Una historia de 'penuria y retroceso' en Ucrania.

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"Las estadísticas tradicionales de empleo y desempleo deforman la realidad y son engañosas", dice el Director del Programa InFocus sobre seguridad social y económica en el siglo XXI de la OIT, Guy Standing, que diseñó el estudio. "La mayoría de las personas nominalmente empleadas carecen en realidad de empleo, y muchos de los que tienen trabajo no reciben remuneración".

El estudio se hizo sobre una muestra representativa a escala nacional de 690 empresas que empleaban a 583 679 trabajadores. Se llevó a cabo en 1999, y ahora hay en curso otro estudio análogo. Entre los principales resultados figuran los siguientes:

• Las empresas industriales ucranianas operan a menos del 44% de su capacidad, frente al 66% en 1995, un descenso sin precedentes a un nivel mucho más bajo que el de cualquier economía industrializada;

• Más del 38% de las empresas señaló que podían alcanzar el mismo nivel de producción con menos trabajadores, aun cuando habían reducido considerablemente la plantilla a lo largo de la década anterior;

• En promedio, las empresas que declaraban que podían reducir el empleo sin diminuir la producción, estimaban que podían suprimir un puesto de trabajo de cada cuatro;

• Más del 18% de todos los trabajadores estaban en "baja administrativa" no remunerada, es decir, en situación de despido temporal; contaban como empleados pero en realidad eran desempleados. Un gran porcentaje había estado de baja no retribuida durante tres meses por lo menos;

• Más del 20% de los trabajadores se encontraba en régimen de trabajo a tiempo parcial, y la mayoría no percibía ingreso alguno; incluso los no clasificados en ese régimen cumplían semanas de trabajo cortas (32 horas en promedio, frente a una semana estándar nacional de 40 horas);

• Alrededor del 12% de todas las mujeres nominalmente empleadas en las fábricas del país estaba con "licencia por maternidad" prolongada, aun cuando la tasa de fecundidad es extremadamente baja; en consonancia con la opinión de que ese tipo de licencia era una forma de despedir temporalmente a las trabajadoras, la duración de la licencia era mayor en las empresas que tenían mayores dificultades económicas y en las que el empleo había mermado más;

• Teniendo en cuenta todas las formas de exceso de mano de obra visible, alrededor de una tercera parte de la fuerza de trabajo está temporalmente suspendida en algún momento; quienes se hallan en esta situación se cuentan como empleados, pero ponen en ridículo la tasa oficial de desempleo registrado, que se ha mantenido por debajo del 5%;

• En 1999, más del 80% de las empresas manifestó tener grandes dificultades para pagar los salarios;

• Cuatro de cada cinco empresas no han abonado los salarios contractuales a sus trabajadores y, como media, los atrasos salariales en esas empresas duraron más de 20 semanas;

• La desigualdad salarial ha crecido desde comienzos de la década de 1990, dentro de las empresas, entre empresas del mismo sector y entre sectores; además, pese a una erosión generalizada de las prestaciones abonadas por las empresas a sus trabajadores, se ha registrado una fuerte tendencia de las empresas que pagan salarios relativamente altos a otorgar a los trabajadores más prestaciones que las empresas que pagan poco, lo que acentúa las desigualdades; en efecto, el recorte de las prestaciones se ha concentrado en las empresas que ofrecen bajos salarios;

• En la mayor parte de las fábricas, una reducida minoría de trabajadores recibía salarios bastante inferiores la media, y muy por debajo de lo necesario para sobrevivir; esta categoría se ha originado en parte a raíz de la política de ingresos basada en la fiscalidad que las instituciones financieras internacionales alentaron al país a adoptar a comienzos del decenio;

• Ha habido una erosión constante de los subsidios otorgados por las empresas y de los servicios sociales; esos subsidios eran desde hace mucho uno de los puntales de la protección social y contribuían a aumentar los bajos salarios en metálico, por lo que su pérdida constituye un grave revés;

• Aunque las mujeres han conservado casi el 50% del empleo industrial, son ahora más que a mediados del decenio de 1990 los empresarios que admiten que discriminan a las mujeres a la hora de contratar personal y de darle formación; sin embargo, contrariamente a lo que por lo común se afirma acerca de las repercusiones de la "transición" en Europa oriental, no hay indicios de que se margine a las mujeres, excepto por lo que respecta al número singularmente elevado de "licencias por maternidad".

"Los resultados del estudio deben considerarse en relación con el descalabro económico y social del país. Durante más de una década, la economía se ha contraído y los niveles de vida han caído vertiginosamente", dice Guy Standing.

En la actualidad, el ingreso medio per cápita es de unos 25 dólares mensuales. Ucrania, que pasó a ser un país independiente en 1991, tenía a comienzos de los años noventa una población cercana a los 52 millones de habitantes. La población ha descendido a menos de 50 millones, en gran medida a causa del aumento de la tasa de mortalidad. La esperanza de vida media al nacer para los varones se ha reducido en unos tres años, situándose en 62 años, mientras que para las mujeres es de 73 años, lo que representa una disminución mucho menor.

Según Standing, "la alta tasa de mortalidad de adultos es el dato estadístico más revelador de la profundidad del descenso del nivel de vida y prueba contundente de que este país grande y estratégicamente situado está atravesando una crisis social, económica, política y demográfica que exige mucho mayor atención de la que se le ha prestado".

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(2) Fuente del informe completo: véase G. Standing y L. Zsoldos, Inseguridad de los trabajadores en la industria ucraniana: informe de la UFLS de 1999 (Ginebra, OIT, Informe sobre seguridad socioeconómica, abril de 2000). La encuesta es la sexta ronda de la Encuesta de Flexibilidad Laboral Ucraniana, elaborada por la OIT y realizada por la Comisión Estadística del Estado Ucraniano. Véase también el Comunicado de prensa OIT/00/13.

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