Romper las cadenas de la pobreza mediante la microfinanciación

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Juan Carlos pasó la mayor parte de su infancia trabajando en una cantera en Guatemala. Transportaba cuesta arriba pesadas rocas volcánicas desde el río y las trituraba empleando herramientas voluminosas y peligrosas. Los niños que trabajan en la cantera situada al pie del volcán Samala se exponen a condiciones peligrosas y sufren con frecuencia hematomas, picaduras de insectos e incluso la pérdida de la visión debido a la acción del polvo de las rocas. Juan Carlos, que ha alcanzado ya los 17 años de edad, lleva desempeñando esta labor desde los ocho años.

Gracias a un proyecto del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT y de su ONG asociada, CEIPPA, Juan Carlos ha vuelto a la escuela. El programa ayudó a su madre a obtener un préstamo para poner en marcha una empresa de venta de comida en el mercado local y los ingresos adicionales obtenidos por la familia hicieron posible que Juan Carlos trabajara menos horas en la cantera y que acudiera a la escuela. Sus profesores aseguran que es un alumno prometedor, y Juan Carlos pretende continuar sus estudios, con la ayuda del programa, en el Instituto Técnico de Formación de Guatemala.

El caso de Juan Carlos no es una historia aislada. La microfinanciación, es decir, la facilitación de servicios financieros como planes de ahorro y crédito, seguros y gestión de remesas, dirigida general- mente a grupos de renta baja, se ha convertido en un instrumento esencial en la atenuación de la pobreza, la erradicación del trabajo infantil y la liberación de la servidumbre por deudas.

El papel de la OIT

La función que desempeña la OIT en la microfinanciación no consiste en proveer fondos directamente, señala Bernd Balkenhol, jefe del Programa de Financiación Social de la OIT, sino en asesorar a los Ministros de Trabajo y a los interlocutores sociales acerca del modo de facilitar el acceso al mercado a los trabajadores pobres e influir en los responsables de la formulación de políticas para que propicien la aparición de intermediarios financieros que orienten su actividad hacia los pobres. Tal es el sentido del concepto de financiación social, con el que se expresa la intención de la OIT de examinar y evaluar instituciones e instrumentos financieros desde el punto de vista de su contribución a la consecución del objetivo del trabajo decente.

Hay dos vías de especial interés para la OIT. Los servicios financieros pueden ayudar a realizar inversiones que generan puestos de trabajo: éste es el caso de los créditos, las garantías y el arrendamiento financiero. Asimismo, los servicios financieros, como los relacionados con el ahorro, los seguros y los préstamos de emergencia ayudan a reducir la vulnerabilidad. Se trata de un instrumento que complementa y añade valor a una amplia gama de proyectos y programas.

Por ejemplo, un programa conjunto de la OIT y de ACNUR facilitó el uso de técnicas de microfinanciación en países afectados por conflictos para ayudar a los refugiados a poner en marcha actividades generadores de ingresos

, señaló el Sr. Balkenhol. «En ocasiones, hay personas que permanecen durante años en campos de refugiados, y el trabajo es un buen medio para su reintegración, a pesar de la opinión generalizada de que la microfinanciación no podía ayudar en tales circunstancias».

Otros proyectos de la OIT han completado estudios encaminados a evaluar la eficacia y el potencial de la microfinanciación en diversos países y áreas de aplicación. Un proyecto en curso, por ejemplo, consiste en el examen del potencial de la microfinanciación para mejorar la situación de mujeres vulnerables en Vietnam.

Detener el ciclo del trabajo infantil

Como ilustra la historia de Juan Carlos, la microfinanciación puede ayudar a resolver el problema del trabajo infantil al contribuir al aumento de la renta familiar. Para los hogares pobres, la urgencia de traer alimentos a la mesa puede justificar que los hijos vayan a trabajar, y es posible que el coste de la escolarización resulte excesivamente elevado. No obstante, existen otras causas del trabajo infantil que la microfinanciación no puede abordar directamente, como la ausencia de medios para el cuidado de los niños, o un deseo de maxi- mizar los ingresos familiares.

El trabajo infantil puede ser una pieza fundamental en el círculo vicioso de la pobreza. Si los niños no pueden ir a la escuela y recibir una educación o aprender un oficio, pueden acabar desempeñando un empleo de subsistencia que mantendrá a su familia inmersa en la pobreza en generaciones futuras.

