Población trabajadora pobre de los países en desarrollo

Date01 September 2001
AuthorNomaan MAJID
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-913X.2001.tb00057.x
Published date01 September 2001
Revista Internacional d el Trabajo, vol. 120 (2001), núm. 3
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2001
Población trabajadora pobre
de los países en desarrollo
Nomaan MAJ ID*
En los países en desarrollo que carecen de una seguridad social eficaz
el trabajo es el único medio que tienen los pobres para ganarse el
sustento y mantener a sus familias. En ellos, la mayoría de los desem-
pleados de larga duración no son considerados «pobres». Ahora bien ,
muy a menudo los conceptos en que se fundan las políticas laborales y de
empleo (y los sustitutos empíricos usados a estos efectos) suelen hacer
caso omiso de la importancia de estas dos simplificaciones sobre la
pobreza y el desempleo de larga duración en dichos países. Un ejemplo
de esta imprecisión es que a veces existe una relación negativa entre la
tasa de desempleo y el índice de pobreza en las economías en desarrollo,
donde las tasas de desempleo son habitualmente inferiores a los índices
de pobreza 1.
El error que se comete respecto de esas generalizaciones tiene un
fundamento: la noción general de mercado laboral que utilizan los legis-
ladores, que a menudo corresponde a la de una economía de mercado
1OIT, Ginebra.
1La relación entre el í ndice de pobreza (Pr) y la tasa de desempleo (Ur) correspo ndiente
al decenio de 1990 en un conjunto de países en desarrollo respecto de los cuales se disponía de esos
datos es:
Pr = 17,63 – 0,85 Ur
(3,94) (–1,91)
(R2 = 0,13; N = 25; valores de t entre parén tesis)
En realidad, esta relación depend e del nivel de la renta nacional, porque las tasas de de-
sempleo son n ormalmente superiores en l os países en desarrollo de renta media y los índices de
pobreza habitualmente superiores en lo s países en desarrollo de renta baja. Esta relación sólo
resulta contraria a la intuición si se pasan p or alto ambas generalizaciones. No obstante, la ecua-
ción precedente es sólo ilustrativa, porq ue por regla general los datos reales sobre el desempleo
incluyen tanto a los desempleados de larga duración co mo a los desempleados recientes. Algunos
de estos últimos pueden estar entre los pobres, como veremos con mayor detalle después. En este
artículo se sostiene la premisa de que es más frecuente que sean pobres los desempleados de larga
duración. Por ejempl o, Ghose (1999) ha formulado observacion es sobre los problemas que p lan-
tea la diferencia entre el índice d e pobreza y la tasa de desempleo en el contexto de la In dia.
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desarrollada. En las sociedades donde existen sistemas de segurida d
social o niveles de protección social eficaces 2, que son también las
sociedades más ricas, el «problema del empleo» se refleja acertada-
mente en la tasa de desempleo, que es el indicad or más adecuad o para
ponerlo de manifiesto 3. En los países desarrollados, los desempleados
están protegidos, en la mayoría de los casos, por un sistema de apoyo o
asistencia o, dicho de otro modo, tienen un nivel de protección social
que no es probable que pierdan. D e igual modo, los subempleados son,
por regla general, qu ienes no trabajan d urante una parte del tiempo
porque carecen de trabajo, y también están protegidos proporcio nal-
mente por ese respaldo social. Los pobres — es decir, quienes subsisten
por debajo de ese nivel de p rotección — son relativamente pocos, y la
mayor parte de quienes viven en el límite de la po breza o apenas reb a-
san ese umbral son, de hecho, los desempleados. Aunque técnicamente
en esos países no existe la pobreza o registra niveles muy bajos, c omo
los desempleados están m uy cerca del umbral de la pobreza se suel e
incluirlos en la categoría d e «los que están peor», los «pobres» de la
sociedad.
Cuando en una sociedad no hay un nivel de protección social efi-
caz, las condiciones sociales se asemejan a las que existen en los países
pobres con mercados en desarrollo, en los que, naturalm ente, la inexis-
tencia de un m ecanismo de protección en el mercado laboral tiene d os
repercusiones desde la perspectiva del empleo: quienes sobreviven por
debajo de un nivel social mínimo — por ejemplo, por debajo de un
umbral determinado de pobreza — por fuerza tienen que trabajar par a
vivir y mantener a sus familias; en cambio, quienes pueden sobrevivir
sin trabajar, a saber, los desem pleados, en general recurren a mecanis-
mos sociales «no oficiales» (redes f amiliares y de otro tipo) que les per-
miten sobrevivir y «buscar trabajo». Básicamente, la mayoría de los
desempleados deciden no buscar ciertos tipos de trabajo — y, por tanto,
pueden permitirse no hacerlo — porque pueden sob revivir por encim a
del umbral de la pobreza sin tener que aceptar cualquier t ipo de activi-
dad laboral. P or este motivo precisamente, las tasas de desempleo de
los países en desarrollo pobres son habitualmente bajas, en com para-
ción con el índice de pobreza. Cabe añadir un dato aún más importante
desde la perspectiva del empleo: la pobreza y el d esempleo no guarda n
una relación estrecha en ningún estrato de la fuerza de trabajo de
dichos países.
De esta tipificación se desprende, desde el punto de vista de la
dinámica que, a m edida que las sociedades evolucionan debido al cre-
2Puede considerarse que existe un nivel de protección social eficaz cuando se combina un
sistema de seguridad social con un salario mínimo ampliamente difundido.
3Cabe definir la tasa de desempleo de larga duración como el número de personas en edad
laboral que no tienen trabajo en proporción a la población activa durante un largo período de refe-
rencia.

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