Los Kamaiyas de Nepal son libres, pero, ¿por cuánto tiempo?

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SURYAPATUWA, Nepal - Al oeste de Nepal, tras superar un trayecto de cuarenta minutos por carreteras repletas de baches que surcan fértiles arrozales, con la capital del Distrito de Bardiya como punto de partida, se accede al hogar de Jung Bahadur y su esposa, Asha Tharu, para los que el siglo XXI acaba de comenzar.

Hasta julio del presente año, muchas familias de la región, incluida la de Jung Bahadur, eran Kamaiya, o trabajadores en régimen de servidumbre que padecían condiciones de vida miserables, al servicio de día y de noche del terrateniente o Zamindar. En dicha fecha, el Gobierno les liberó, poniendo fin a una práctica que ha condenado a la pobreza y la deuda a miles de agricultores de la zona y a sus familias durante décadas.

"Estamos encantados con el cambio y tratamos de conocer tantos Kamaiyas como nos sea posible para convencerles de que abandonen esta práctica", comentó recientemente Jung Bahadur a un visitante. "Ahora puedo ahorrar dinero, ya no es necesario que lo pida prestado".

Libres, pero ¿puede un pájaro enjaulado aprender a volar?

En una primera aproximación, parecería que Jung Bahadur y sus colegas Kamaiya protagonizan una historia de éxito al encontrar un final para una práctica arcaica y ofrecer trabajo decente a personas que antes sólo podían soñar con ganarse su propio sustento. En algunos aspectos, el éxito es cierto.

De hecho, Jung Bahadur fue uno de los pocos afortunados que, incluso antes de la promulgación del decreto gubernamental, había conseguido abonar la totalidad de su deuda de 10.000 Rs (unos 140 dólares) obteniendo ingresos adicionales de la práctica de la carpintería y trabajos agrarios ocasionales. Ahora, la familia es libre de elegir sus propias opciones respecto al modo de vivir su vida. Su esposa Asha trabaja en la cocina, el jardín y el cuidado de los hijos. Jung Bahadur posee una pequeña parcela de terreno (2 khatta o 0,07 hectáreas) y completa sus ingresos mediante el trabajo asalariado y la carpintería.

Sin embargo, la mejora reconocida en las vidas de los Kamaiya no es tan inequívoca como parece. Algunos como Chun Budhiya, de 51 años de edad, son demasiado mayores para encontrar otro empleo, por lo que su familia y él siguen trabajando para el terrateniente a cambio de 4,5 quintal (450 kg) de arroz al año, además de alojamiento y manutención. Budhiya realiza todo tipo de tareas, como cortar el pasto para el ganado, arar, plantar y regar, con lo que sigue dependiendo de su terrateniente a pesar de haber perdido su condición de Kamaiya.

"Los loros que han permanecido demasiado tiempo enjaulados tienen dificultades para aprender a volar", asegura un funcionario del Comité de Desarrollo del Distrito de Banke al referirse a la situación de los Kamaiya liberados.

El sistema kamaiya

El sistema Kamaiya se encontraba generalizado en cinco distritos en el oeste del Nepal y afectaba mayoritariamente a los miembros del grupo étnico Tharu. Con arreglo a este régimen, los Kamaiya convenían en trabajar para un Zamindar, sujetándose a un contrato verbal de un año por el que recibían un salario pagado en ocasiones en efectivo, o en especie, en forma de una cantidad fija de arroz o una porción establecida de su propia producción. A menudo, la esposa y los hijos también trabajaban para el terrateniente a cambio de una retribución adicional escasa o nula.

En cualquier caso, los salarios raramente eran adecuados para atender las necesidades básicas de una familia, lo que obligaba a los Kamaiya a pedir un préstamo al terrateniente con el fin de cumplir con compromisos sociales como las fiestas tradicionales, o de correr con gastos médicos o de otra índole. El servicio de la deuda forzaba a los Kamaiya a perder los derechos sobre sus ingresos. Así, les era imposible liberarse de la espiral de pobreza y deuda, que se traspasaba de una generación a la siguiente.

Es probable que el sistema Kamaiya se haya mantenido durante cinco décadas, como resultado de la emigración de agricultores de las montañas a tierras más bajas. Aunque cultivaban la tierra, carecían de derechos legales sobre ella. En la década de 1960, cuando el Estado concedió a numerosos funcionarios públicos, militares y miembros de la familia real grandes extensiones de terreno, los Tharu fueron desalojados y acabaron dependiendo de los terratenientes.

