¿Hay igualdad profesional entre los sexos en África? El ejemplo del sector moderno de Malí

DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-913X.2003.tb00179.x
Published date01 September 2003
Date01 September 2003
AuthorSaliha DOUMBIA,Dominique MEURS
Revista Internacional del Trabajo,
vol. 122 (2003), núm. 3
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2003
¿Hay igualdad profesional entre
los sexos en África?
El ejemplo del sector moderno de Malí
Saliha DOUMBIA
*
y Dominique MEURS
**
esde hace veinte años, la discriminación salarial de la mujer ha
D
sido objeto de numerosos estudios económicos, tanto teóricos
como empíricos. Para los economistas, constituye una disfunción difícil
de comprender, ya que tiene su origen en el hecho de que las empresas
remuneran de manera desigual a asalariados que realizan un trabajo
igual. Según la tesis de Becker (1957), este comportamiento de las
empresas no puede perdurar si los mercados son competitivos, pues los
empleadores desorientados por sus prejuicios consiguen menos benefi-
cios que sus competidores y acaban desapareciendo.
Sin embargo, este razonamiento no explica todos los obstáculos
con que se encuentran las mujeres en el mercado de trabajo, en parti-
cular el de la segregación profesional. La «exclusión» de las mujeres de
ciertos empleos les lleva a buscar otras profesiones cuya remuneración,
debido precisamente a su afluencia, se ve sometida a una presión a la
baja (Bergmann, 1974). La hipótesis de la discriminación estadística da
una explicación de este fenómeno de segregación profesional basada en
el comportamiento de las empresas (Arrow, 1973, y Phelps, 1972).
Debido a que carecen de información cabal sobre los candidatos, los
empleadores les atribuyen las características medias del grupo al que
pertenecen. En el caso de las mujeres, el empleador presupone una
entrega menor a la vida profesional y una mayor probabilidad de inte-
rrupción de su carrera. Por ello, las mujeres se ven confinadas a los
puestos que ofrecen menos perspectivas, lo cual puede incitarles a reti-
rarse del mercado de trabajo y confirmar
a posteriori
las impresiones de
*Observatorio del Empleo y la Formación (OEF) del Ministerio de Trabajo de Malí; direc-
ción electrónica: oef@mail.datatech.toolnet.org. ** Equipo de Investigación sobre los Merca-
dos, el Empleo y la Simulación (ERMES), Universidad de París 2, Francia; dirección electrónica:
meurs@u-paris2.fr.
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Revista Internacional del Trabajo
los empleadores. De ahí que el análisis de las diferencias salariales
entre los hombres y las mujeres deba tener en cuenta las diferencias en
cuanto a los puestos que ocupan unos y otras, que son, a su vez, resul-
tado de los prejuicios de los empleadores y de las obligaciones «extra-
laborales»: las modalidades y costos del cuidado de los hijos y la
organización de los horarios y del tiempo de trabajo pueden influir en
el comportamiento de los hogares y repercutir en la gestión de los
recursos humanos.
Numerosos estudios empíricos han tratado de medir la diferencia
entre la remuneración de los hombres y las mujeres y de averiguar sus
causas, es decir, determinar la parte que corresponde a los factores
estructurales (diferencias en cuanto a educación, experiencia profesio-
nal, jornada de trabajo, tipo de empleo ocupado, etc.) y la que no se
puede atribuir a diferencias en las características, por lo que es discri-
minación salarial pura.
Hay dos factores que cuentan en la diferencia del salario medio
que se registra entre hombres y mujeres. El primero es el lugar de las
mujeres asalariadas en la jerarquía salarial, que depende, a su vez, tanto
de diferencias objetivas de las características productivas como de fenó-
menos discriminatorios. El segundo es la dispersión de los salarios, que
influye en el perjuicio salarial derivado del lugar ocupado dentro de la
distribución de los salarios. Una estructura de las remuneraciones muy
poco igualitaria amplía las diferencias de ingresos entre hombres y
mujeres (Blau y Kahn, 1995). En efecto, si dos países tienen una estruc-
tura de empleos por sexo semejante, el país que tenga más dispersión
salarial tendrá igualmente más diferencia de salarios entre el hombre y
la mujer, ya que una desventaja de la mujer en la clasificación jerár-
quica tendrá más consecuencias monetarias que en el país con menos
desigualdades.
¿En qué medida son válidos para un país en desarrollo estos aná-
lisis de la discriminación contra la mujer?
Las políticas de desarrollo se ocupan hoy día cada vez más de la
importancia de la mujer en la sociedad como factor de desarrollo eco-
nómico (Sen, 1995). Proclaman los efectos positivos que puede tener en
el conjunto de la economía una mejora de las condiciones de vida y de
trabajo de las mujeres y fomentan especialmente las políticas de educa-
ción y de salud que facilitan la incorporación de la mujer al mercado de
trabajo. En los estudios al respecto llevados a cabo en los países en
desarrollo, la parte más estudiada y mejor conocida es la influencia de
las características del hogar en la oferta de mano de obra femenina. Los
autores ponen de manifiesto los obstáculos encontrados por las mujeres
para conseguir trabajo, más aún si se trata de empleos asalariados de la
economía regular, y las diferencias de comportamiento que se dan
según el tipo de mercado de trabajo (regular o informal). La presencia
de la mujer en el mundo del trabajo varía según el sector de actividad,

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