En Ecuador, el IPEC se propone erradicar el trabajo infantil en las minas de oro de Bella Rica mediante el uso de la microfinanciación ayudando a las familias a desarrollar fuentes de ingreso alter- nativas. En Tanzania, la OIT colaboró con el Conservation, Hotels, Domestic and Allied Workers Union ( CHODAWU ), con el fin de abordar el problema de los niños empleados en el servicio doméstico mediante la aplicación de la microfinanciación y otros instrumentos. Como resultado de esta colaboración, 200 hogares pobres emprendieron iniciativas alternativas de generación de ingresos en áreas como la horticultura, las actividades agropecuarias mixtas y la cría de aves de corral. En total, 784 niños dejaron sus puestos en el servicio doméstico y volvieron a la escuela, y se evitó que otros 725 comenzaran a trabajar.

Remesas de trabajadores migrantes

Algunas de las iniciativas de microfinanciación más activas de la OIT se concentran actualmente en el área de las remesas de trabajadores migrantes, señala Severine Deboos, experta en finanzas sociales de la Organización en Budapest. «Las remesas son, en la actualidad, la fuente de financiación externa más importante para muchos países en desarrollo y, en conjunto, superan el importe total de la ayuda al desarrollo aportada por los gobiernos donantes. Sin embargo, es importante saber qué se hace con este dinero», añade. A menudo, se emplea únicamente para el consumo corriente, o para adquirir viviendas o realizar otro tipo de compras importantes, lo que, en ocasiones, eleva los precios locales de los inmuebles hasta tal punto que la mayoría de la población local no puede permitirse la compra de una vivienda.

La OIT promueve la participación de las IMF para ayudar a las personas a que, en lugar de limitarse a gastar las remesas, inviertan estos fondos en la creación de sus propias actividades generadoras de ingresos y empleo. Asimismo, las IMF pueden ofrecer productos de ahorro y de crédito adecuados, como planes de ahorro para educación, planes de pensiones o préstamos hipotecarios.

La microfinanciación contra la servidumbre por deudas

La servidumbre por deudas puede desarrollarse en situaciones de extrema pobreza, baja productividad y desconocimiento en las que, a menudo, el prestamista dispone de un cuasimonopolio del mercado financiero y, al mismo tiempo, es el único empleador importante en el mercado local de trabajo. La OIT ha trabajado en el desarrollo de técnicas de microfinanciación destinadas a ayudar en estas situaciones difíciles. Evidentemente, los préstamos no son la solución preferida para mitigar el problema de las servidumbres por deudas, pues harían que estas personas tan vulnerables contrajeran más deudas. Es preferible, en cambio, un paquete de ahorros contractuales, educación financiera y asesoramiento.

En Bangladesh, la labor de la OIT se centró en 150 000 trabajadores del mercado del sexo, que se encuentran en una situación de pobreza particular- mente grave. Estas personas están marginadas y, generalmente, apartadas en vecindarios separados. Algunas mujeres habían sido embaucadas por intermediarios que les habían prometido matrimonios o puestos de trabajo. Otras eran vendidas por sus familias a cambio de dinero o del saldo de sus deudas, y otras nacieron en el propio prostíbulo y continuaron con el trabajo de su madre cuando ésta dejaba de resultar atractiva. Al disponer de una mayor independencia económica, la situación de muchas mujeres mejoró y, en otros casos, los ahorros acumulados mediante programas de microfinanciación les brindaron la esperanza de que, al menos, sus hijas tuvieran una vida mejor.

En la India, los trabajos en régimen de servidumbre son, normalmente, los empleos en los hornos de ladrillos y en los molinos de arroz. Familias enteras viven en las instalaciones de las fábricas en condiciones atroces y, si alguien abandona estas instalaciones, se retiene a un miembro de su familia como prenda humana. La OIT está trabajando con los siguientes socios en la región de Tamil Nadu: la Integrated Rural Community Development Society o IRCDS (Sociedad de desarrollo integrado de la comunidad rural) y la Madras Social Service Society o MSSS (Sociedad de servicios sociales de Madras), para aplicar una estrategia de zona libre de trabajo en régimen de servidumbre empleando un fuerte elemento de microfinanciación combinado con esfuerzos encaminados a convencer a los empleadores para que mejoren las condiciones y acaben con el régimen de servidumbre, así como con una aplicación rigurosa de la legislación.

Las servidumbres por deudas no se limitan a los países más pobres del mundo, señala el Sr. Balkenhol. A raíz de un estudio reciente llevado a cabo por la OIT sobre el endeudamiento de la población romaní en Europa, se descubrió que las comunidades romaníes estaban sometidas a situaciones de servidumbre por deudas de características similares en algunos países. Los líderes romaníes locales pueden conceder préstamos a tipos de interés de varios cientos, e incluso del miles por ciento, que hunden al prestatario en el endeudamiento.

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