Nuevas armas contra el tráfico de niños en Asia.

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El tráfico de niños está aumentando en Asia, tanto en el interior de varios países como entre unos y otros. En los últimos años, un gran número de niños de Camboya, la India, Laos y Myanmar han sido obligados a trabajar en la prostitución en Tailandia. Los captadores y traficantes profesionales engañan tanto a niños como a niñas de zonas rurales pobres con promesas de trabajo legal en Tailandia, cuya economía atraviesa una fase de expansión. Las rutas del tráfico son conocidas pero difíciles de cerrar. Las niñas procedentes de Myanmar son introducidas en Tailandia a través de diversos puestos fronterizos; las de Camboya entran a través de puntos de tránsito; las del sur de China son conducidas a través de Myanmar, y a los niños de Laos los llevan a través del río Mekong a distintas provincias del norte y el noreste de Tailandia.

Según la Oficina de Investigación Criminal de la Policía de Tailandia, más de la mitad de las niñas y adolescentes liberadas de los burdeles tailandeses en los últimos años procedían de Myanmar y de China. En octubre de 1994, 80 de las 152 niñas liberadas de los burdeles de Bangkok procedían de Myanmar; en febrero de 1995, 10 de las 23 rescatadas en la provincia de Khon Khaen habían llegado de Myanmar y de China, al igual que 17 de las 19 liberadas en la provincia de Chiang Mai en marzo de 1995. Aparte de la prostitución, en Tailandia es frecuente encontrar, cerca de la frontera con Myanmar niños de ese país que trabajan en la construcción, en gasolineras, en restaurantes o en botes de pesca.

Tráfico generalizado

No obstante, el tráfico de niños no está en absoluto restringido al sureste asiático. Es bien sabido que, en el sur de Asia, millones de niñas y mujeres de Nepal y de Bangladesh son vendidas cada año a los burdeles de Calcuta, Bombay y Delhi. El Gobierno de Nepal estima que en 1992 había al menos 200.000 mujeres y niñas de ese país que trabajaban como prostitutas en la India. De hecho, los gobiernos de estos dos países reconocen la existencia del problema. El Gobierno de Bangladesh estima que varios millones de mujeres y niños han sido víctimas del tráfico con fines de trabajo, incluida la prostitución, en el sur de Asia y Oriente Próximo. Otros informes indican que este mismo problema ocurre en Pakistán y en Sri Lanka, entre otros países. La prostitución infantil en este último, mayoritariamente de niños varones, se ha convertido también en un grave problema.

Luchar contra el problema

Ante la evidencia creciente de la existencia de tráfico de niños, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha puesto en marcha un nuevo programa orientado a erradicar la prostitución infantil y otras formas intolerables de trabajo infantil en diez países asiáticos. Está específicamente dirigido a los niños menores de 18 años en situación de riesgo o que ya han sido víctimas del tráfico en el valle del Mekong y en el sur de Asia, y presta especial atención a las niñas, los niños y niñas de minorías étnicas y poblaciones tribales y los menores de 12 años. Este programa, realizado en el marco del Programa Internacional de la OIT para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) (véase Recuadro 1), se aplica en Camboya, China, Tailandia y los países vecinos, así como en Bangladesh, Nepal, Pakistán y Sri Lanka.

El IPEC ha emprendido varias actividades sobre el terreno, que constituirán la base para el presente programa. Un seminario sobre el trabajo infantil, celebrado en Nepal en 1995, se ocupó del tráfico de niños en el ámbito de actuación nacional; asimismo, se ha prestado asistencia a ONGs para la adopción de medidas preventivas contra este tipo de tráfico, la ejecución de las resoluciones del Congreso de Estocolmo Contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños (agosto de 1996) y la formulación de un proyecto de plan de acción nacional. En Bangladesh, el IPEC prepara actualmente un proyecto de actividades conjuntas del Gobierno, OIT y UNICEF. El problema de la prostitución infantil se destacó en un seminario de ámbito nacional sobre el trabajo infantil celebrado en Sri Lanka en septiembre de 1996.

