Progreso económico y social en las redes productivas mundiales. Nuevo paradigma

DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2011.00120.x
Date01 December 2011
AuthorArianna ROSSI,Stephanie BARRIENTOS,Gary GEREFFI
Published date01 December 2011
Revista Internacional del Trabajo, vol. 130 (2011), núm. 3-4
Derechos reservados © Los autores, 2011
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2011
Progreso económico y social
en las redes productivas mundiales.
Nuevo paradigma
Stephanie BARRIENTOS*, Gary GEREFFI** y Arianna ROSSI***
Resumen.Uno de los retos principales para promover el trabajo decente es cómo me-
jorar la posición de empresas y trabajadores en las cadenas de valor y las redes de pro-
ducción mundiales. Los autores elaboran un marco de análisis de los nexos que
existen entre el progreso económico de las empresas y el progreso social de los traba-
jadores. Partiendo de una serie de estudios anteriores —en especial, de una investi-
gación sobre el ramo de la confección de Marruecos— según los cuales el progreso
económico no depara automáticamente progreso social, los autores exponen diversas
trayectorias y posibilidades que ayudan a esclarecer la relación entre ambos procesos.
na proporción notable del comercio se realiza actualmente a través de ca-
Udenas de valor coordinadas por empresas punteras que desempeñan un
papel dominante tanto en el plano mundial como en el nacional. La «externiza-
ción» de la producción por parte de los compradores del Norte ha estimulado
el crecimiento de la industria manufacturera, la agricultura y el sector de los
servicios en el Sur. Se han fomentado las redes de producción mundiales y tam-
bién las regionales, lo que ha hecho florecer las oportunidades de suministro en
mercados nuevos y en expansión como los de China, India y Brasil. De este mo-
do, las empresas que forman parte de las redes productivas mundiales tienen la
posibilidad de mejorar sus resultados al dedicarse a una producción de más
valor o ganar posiciones en las cadenas de valor. No obstante, se enfrentan
también al reto de satisfacer las exigencias comerciales de los compradores y
*Profesora titular del Instituto de Política y Gestión del Desarrollo y directora adjunta del
Instituto Brooks de la Pobreza Mundial de la Universidad de Manchester; dirección electrónica:
s.barrientos@manchester.ac.uk.**Profesor de Sociología y director del Centro de Globaliza-
ción, Gobernanza y Competitividad de la Universidad Duke; dirección electrónica: ggere@soc.
duke.edu.***Funcionaria técnica del Programa «Better Work» de la OIT; dirección electróni-
ca: rossi@ilo.org. Los autores desean expresar su gratitud a Joonkoo Lee, Anne Posthuma y dos
especialistas anónimos por sus valiosos comentarios a la primera redacción del presente artículo.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos solo incumbe a sus autores, y
su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no significa que la OIT las suscriba.
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sus niveles de calidad, lo cual les resulta difícil a los productores que son más pe-
queños y menos eficientes.
La expansión de la producción mundial en los sectores que absorben gran
densidad de mano de obra ha sido un semillero fecundo de empleo. Muchos de
los nuevos puestos de trabajo han sido ocupados por mujeres o por migrantes
que antes no lograban acceder a estos empleos asalariados; las nuevas ocupa-
ciones se convierten en fuentes de ingresos para numerosos hogares desfavore-
cidos (Raworth, 2004, y Barrientos, Dolan y Tallontire, 2003). Cuando se trata
de empleos fijos que aportan más derechos y más protección a los trabajadores,
sirven para fomentar el progreso social y el trabajo decente. La necesidad de
cumplir unas normas de calidad cada vez más estrictas obliga con frecuencia a
las empresas a contar con al menos una parte de la plantilla formada por per-
sonal capacitado al que concede buenas condiciones de trabajo. Pero la reali-
dad no es así para muchos trabajadores: gran parte del empleo en las redes
productivas mundiales es inestable y está desprotegido, y garantizar un trabajo
decente para las personas más vulnerables es una tarea que plantea arduos pro-
blemas.
Uno de los retos decisivos es cómo mejorar la situación tanto de las em-
presas como de los trabajadores pertenecientes a las redes productivas mundia-
les. Ello tiene especial importancia en los países en desarrollo, donde las
empresas y los trabajadores se incorporan cada vez más a sistemas regionales o
mundiales de producción dispersos en muchos lugares. Por esa razón, en el pre-
sente artículo trataremos de averiguar qué obstáculos y qué oportunidades de
promover el trabajo decente, a través del progreso económico y social, ofrecen
las redes productivas mundiales. Para ello nos apoyaremos en otros trabajos
anteriores en los que hemos estudiado por separado cada tipo de progreso y re-
troceso. Sobre la base de dichas conclusiones, propondremos un marco de aná-
lisis más integral en el que el progreso o retroceso económico se relaciona con
el progreso o retroceso social. El estudio monográfico de Rossi (2011) sobre el
ramo de la confección de Marruecos es una primera aplicación de este marco
analítico, que puede ser la base de los tan necesitados estudios futuros sobre los
nexos entre progreso económico y progreso social. Nuestra investigación pone
de manifiesto que el progreso económico de las empresas puede redundar en
una mejor situación de los trabajadores, pero que no es así necesariamente. Por
lo tanto, la pregunta fundamental que aquí se plantea es la siguiente: ¿en qué
circunstancias pueden beneficiarse del progreso tanto las empresas como los
trabajadores?
El resto del artículo está organizado en cinco partes. En la primera exa-
minamos la bibliografía sobre las cadenas de valor y las redes de producción a
escala mundial y la economía del trabajo. Explicamos en ella la separación ana-
lítica entre el plano de las empresas y el de los trabajadores dentro de las redes
productivas mundiales, y vemos que las decisiones en materia de producción y
empleo se ven influidas tanto por los mercados nacionales como por los com-
pradores extranjeros y sus agentes. En la segunda parte presentamos los con-
ceptos de progreso económico y progreso social que usamos para calibrar los

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