El impacto de género de la reforma a la seguridad social en América Latina

AuthorEstelle James - Alejandra Cox-Edwards - Rebeca Wong
PositionConsultora, Banco Mundial y otros organismos - California State University - Maryland Population Research Center
Pages1-34
BIENESTAR Y POLITICA SOCIAL
VOL 1, NÚM. 1, pág. 1-34
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Introducción1
n las últimas dos décadas muchos países han adoptado sistemas de pensiones multi-pilar
conformados por un pilar público de beneficios definidos (BD) y un pilar privado de
contribución definida (CD). Los críticos de esta reforma de pensiones argumentan que el estrecho
vínculo existente entre las contribuciones sobre la nómina y los beneficios del pilar de CD resultará
EL IMPACTO DE GÉNERO DE LA REFORMA
A LA SEGURIDAD SOCIAL EN AMÉRICA LATINA
Estelle James
Consultora, Banco Mundial y otros organismos
ejames@estellejames.com
Alejandra Cox-Edwards
California State University
acoxedwa@csulb.edu
Rebeca Wong
Maryland Population Research Center
rwong@popcenter.umd.edu
Resumen
as reformas recientes hechas a los sistemas multi-pilar estrechan el vínculo entre las
contribuciones salariales y los beneficios, conduciendo a que los críticos arguyan que éstas
reformas perjudicarán a las mujeres, quienes tienen un empleo menos continuo y ganan menores
salarios que los hombres. Sin embargo, estas reformas también eliminan distorsiones y enfocan
las redistribuciones hacia los de menores ingresos, lo que ayuda a las mujeres. Este artículo
evalúa el conflicto entre ambas afirmaciones en el caso de tres países latinoamericanos –Chile,
Argentina y México. Encontramos que las anualidades correspondientes a las mujeres son
menores que las de los hombres en los esquemas de pensiones multi-pilar, pero las mujeres son
las receptoras de las transferencias netas públicas y las transferencia privadas intrafamiliares
a través de las pensiones conjuntas. Como resultado, las mujeres han ganado más con las
reformas que los hombres.
Palabras clave: protección social, pensiones, envejecimiento, mercado laboral, América Latina
Clasificación JEL: H55, N36.
1 Este documento es parte de un proyecto conjunto llevado a cabo por James, Edwards, y Wong. Fue financiado por el
Fondo de Economía y Género del Banco Mundial (Economics and Gender Trust of the World Bank), a quienes
expresamos nuestro aprecio. Se basa en gran medida en una versión anterior James, Edwards y Wong (2003b). Para
otros documentos que forman parte de este proyecto ver Edwards (2002, 2001a, 2001b, 2001c, 2000a, 2000b), Parker
y Wong (2001), y Wong y Parker (2001). Para una versión anterior expandida ver James, Edwards y Wong ( 2003a).
Otros documentos han discutido las tasas de reemplazo proyectadas de los hombres y las mujeres en Chile y Argentina,
pero ninguno ha utilizado el comportamiento real en el mercado laboral para simular los historiales de empleo y para
comparar los beneficios esperados bajo los sistemas nuevo y antiguo. Ver Arenas de Mesa y Montecinos (1999),
Barrientos (1998), Bertranou (2001) y Bertranou (1998).
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EL IMPACTO DE GENERO DE LA REFORMA A LA SEGURIDAD SOCIAL EN AMERICA LATINA
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2 En Estados Unidos, el 60 por ciento de la población de más de 65 años y el 72 por ciento de aquéllos con más de 85
años son mujeres, disparidad que ha ido aumentando en el tiempo. La tasa de pobreza de las mujeres mayores de 65
años es del 15 por ciento, comparada con el 7 por ciento de los hombres de más de 65 años. La tasa de pobreza de las
mujeres de más de 85 años es del 20 por ciento y la tasa de las mujeres mayores divorciadas, separadas o nunca
casadas es del 27 por ciento (Ver Shirley y Spiegler, 1998; Street y Wilmoth, 2001). Las tasas de pobreza para los
ancianos son más difíciles de medir en los países en desarrollo, donde las personas mayores viven con sus hijos en
arreglos familiares extendidos, de los que no conocemos como se distribuye el consumo total del hogar.
en pensiones menores para las mujeres. Por otro lado, los que respaldan la reforma argumentan
que los sistemas multi-pilar eliminan las distorsiones que favorecían a los hombres y permiten que
el pilar público esté mejor dirigido hacia los grupos objetivo, ayudando así a las mujeres. Este
debate es de importancia porque la mayor parte de las personas aldultas son mujeres, porque la
pobreza entre la gente mayor tiende a ser más alta entre las mujeres adultas de mayor edad, y
porque los programas de pensiones afectan los incentivos al trabajo para las mujeres.2
Para poner a prueba estos argumentos antagónicos, y para analizar de forma general el
impacto de género en los distintos sistemas de pensiones, este trabajo examina el impacto diferencial
sobre los dos géneros en los sistemas antiguos y nuevos de pensiones de tres países latinoamericanos:
Chile, Argentina y México. En los tres casos, el nuevo sistema de seguridad social está conformado
por dos componentes: cuentas individuales fondeadas administradas por el sector privado (que
son de contribución definida) y una red de seguridad administrada y financiada públicamente (que
es de beneficio definido). Con base en datos de encuestas de hogares, simulamos el salario y el
historial de empleo de hombres y mujeres representativos de la población. Utilizamos estos
historiales para proyectar el monto al que ascenderán sus pensiones bajo los nuevos sistemas y
calculamos a cuánto habrían ascendido estos montos bajo las reglas del antiguo sistema.