La OIT considera que el tráfico de niños es una forma de trabajo forzoso, que constituye una violación flagrante del Convenio sobre trabajo forzoso, de 1930 (núm. 29). Esta norma internacional obliga a los países a "suprimir, lo más pronto posible, el empleo del trabajo forzoso u obligatorio en todas sus formas". Todos los países cubiertos por el nuevo programa OIT-IPEC, con la excepción de China, han ratificado este Convenio y están obligados a cumplirlo. La OIT pide, además, que se adopte un nuevo convenio internacional centrado en las formas más intolerables de trabajo infantil, entre las que se encuentran las tareas peligrosas, la esclavitud, la servidumbre, el trabajo forzado y la prostitución.

Objetivos del programa

El objetivo del programa OIT-IPEC es crear y fortalecer grupos de trabajo especializados en el tráfico de niños a escala nacional y provincial en todos los países participantes. Estos grupos estarán integrados por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, que contarán con la asistencia de la OIT para formular y adoptar planes de acción nacionales. Se abordarán todos los aspectos del tema, como la prevención, el seguimiento y el cumplimiento en la práctica, la prestación de asistencia a las víctimas potenciales y a sus familias, la realización de campañas de concienciación, así como la protección social, la rehabilitación y la repatriación de los niños explotados.

En enero de 1997 se puso en marcha, gracias al apoyo económico del Gobierno del Reino Unido, la primera fase del programa, que durará seis meses. En esta fase se elaborarán informes por países, con datos y cifras sobre el alcance y la gravedad del problema, análisis de la legislación vigente, métodos y deficiencias de la aplicación de las normas, y una evaluación de los puntos fuertes y débiles de los mecanismos actualmente existentes. Se desarrollarán modelos de estrategias y se realizarán dos consultas subregionales en Tailandia y Nepal con el fin de diseñar y adoptar un programa integral coordinado para poner fin al tráfico de niños en cada subregión. Distintas organizaciones que ya trabajan en este campo participarán en las consultas, al igual que nuevos participantes potenciales de los sectores público y privado y expertos en áreas técnicas clave, como la legislación y su cumplimiento, la educación y los servicios sociales.

El tráfico de niños para su explotación comercial en la prostitución y en otras actividades sexuales ilegales, junto con la utilización de niños para la producción de material pornográfico, han sido denunciados por la OIT como "una afrenta a la conciencia de la humanidad", que ninguna sociedad puede tolerar. El programa IPEC y el Convenio sobre el trabajo infantil propuesto son dos nuevas armas del arsenal de la OIT para luchar contra estos problemas.

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IPEC

El objetivo del programa IPEC, iniciado en 1992, es ayudar a los países a dotarse de la capacidad de combatir permanentemente el problema del trabajo infantil. Fomenta el desarrollo de una colaboración sostenida y eficaz entre los servicios públicos, las organizaciones empresariales, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales y otras partes interesadas, como las universidades y los medios de comunicación.

Las actividades del programa IPEC están orientadas a tres grupos prioritarios:

* los niños que trabajan en condiciones forzosas o en régimen de servidumbre;

* los niños que trabajan en tareas o en condiciones peligrosas;

* los niños muy pequeños (de menos de 12 años de edad) y las niñas.

El programa OIT-IPEC opera en la actualidad en 27 países de todo el mundo: Argentina, Bangladesh, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Egipto, El Salvador, Guatemala, Honduras, la India, Indonesia, Kenia, Nepal, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Paraguay, Filipinas, el Perú, Tailandia, Turquía, la República Unida de Tanzania y Venezuela.

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Denunciar un drama oculto

Sigue siendo difícil determinar el número de niños que trabajan en todo el mundo, ya que, debido a su carácter frecuentemente ilegal y clandestino, el trabajo infantil queda fuera del alcance de las estadísticas demográficas y laborales convencionales.

Pero esta situación está cambiando. Los nuevos métodos de encuesta están traspasando el velo que ha ocultado durante demasiado tiempo este problema a la opinión pública. Las conclusiones de los estudios de la OIT, en los que se ha ensayado una nueva metodología más precisa, revelan una situación desesperada, de una magnitud muy superior a la supuesta:

* Unos 250 millones de niños de entre 5 y 14 años trabajan en los países en vías de desarrollo (120 millones a tiempo completo y 130 millones a tiempo parcial).

* En torno al 61 % de estos niños, es decir, casi 153 millones de ellos, se encuentran en Asia; otro 32 %, unos 80 millones, en Africa, y el 7 %, 15,5 millones, en Latinoamérica.

* El trabajo infantil existe también en muchos países industrializados y el fenómeno está creciendo en los países en transición económica de Europa Oriental y de Asia.

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