La medición del trabajo decente con indicadores estadísticos

Published date01 June 2003
Date01 June 2003
AuthorRichard ANKER,Philippe EGGER,Joseph A. RITTER,Igor CHERNYSHEV,Farhad MEHRAN
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-913X.2003.tb00172.x
Revista Internacional del Trabajo,
vol. 122 (2003), núm. 2
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2003
La medición del trabajo decente
con indicadores estadísticos
Richard ANKER
*
, Igor CHERNYSHEV
**
, Philippe EGGER
***
,
Farhad MEHRAN
**
y Joseph A. RITTER
****
P
romover el trabajo decente ha constituido el objetivo fundamental
y el marco vertebrador de la OIT desde que, en 1999, se planteó
por vez primera el concepto en tanto que «oportunidades para que los
hombres y las mujeres puedan conseguir un trabajo decente y produc-
tivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana»
(OIT, 1999, pág. 4). En realidad, la OIT considera que el trabajo decente,
aparte de constituir una aportación considerable al objetivo del desa-
rrollo duradero, es una finalidad importante por derecho propio. Como
el trabajo es una parte primordial de la vida, por el tiempo que nos
ocupa y porque es un pilar de la integración social y la autoestima de la
persona, no cabe la menor duda de que al hablar del trabajo decente
nos referimos a una faceta esencial de la calidad de vida. El trabajo pro-
ductivo es también la fuente principal de ingresos de la inmensa mayo-
ría de la población.
Todas las personas que trabajan o buscan trabajo, cualesquiera
que sean su país, ocupación y nivel profesional, tienen una idea de qué
quiere decir que un trabajo es o no «decente». Ahora bien, ¿de qué se
trata exactamente? ¿Cómo medirlo para poder valorar y comparar
hasta qué punto son «decentes» los distintos puestos de trabajo, empre-
sas y países?
En este artículo abordaremos la difícil cuestión del empleo de indi-
cadores estadísticos para hacer una medición objetiva del trabajo
decente. Nuestros objetivos principales consistirán en:
a)
traducir el
concepto general de trabajo decente en características del trabajo fáci-
les de comprender,
b)
hallar indicadores estadísticos para comenzar a
*Ex funcionario de la OIT. **Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico del Departa-
mento de Integración de Políticas de la OIT. ***Oficina de Programa y Gestión de la OIT.
****Instituto Hubert H. Humphrey de la Universidad de Minnesota. El presente artículo se basa
en un documento de trabajo más extenso de la OIT redactado por los mismos autores (véase
Anker y otros, 2002).
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Revista Internacional del Trabajo
medir de inmediato estas características con un grado aceptable de
coherencia, exactitud y comparabilidad internacional, y
c)
proponer
otras actividades y otros indicadores estadísticos destinados a mejorar
la medición del trabajo decente en el futuro. La finalidad última será
establecer las bases necesarias para elaborar un conjunto básico de indi-
cadores de la OIT relativos al trabajo decente que fomenten los esfuer-
zos destinados a promoverlo y medirlo en todo el mundo, así como
documentar empíricamente las relaciones existentes entre las diferen-
tes facetas del trabajo decente, y entre éste, la pobreza y los resultados
económicos.
En la primera parte del artículo estudiaremos algunos asuntos
importantes de carácter político que podrán abordarse mejor gracias a
los indicadores estadísticos del trabajo decente. En la segunda analizare-
mos el concepto de trabajo decente y cómo influye en la construcción de
los indicadores estadísticos. La tercera parte comienza traduciendo el
concepto de trabajo decente en unas características del trabajo genera-
les y de fácil comprensión y expone los indicadores estadísticos de cada
una de ellas; después se pormenorizan los indicadores que nos servirán
para empezar a efectuar estimaciones y se esboza la labor conceptual
que será probablemente necesaria con el fin de mejorar las mediciones
más adelante. En la última parte extraeremos varias conclusiones y for-
mularemos recomendaciones acerca de lo que es menester hacer para
calcular los indicadores del trabajo decente propuestos con datos de un
número considerable de países de todas las regiones del planeta.