Examinamos cómo el cambio hacia los nuevos sistemas afectó a las mujeres en comparación con
los hombres y los efectos diferenciados entre varios subgrupos de mujeres—aquéllas con un mayor
nivel de educación contra otras con menor nivel; aquéllas que han tenido un historial de trabajo
continuo dentro del mercado laboral contra las que han trabajado principalmente en el hogar; y
mujeres solteras contra casadas. Ponemos énfasis en las características clave del diseño que
determinan estos resultados de género.
La igualdad de género en los sistemas de pensiones tiene muchas dimensiones potenciales.
Puede referirse a:
•la diferencia entre los beneficios mensuales de hombres y mujeres (la cual existe en todos
los regímenes contributivos porque las mujeres participan por menos tiempo en el mercado laboral);
•o a la diferencia en los beneficios que se obtienen a lo largo de la vida (que por lo general
serán menores para las mujeres porque en promedio viven más tiempo);
•o a las diferencias en las tasas de retorno y en las redistribuciones (que favorecerán a las
mujeres en un sistema progresivo);
•al diferencial en las tasas de reemplazo respecto a los salarios (que serán menores para las
mujeres si los beneficios dependen de los años de contribuciones realizadas);
•al diferencial en las tasas de pobreza (que tienden a ser más altas entre mujeres de mayor
edad, a menos que el sistema estipule medidas que se encarguen directamente de esta cuestión).
Además, en el contexto de cambio del sistema se puede medir si las mujeres han ganado o
perdido en términos absolutos, o respecto a los hombres con la misma educación, o respecto a un
estándar como los beneficios de los hombres con el mayor nivel educativo. En este documento
nos centraremos en la brecha de género existente entre los ingresos mensuales y vitalicios y sus
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implicaciones sobre las transferencias netas, así como en los cambios en la posición relativa de las
mujeres al modificar los sistemas de seguridad social.
Encontramos que las reformas en Latinoamérica han aumentado el nivel esperado de los
beneficios de las mujeres respecto a los hombres y de los beneficios de los trabajadores de bajos
ingresos –entre los cuales se encuentra un número considerable de mujeres– respecto a los de
mayores ingresos. Aunque la anualidad que se obtiene de la cuenta es mucho menor para las
mujeres que para los hombres, el efecto se ve mitigado por la mejora en la delimitación de los
objetivos de los nuevos pilares públicos que se enfocan en seleccionar a las personas de bajos
ingresos, de las cuales muchas son mujeres, y por las restricciones para el otorgamiento de
beneficios, particularmente de los requerimientos conjuntos para la pensión. A los hombres casados
se les requiere que al momento del retiro compren una pensión que cubra tanto a sus viudas como
a ellos mismos, mientras que a las viudas se les permite recibir esta pensión conjunta además de su
anualidad propia resultado de sus propias contribuciones. Como resultado de estas transferencias
públicas e intra-familiares, las mujeres de bajos ingresos casadas son las que relativamente más
ganan con la reforma de pensiones. En Chile y México, aquéllos que trabajan más ganan más, por
lo que el sector del empleo formal para las mujeres se ve alentado.
La Sección 1 de este documento señala cómo los historiales laborales de hombres y mujeres
por lo general se distinguen y cómo entonces se puede esperar que los sistemas de pensiones
alternativos los afecten de distintas maneras. La Sección 2 describe las reformas multi-pilar en
Latinoamérica, con especial alusión a las medidas que tienen distintos impactos de género. La
Sección 3 resume la metodología empleada. La Sección 4 simula las anualidades esperadas, los
beneficios públicos y las transferencias obligatorias intra-familiares para hombres y mujeres. La
Sección 5 evalúa los grupos que han ganado y perdido más por el cambio al nuevo sistema. La
Sección 6 señala las características principales de diseño que determinan el impacto de género de
la reforma de pensiones y que se pueden aplicar a otros países.
1. ¿Por qué los Sistemas de Pensiones y las Reformas de Pensiones
Tienen un Impacto de Género?
En la mayoría de los programas públicos de pensiones, los trabajadores reciben beneficios que
dependen de los salarios y de los años trabajados, o más directamente, de sus contribuciones.
Estos sistemas de seguridad social contributivos se desarrollaron porque las pensiones eran vistas
como una forma de reemplazar los salarios y porque las personas están más dispuestas a pagar el
impuesto que financia el sistema si reciben a cambio un beneficio monetario contingente. No
obstante, es probable que las mujeres hayan trabajado y contribuido por un número menor de años
que los hombres y que hayan ganado menores salarios mientras trabajaban, obteniendo por lo
tanto una menor pensión cuando se retiran. Las diferencias demográficas y del mercado laboral
que resultan en un nivel distinto de pensiones entre hombres y mujeres son bien conocidas.
1.1 Diferencias en el mercado laboral entre mujeres y hombres
Tasas de participación de la fuerza laboral. Las mujeres, especialmente las casadas, por lo general
tienen un historial de empleo menos continuo que los hombres debido a la división del trabajo

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