Aprendizaje permanente en las industrias de la ingeniería mecánica y eléctrica

A finales de 2010, la educación y la formación de más del 80% de los trabajadores en las industrias de la ingeniería mecánica y eléctrica (IME) serán inadecuadas, cuando no obsoletas. La mayoría de los países industrializados adolecen de escasez de destrezas, mientras aumenta el número sectores de la industria de la IME que se ven sometidos a la presión que ejerce la competencia mundial. La periodista Taina Evans informa de una reciente reunión tripartita de la OIT en la que se debatió esta cuestión.

GINEBRA - 'Antes, un trabajador necesitaba adquirir cierto número de destrezas que le garantizaban un puesto de trabajo durante 10 o 20 años, o incluso para el resto de su vida. Ahora, los trabajadores van a tener que formarse y reconvertirse de manera continua', asegura Morton Bahr, Presidente de Communications Workersof America.

El aprendizaje permanente es un reto para los sistemas de educación y formación profesional (EFP) vigentes, que deben mantenerse al día respecto a las demandas que plantea un mercado en rápida transformación. De hecho, los sistemas de educación y formación se enfrentan a enormes desafíos en todo el mundo. En un reciente informe 8 de la OIT, se pone de relieve que la reconversión profesional y el aprendizaje permanente constituyen los objetivos más significativos del nuevo mercado de trabajo.

La desaceleración económica de 2001 dio lugar a la pérdida de unos 350.000 puestos de trabajo en el sector de la electrónica. La tendencia al aumento de los despidos se vio agravada por los sucesos del 11 de septiembre de ese mismo año. En este sentido, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos (USDOL) ha estimado que, en los próximos cinco a diez años, el 75% de los puestos de trabajo actuales en el país dejarán de existir en su forma presente. Esta transformación exige la dotación de programas de educación y reconversión profesional significativos. En Europa, las asociaciones de empleadores y trabajadores de los sectores de la metalurgia y la electrónica se muestran preocupados respecto a la escasez actual de destrezas y su repercusión en el bienestar y la empleabilidad.

En un mundo que pasa a gran velocidad de una era industrial a otra dominada por las TCI, es necesario un aprendizaje que fomente la aptitud para formarse y la empleabilidad. Para el objeto de la formación, esta situación exige el desarrollo de la capacidad para encontrar y mantener un puesto de trabajo, para cambiarse de empleo o para generar empleo autónomo.

Para la empresa, los trabajadores que disponen de destrezas 'empleables' son aquéllos capaces de responder al cambio de las necesidades del sector y contribuyen al crecimiento y la competitividad de su compañía. Para el Estado, dicha situación exige la disposición de una población activa dotada de destrezas flexibles que puedan satisfacer las demandas constantemente renovadas del mercado de trabajo.

Las destrezas que potencian la empleabilidad de las personas son las que siguen:

destrezas intelectuales, como la capacidad para el diagnóstico, el análisis y la innovación, así como para aprender a formarse;

destrezas sociales e interpersonales, como las que atañen a la toma de decisiones, el trabajo en equipo y la adaptabilidad;

destrezas empresariales, como la creatividad y la innovación, la asunción de riesgos calculados y la comprensión de conceptos básicos de la actividad empresarial;

destrezas técnicas diversas en áreas genéricas que faciliten su movilidad profesional.

Muchos países incluyen ya la formación para la adquisición de destrezas en sus planes de estudios docentes ordinarios (Estados Unidos y Alemania), pero no ocurre lo mismo en todo el mundo. Aunque empleadores, gobiernos y sindicatos se lamentan de las deficiencias de destrezas y de la descoordinación entre las cualificaciones y las necesidades del mercado de trabajo, no se ha dedicado un gran esfuerzo a corregir el problema. Igualmente, a pesar de su importancia económica, el papel del sector privado en la formación y la educación ha sido pasado por alto en gran medida por las instancias oficiales encargadas de la formulación de las políticas

Frente a los retos de la globalización y el cambio tecnológico, la EFP debe desarrollarse en función de la demanda. El sector privado y los sindicatos deben desempeñar un papel relevante y regulado en su evaluación y su prestación. La EFP ha de articularse sobre la base de un sistema descentralizado y sujeto a la evolución del mercado que dé respuesta a las necesidades del sector privado. Una colaboración inequívoca entre los tres sectores, a saber, los trabajadores, los empleadores y el Estado, reduciría al mínimo los conflictos de intereses y mejoraría significativamente la capacidad conjunta de las partes para generar mayor riqueza y elevar los niveles de vida de todos.

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8 Lifelong learning in the mechanical and electrical engineering industries, International Labour Office, Geneva 2002.

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