Medición del trabajo infantil: ¿A quién debemos preguntar?

Date01 June 2018
AuthorSarah A. JANZEN
DOIhttp://doi.org/10.1111/ilrs.12086
Published date01 June 2018
Revista Internacional del Trabajo, vol. 137 (2018), núm. 2
Derechos reservados © La autora, 2018
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2018
* Profesora adjunta de Economía, Departamento de Economía Agraria y Ciencias Econó-
micas, Universidad del Estado de Montana; sarah.janzen@montana.edu. Esta investigación ha sido
posible gracias a los datos de la encuesta de referencia del proyecto WEKEZA (Wezesha Ustawi,
Endeleza Kiwongo cha Elimu Kuzuia Ajira kwa Watoto), recopilados por Savannas Forever Tanza-
nia para el Comité Internacional de Rescate, World Vision, la Organización de Salud y Desarrollo
para las mujeres de Kiota, la Asociación para el Desarrollo de la Juventud de Tanga y el Instituto
de Estudios sobre el Desarrollo, que contó con la nanciación del Departamento del Trabajo esta-
dounidense y la ayuda del Instituto Nacional de Investigación Médica – Estación de Investigación
Médica Muhimbili de Tanzanía. La autora desea expresar su agradecimiento en especial a Susan
James, Jovit Felix, Nai-Nancy Laiser, David Lawson, Andrew Ferdinands, Deborah Levison, Bernard
Ngowi y Nike Start por su asistencia y apoyo a la investigación durante el proceso de realización de
la encuesta. Mark Anderson, Paul Glewwe, David Lawson, Carly Urban y los asistentes a actos de la
Universidad de Montana y del Congreso sobre la Economía de la Pobreza Mundial aportaron ob-
servaciones útiles. La autora asume la responsabilidad de cualquier error que pueda haber quedado.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos solo incumbe a sus autores,
y su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no signica que la OIT las suscriba.
Medición del trabajo infantil:
¿A quién debemos preguntar?
Sarah A. JANZEN*
Resumen. Dado que las estadísticas sobre el trabajo infantil condicionan la asig-
nación de las ayudas destinadas a los niños vulnerables, es importante asegurar
su correcta medición. La autora investiga si el tipo de encuestado explica las va-
riaciones estadísticas. Según los datos de dos distritos de Tanzanía, el encuestado
inuye en las estimaciones sobre la prevalencia del trabajo infantil, que aumenta
entre un 35 y un 65 por ciento cuando son los propios niños, y no terceros, quienes
informan. Entre el 14 y el 31 por ciento de la muestra presenta este sesgo, según el
indicador. Las discrepancias disminuyen en relación inversa a la edad del niño y
aumentan si el tercero maniesta una actitud opuesta al trabajo infantil.
Según las estimaciones recientes de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), alrededor de 168 millones de niños participan en la eco-
nomía mundial mediante actividades que son potencialmente perjudiciales
–desde un punto de vista mental, físico, social o moral– o que por lo común
intereren en su educación (OIT, 2013). Udry (2006) describe el trabajo in-
fantil como «un mal insidioso», porque con frecuencia (aunque no siempre)
limita las oportunidades futuras del niño. Por esta precisa razón, en la biblio-
grafía especializada se han analizado los factores determinantes del trabajo
infantil y sus consecuencias. Como subraya Anker (2000), los responsables de
Revista Internacional del Trabajo
184
la elaboración de políticas a menudo utilizan las estadísticas sobre el trabajo
infantil para establecer prioridades, asignar recursos, hacer un seguimiento
de los progresos y evaluar los programas. Con todo, medir el trabajo infantil
es un proceso complejo, lo cual da lugar a muchas contradicciones entre los
estudios. En este artículo investigo la función de un factor fundamental –el
encuestado– para explicar las variaciones en las estadísticas sobre el trabajo
infantil. La conclusión es que «la persona a quien preguntamos» (el encues-
tado elegido) inuye de manera considerable en las estimaciones sobre la pre-
valencia del trabajo infantil.
Cuando medimos el trabajo infantil, el encuestado puede ser el propio
niño o una tercera persona que informa sobre el comportamiento y la utiliza-
ción del tiempo del niño. En 2004, la OIT recomendó que fuera el niño quien
contestara directamente las preguntas, siempre y cuando tuviera al menos
10 años (OIT, 2004). En directrices más recientes de 2008, se indica que «al-
gunas partes del cuestionario pueden estar dirigidasa los propios niños, en
particular las que se reeren a los peligros en el lugar de trabajo y a la razón
básica principal por la que trabajan» (OIT, 2009, págs. 61-67). Estas directrices
se aceptan en términos generales como el «patrón oro», y sin embargo pocas
pruebas conrman que se utilicen exclusiva o siquiera parcialmente informes
de los niños en lugar de informes de terceras personas. Es probable que el de-
sarrollo cognitivo de los niños afecte a la calidad de la información facilitada,
y no está del todo claro que los informes de los niños sean más precisos que
los de terceras personas. Según la Resolución II sobre las estadísticasdel tra-
bajo infantil adoptada en la Decimoctava Conferencia Internacional de Esta-
dísticos del Trabajo celebrada en 2008, «lapráctica general consisteen dirigir
las preguntas de la encuesta al miembro adulto del hogar que esté mejor in-
formado (o, a veces, al jefe del hogar, que suele ser también el padre, madre
o tutor del niño que trabaja)» (ibid.). De hecho, a menudo resulta más fácil y
más barato entrevistar a un adulto que a un niño. Cuando no es posible acce-
der directamente a los niños para entrevistarlos, como ocurre con frecuencia,
un autoinforme requiere múltiples visitas y aumenta el costo de la encuesta.
Teniendo presente todo esto, analizo la inuencia del encuestado en la
medición de la prevalencia del trabajo infantil. Planteo, en concreto, las dos
preguntas siguientes: 1) ¿Dieren signicativamente las respuestas de terce-
ras personas y las de los niños en cuyo nombre responden esas personas?, y
2) ¿Explican las características del niño o de la tercera persona alguna de las
diferencias entre el informe del niño y el de la tercera persona sobre la partici-
pación del niño en el trabajo infantil? Las respuestas a estas preguntas tienen
importantes consecuencias con respecto al costo de la recopilación de datos
precisos sobre el trabajo infantil comparables a nivel tanto geográco como
intertemporal. Estas estadísticas se utilizan normalmente para jar objetivos
y hacer un seguimiento de los progresos, y a menudo tienen notables reper-
cusiones en la asignación de recursos.
Dos estudios recientes centrados en esas mismas preguntas han dado
resultados contradictorios. Dillon et al. (2012) utilizan un experimento basa-

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT