos audiovisuales dio empleo a más de 850.000 personas en Europa, frente a las sólo 630.000 de hace una década. Al menos un analista cree que en el año 2010 las películas, los multimedia y la televisión serán la principal fuente de empleo en Europa. Los músicos constituyen la notable excepción a esta previsión optimista, ya que, por ejemplo, los sintetizadores electrónicos han reducido considerablemente las oportunidades de empleo de los músicos de estudio.

En el caso de otros trabajadores, especialmente los de oficios vinculados a tecnologías específicas, el reto será adquirir nuevas cualificaciones y adaptarse a las nuevas formas de trabajo en un contexto de reducción de oportunidades en sus anteriores especialidades. La tecnología ha eliminado o reducido las barreras de entrada a muchas tareas técnicas al facilitar su empleo por los usuarios. Las cualificaciones resultan más fáciles de transferir de un área o tipo de equipo a otro, permitiendo un mayor cruce entre personal técnico y no técnico.

En el futuro, muchos puestos de trabajo estarán basados en tecnologías hoy embrionarias y requerirán cualificaciones hoy inimaginables. Aunque muchas cualificaciones específicas de un puesto concreto se adquieren en el trabajo, ya sea mediante planes de formación de la empresa o de modo informal al compartir conocimientos con los compañeros, las empresas exigirán cada vez más que los solicitantes de empleo acudan provistos de un conjunto amplio de cualifiaciones previas.

La formación en la empresa puede no ser ya suficiente para atender las necesidades de los futuros trabajadores de los medios de comunicación. Las estructuras de personal de muchas empresas de estos sectores convergentes se basan en un núcleo cada vez menor de empleados fijos, o al menos de larga duración, y en un porcentaje cada vez mayor de trabajadores a tiempo parcial, temporales o para un proyecto específico. Debido a esta situación de empleo parcial y especialmente en el caso de los contratos a corto plazo, estos empleados no se benefician nunca o casi nunca de los programas de formación de la empresa, que están principalmente orientados al personal fijo.

Además, el crecimiento más dinámico del empleo en este sector corresponde a pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales operan con un puñado de empleados y no suelen estar en condiciones de ofrecer formación propia o de liberar a sus trabajadores de las tareas diarias. Estas empresas dependen casi por completo de las cualificaciones adquiridas por sus empleados antes de incorporarse, ya sea mediante la educación formal, la experiencia laboral previa o la iniciativa personal.

Los participantes en el Simposio destacaron la importancia decisiva de la formación y la readaptación profesional para garantizar el crecimiento del sector y la capacidad de los trabajadores para responder a unas exigencias en proceso de cambio constante.

Normas de trabajo internacionales

Los trabajadores del sector convergente de los multimedia deben disfrutar de los mismos derechos de sindicación y negociación colectiva que el resto de los trabajadores, de acuerdo con los principios de la OIT recogidos en el Convenio sobre libertad sindical y protección del derecho de sindicación, de 1948 (núm. 87), el Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, de 1949 (núm. 98) y la jurisprudencia al respecto de los organismos de control de esta organización. Los sistemas nacionales de protección social y laboral pueden requerir también una adaptación a las necesidades de los trabajadores futuros. Entre los últimos convenios y recomendaciones de la OIT de especial interés para los trabajadores a tiempo parcial y los teletrabajadores se encuentran el Convenio sobre trabajo a tiempo parcial, de 1994 (núm. 175) y su Recomendación de acompañamiento (núm. 182) y el Convenio sobre trabajo a domicilio, de 1996 (núm. 177) y su Recomendación de acompañamiento (núm. 184).

"Los participantes en esta reciente reunión estuvieron de acuerdo en que la OIT tiene un papel que desempeñar con respecto a los aspectos sociales de la mundialización, espoleada por la revolución informática", afirma Marc Blondel, Secretario General de la Confederación General del Trabajo-Fuerza Obrera, que presidió la reunión. "Se ha reafirmado el respeto a las normas internacionales, especialmente las relativas a la libertad de sindicación y al derecho a la negociación colectiva".

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