Empleo y reducción de la pobreza en los países en desarrollo. Es provechoso el salario mínimo?

Date01 September 2001
AuthorCatherine SAGET
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-913X.2001.tb00056.x
Published date01 September 2001
Revista Internacional d el Trabajo, vol. 120 (2001), núm. 3
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2001
Empleo y reducción de la pobreza
en los países en desarrollo.
¿Es provechoso el salario mínimo?
Catherine SAGET*
En este artículo se exploran los efectos de la variaci ón del nivel del
salario mínimo sobre el empleo y la pobreza en los países en
desarrollo. El objetivo programático subyacente es encontrar los
instrumentos más idóneos para «integrar los programas de reducción
de la pobreza y de trabajo decente»1.
Los defensores del salario mínimo obligatorio aducen que éste
tiene la ventaja de mejorar las condiciones económicas de los trabaja-
dores po co remunerados. Sin embargo, si aumentar el salario mínimo
reduce el número de empleos que pueden desempeñar estos trabajado-
res, el efecto global sobre la distribución de los ingresos será ambiva-
lente. De ahí que resulte tanto más importante apreciar la validez del
salario mínimo como instrumento de la política salarial después de la
liberalización del mercado de trabajo que se produjo en las décadas de
1980 y 1990. De un lado, parece ser que ha aumentado la proporción de
la población trabajadora que lo percibe debido, en parte, a que en algu-
nos países se ha mantenido en una cuantía modesta con el fin de que
fuera pagada en la práctica la cantidad fijada por ley (Lustig y McLeod,
1997). De otro lado, un elevado porcentaje de los puestos de trabajo
nuevos que han aparecido en el mundo en d esarrollo se encuentran en
la economía informal, donde el salario mínimo se aplica muy poco o
nada. En América Latina, por ejemplo, el 85 por ciento de los empleos
de reciente creación están en la economía informal (OIT, 1997). En
África el porcentaje d e la población activa ocupada en la economía
1* Departamento de Estrategias de Empleo de la OIT (Ginebra). Una versión anterior
de este artículo fue presentada por la autora en la Conferencia WORK2001, celebrada en
Johannesburgo en abril d e 2001.
1 Discurso pronunciado por Ju an Somavia, Director General de la OIT, ante el Banc o
Mundial, en Washington, el 2 de m arzo de 2000.
282 Revista Internacional del Trab ajo
regular disminuyó entre 1990 y 1999 (Van der Hoeven y Van der Geest,
1999). ¿Qué consecuencias entraña esta tendencia ?
Otras preguntas a las que este artículo procura dar respuesta se
refieren al efecto del salario mínimo sobre el nivel de empleo. ¿Qué
signo tiene la relación, si es que existe? ¿Cuáles son las teorías que com-
piten para explicar el nexo entre el salario mínimo y el empleo? ¿Han
obtenido alguna confirmación empírica en los países en desarrollo ?
Finalmente, la pregunta más vasta de todas: en última instancia, ¿qué
repercusiones tiene en la pobreza una variación del salario mínimo?
Dicho en otras palabras, ¿un salario mínimo más alto empuja a los tra-
bajadores a la pobreza o los saca de ella? ¿Qué trabajadores son los más
expuestos? ¿Es posible verificar el efecto del salario mínimo en una
economía dual con un sector informal de gran magnitud?
La falta de datos dificulta esta clase de análisis. Una de las limita-
ciones más graves con que se tropieza al estudiar los salarios mínimos
es la falta de series temporales de datos de muchos países en desarrollo,
sobre todo de África. Además, muchos países carecen también de
información sob re variables básicas t ales como el porcentaje de traba-
jadores que percibe el salario mínimo, el grado de cumplimiento de la
legislación al respecto, el desglose de los perceptores del salario
mínimo por sexo o por sector de la población (por ejemplo, jóvenes,
urbana, etc.). Sin embargo, una base de datos publicada recientemente
informa sobre el salario mínimo vigente en distintas fechas (desde
mediados de los años setenta a finales de los noventa) en una treinten a
de países en desarrollo, principalmente de América Latina y África,
aunque comprende también Tailandia y Filipinas. Este conjunto de
datos ha permitido verificar ecuaciones simples que relacionan los cam-
bios del salario mín imo con las variaciones del empleo y de la pobreza.
Primero daremos un repaso a los estudios recientes sobre el sala-
rio mínimo y haremos un resumen de sus resultados principales. A con-
tinuación trazaremos un panorama de las condiciones del mercado
laboral en lo referente a la evolución del nivel del salario mínimo, las
características de los trabajadores que lo perciben y el cumplimiento de
la norma país por país. En la tercera parte examinamos la repercusi ón
de los cambios del salario mínimo en los niveles de em pleo y de
pobreza, utilizando el conjunto de datos antedicho. En la parte final
resumimos las averiguaciones principales y exponemos algunas reco-
mendaciones programáticas.
Salario mínimo, emple o y reducción de la pobreza 283
Estudios del efecto del salario mínimo en el empleo
y la pobreza
Predicciones de los modelos neoclásicos cuando existe un sector
informal
El modelo estándar predice que el empleo descender á si el salario
se eleva de forma exógena: cuanto más alto sea el salario mínimo,
mayor será el desempleo. En los países en desarrollo, el salario mínimo
que marca la ley sólo suele regir en la economía regular, que tiene
pequeñas dimensione s2 y es frecuente que no ampare a todos los traba-
jadores de la misma, quedando fuera, por ejemplo, los ocupados a
tiempo parcial o en determinadas industrias; por otra parte, en unos
pocos sitios existe también un límite inferior a los salarios de los traba-
jadores del sector informal. Así pues, las categorías «informal» y «no
amparado» no son exactamente equivalentes. En lo que sigue, sin
embargo, hablaremos d e los efectos de sustitución y de las modificacio-
nes de los salarios relativos en dos partes de la economía, una con sala-
rio mínimo y otra sin él. A largo plazo es de esperar que los cambios del
salario mínimo se traduzcan en sustitución de mano de obra por capita l
y variación de los salarios relativos tanto en el sector no amparado
como en el sector informal, aunque en éste es probable que sean más
inmediatos. Por lo tanto, «informal» y «no amparado» se emplean
indistintamente.
Si el sector informal es extenso, el salario mínimo tiene un efect o
doble. En primer lugar, su implantación hace descender el empleo en el
sector amparado, ya que según el modelo neoclásico la demanda de
mano de obra decrece en función del salario. En segundo lugar, los tra-
bajadores que pierden el empleo en el sector amparado pasan al sector
no amparado, lo cual deprime los salarios en esta parte de la economía.
Dado que el salario exigido (llam ado salario de reserva) de algunos de
estos trabajadores se sitúa por encima del salario de equilibrio impe-
rante en el sector no amparado, el volumen de empleo total será infe-
rior al que existir ía si no hubiera salario mínimo. Por tanto, el efecto
final sobre el empleo depende en gran medida de la magnitud del
aumento del salario mínimo, y también de los efectos de sustitución
entre empleo regular e irregular .
Fields (1994), tras estudiar metódicamente los efectos del salario
mínimo cuando existe un sector no amparado por el mismo, demostró
que la repercusión de éste en el empleo depende en realidad de tres fac-
2Conforme al uso h abitual, entendemos que el sector in formal o irregular, que a veces se
define como residual, no incluye el sector agrícola ni el público, y que abarca a todos los trab aja-
dores (excepto los pro fesionales) ocupados en establecimientos qu e tengan menos de seis u once
empleados, según la metodo logía de la encuesta.

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