Téngase bien presente que en este artículo no aportaremos un
conjunto definitivo de indicadores de la OIT relativos al trabajo de-
cente, aun cuando los que proponemos sean el resultado de una labor
prolongada de reflexión y debate llevada a cabo en el seno de la OIT.
Para llegar a un conjunto básico y definitivo de indicadores del trabajo
decente habrá que tomar en cuenta los resultados de más mediciones y
pruebas. Sea como fuere, es importante no olvidar que, incluso después
de haber establecido un conjunto básico de indicadores de la OIT rela-
tivos al trabajo decente, éste no será definitivo ni completo, al menos
desde dos puntos de vista de suma importancia: en primer lugar, la
mejora de las mediciones con el transcurso del tiempo permitirá elabo-
rar más adelante un conjunto básico de indicadores más amplio; en
segundo lugar, los países, las regiones y los programas técnicos necesi-
tarán otros indicadores complementarios para atender sus necesidades
concretas.
Los indicadores del trabajo decente y la política
El acopio de datos y estadísticas del trabajo se ha centrado tradi-
cionalmente en el empleo y el desempleo, habiéndose dado la mayor
resonancia al segundo de éstos. Ahora bien, está claro que no basta
con ello, pues el volumen de empleo que genera una economía en un
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momento dado apenas nos sirve para conocer sus características, es
decir, hasta qué punto los puestos de trabajo garantizan la calidad de
vida o, dicho de otro modo, potencian las capacidades de las personas
1
.
A continuación expondremos brevemente algunos de los asuntos
que pueden esclarecerse considerablemente con unos datos y unos indi-
cadores exhaustivos acerca del trabajo decente.
La reducción de la pobreza
La Asamblea del Milenio de las Naciones Unidas adoptó la ambi-
ciosa meta de disminuir a la mitad para el año 2015 (a partir de su nivel
de 1990) el número de personas que viven en condiciones de pobreza
extrema. Nuestros conocimientos actuales nos dicen que el crecimiento
económico es condición previa indispensable de la reducción sostenida
de la pobreza, pero que no basta, sino que son las diferentes combina-
ciones posibles de políticas económicas, de empleo, sociales y de lucha
contra la pobreza las que interesan especialmente a los países empeña-
dos en resolver este problema. De hecho, los datos agregados sobre el
porcentaje de la población que vive en una pobreza extrema no revelan
si los distintos casos de pobreza se deben a que no hay empleos suficien-
tes, a los salarios bajos, a la incapacidad de trabajar por un accidente
laboral no indemnizado, a la discriminación, a la falta de protección
social, a la inexistencia de una pensión de jubilación mínima o a cual-
quiera de los otros muchos factores del mercado laboral. Una medición
más ajustada del trabajo decente — sobre todo, del alcance de la pro-
tección social y de la importancia de las remuneraciones bajas y las jor-
nadas excesivas — nos facilitará nuevas ideas acerca de las distintas
maneras de luchar contra la pobreza. Así pues, comprender el trabajo
decente dentro de su entorno y esclarecer sus relaciones con la pobre-
za habrá de ser un arma esencial del combate para disminuir la pobreza
extrema.
Las dimensiones sociales de la mundialización
y el desarrollo duradero
Podemos citar varios países que han disminuido radicalmente la
pobreza. Más difícil resulta demostrar mediante análisis cuantitativos
1
Podemos hacer un parangón esclarecedor con el crecimiento económico y con el bienes-
tar de los seres humanos. El instrumento de medida del desarrollo económico más común es la
renta agregada por habitante, pero la labor de vanguardia del PNUD en materia de indicadores
del desarrollo humano ha demostrado que la renta por habitante es sólo un componente del desa-
rrollo y que los aumentos de la renta agregada no se traducen a la perfección en niveles más ele-
vados de bienestar humano, por ejemplo, en una vida más larga o en mejores condiciones de
enseñanza, sanidad y vivienda.

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