Un reciente estudio indica que hay más de 7.000 antiguas familias Kamaiya en el Distrito de Bardiya, de las que unas 3.000 carecen de vivienda o terreno propios. El Gobierno lleva a cabo la identificación de los terrenos de titularidad pública para su redistribución a estas familias, concediendo prioridad a las que carecen de techo. Se espera proporcionar el terreno apropiado a las familias a fin de que puedan producir lo suficiente para cubrir sus propias necesidades de subsistencia y que sus hijos disfruten de una vida mejor que la propia de un peón de labranza.

Con todo, la tierra por sí sola no basta; también son necesarias la educación, los servicios sanitarios y las oportunidades de empleo alternativo para adultos. La capacitación de los antiguos Kamaiyas resulta esencia si se pretende evitar que vuelvan a caer en otras formas de explotación laboral.

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INFORME MUNDIAL

Con arreglo al seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, el Director General elabora cada año un Informe Mundial para su debate en la Conferencia Internacional del Trabajo. La cuestión abordada en el Informe Mundial en 2001 es la erradicación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio. El Informe se hará público con anterioridad a la 89ª Sesión de la CIT en junio de 2001. Sus conclusiones y el debate que se produzca en la Conferencia se utilizarán en la preparación del informe correspondiente a la sesión de noviembre de 2001 del Consejo de Administración, que versará sobre las prioridades y los planes de acción en materia de cooperación técnica para la erradicación del trabajo forzoso.

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Apoyo necesario

El Ministerio de Reforma y Gestión Agraria ha elaborado una propuesta para el rescate y la rehabilitación de los Kamaiyas emancipados, pero su puesta en práctica requiere la ayuda de las agencias donantes.(*)

El Programa InFocus de la OIT sobre la Promoción de la Declaración y el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) se han unido en el diseño de un proyecto sobre la Erradicación Sostenible del Trabajo en Régimen de Servidumbre en Nepal, dotado con 3,5 millones de dólares aportados por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, que será puesto en práctica por el Gobierno de Nepal y organizaciones no gubernamentales, incluidas las de trabajadores y de empleadores. El proyecto se fundamenta en los logros alcanzados por anteriores proyectos del IPEC encaminados de manera específica a la erradicación del trabajo infantil en régimen de servidumbre en Nepal.

En el nuevo proyecto se considera a los niños sujetos a este régimen como parte de las familias Kamaiya y, por esta razón, se adopta un planteamiento integrado respecto al tratamiento de un conjunto de problemas que afectan a las familias más desfavorecidas del oeste de Nepal. Los elementos esenciales son la consolidación de la capacidad del Gobierno, los interlocutores sociales y las ONG para facilitar la rehabilitación efectiva de las antiguas familias Kamaiya, incluida la imposición de salarios agrarios mínimos; la concienciación respecto a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y los Convenios de la OIT, incluido el Convenio (núm. 182) sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999, así como la defensa de tales principios y derechos; la prestación de ayuda para la reintegración de las familias Kamaiya a sus comunidades; y la oferta de una enseñanza apropiada y de alta calidad a los antiguos niños Kamaiya mediante su escolarización normalizada, o de una formación profesional y no reglada.

El proyecto colaborará estrechamente con el proyecto subregional de la Unidad de Financiación Social (SFU, Social Finance Unit) de la OIT para la lucha contra la servidumbre por deudas mediante regímenes de microfinanciación, que cubre Nepal, Bangladesh, India y Pakistán.

En estos cuatro países, el proyecto de la SFU se propone facilitar el acceso a fuentes de crédito, ahorro y seguro alternativas a una población en peligro de verse sometida al régimen de servidumbre por primera vez o de volver a caer en él después de su liberación. La estrategia consiste en romper el cuasimonopolio del empleador como prestamista de fondos en el mercado local con el fin de cortar esta vinculación entre los mercados de trabajo y de capital. Además, puesto que el trabajo en régimen de servidumbre se basa en una compleja red de relaciones cuya índole no es exclusivamente financiera, se organizarán ayudas complementarias en las áreas de sensibilización, educación, asistencia sanitaria primaria, actividades generadoras de ingresos, organizaciones colectivas y capacitación social.

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(*)Este proyecto forma parte de la iniciativa BEST (acrónimo inglés de Bondage Eradication Standards and Tools, Normas y herramientas para la erradicación del trabajo en régimen de servidumbre) concebido para convertir la servidumbre por deudas en algo del pasado.

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