Empleo de baja remuneración en Sudáfrica

Published date01 September 2012
Date01 September 2012
AuthorMorné OOSTHUIZEN
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2012.00145.x
Revista Internacional del Trabajo, vol. 131 (2012), núm. 3
Derechos reservados © El autor, 2012
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2012
Empleo de baja remuneración
en Sudáfrica
Morné OOSTHUIZEN*
Resumen. Existen abundantes estudios sobre niveles salariales en Sudáfrica, pero
pocos sobre el empleo de baja remuneración, como el presente artículo. Tras pro-
poner diferentes umbrales como referencia, el autor estima la frecuencia de este
tipo de empleo en el país entre trabajadores asalariados de 2001 a 2007 y analiza
algunos de los factores asociados a la probabilidad de ocuparlo. A continuación
investiga los efectos de los salarios mínimos establecidos por el Ministerio de Tra-
bajo mediante normativas sectoriales (cotejándolos con datos de la Encuesta de
Población Activa), y también de la negociación colectiva, que parece reducir la
frecuencia del empleo de baja remuneración.
Casi dos decenios después de la caída del apartheid, Sudáfrica continúa
haciendo frente a problemas de desarrollo acuciantes. La pobreza sigue
estando muy generalizada y el nivel de desigualdad de ingresos es el más alto
del mundo, a pesar de la apertura del mercado de trabajo y de un acceso me-
jorado a la enseñanza. Según estimaciones recientes, el coeciente de Gini del
país se encuentra entre 0,68 y 0,711, y la tasa de pobreza entre el 22 y el 50
por ciento, dependiendo del umbral que se tome como referencia (Presiden-
cia, 2010, págs. 25 y 26).
Se da por sentado que la reducción de la pobreza y de la desigualdad a
largo plazo vendrá de la mano de un mercado de trabajo ecaz en el que todos
podrán competir en pie de igualdad y una gran mayoría (muy por encima de
los dos tercios) podrá encontrar trabajo. Sin embargo, si se desea que las polí-
* Unidad de Investigación sobre Políticas de Desarrollo, Facultad de Ciencias Económi-
cas de la Universidad de Ciudad del Cabo, dirección electrónica: Morne.Oosthuizen@uct.ac.za.
Se agradece al Programa sobre las Condiciones de Trabajo y Empleo de la Organización Interna-
cional del Trabajo el apoyo prestado para hacer posible esta investigación. El autor desea dar las
gracias asimismo a Sumayya Goga y a Natasha Mayet, por su ayuda para el presente artículo y
para el borrador del mismo, a los participantes en la Segunda Conferencia sobre Reglamentación
del Trabajo Decente (Ginebra, julio de 2011), y a los críticos anónimos, por sus útiles comentarios.
La responsabilidad de las opinones expresadas en los artículos solo incumbe a sus autores,
y su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no signica que la OIT las suscriba.
1 Recordemos que, para este indicador de los niveles de igualdad de un país, 0 equivale a
una igualdad total, y 1 a una desigualdad máxima.
Revista Internacional del Trabajo
190
ticas de empleo respondan ecazmente tanto al problema de la pobreza como
al de la desigualdad, habrá de tenerse en cuenta la naturaleza de las oportuni-
dades de empleo, concretamente en lo que respecta al nivel de remuneración.
La incapacidad del mercado de trabajo de proporcionar el empleo y las
oportunidades de ingresos necesarios ha forzado al Estado a intervenir con ex-
tensos programas de prestaciones sociales. El número de personas pobres be-
neciarias de las mismas es considerable. En 2011 ascendía a 14,6 millones, que
representaban cerca del 30 por ciento de la población; de ellos, 10,2 millones re-
cibieron una ayuda por hijos a cargo (Child Support Grant) y 2,6 millones eran
beneciarios del régimen de pensiones de vejez (Old Age Pension), los dos pro-
gramas más amplios (Organismo Sudafricano de la Seguridad Social, 2011). Las
prestaciones sociales constituyen un importante dispositivo de seguridad para los
hogares pobres, que con frecuencia se apoyan en los beneciarios de las mismas,
y en particular en los pensionistas, sobre todo si se tiene en cuenta el exiguo se-
guro de desempleo. De igual forma, la ampliación del gasto social (servicios de
salud y enseñanza, entre otros, proporcionados por el Estado) ayuda asimismo a
compensar las repercusiones negativas de la baja remuneración para las familias.
Se han realizado muchas investigaciones con objeto de entender la diná-
mica salarial, los factores que la determinan y la distribución desigual de los
salarios en Sudáfrica (entre ellas, Bhorat y Leibbrandt, 2001; Daniels y Ros-
pabé, 2005; Burger y Jafta, 2006; Hoogeveen y Özler, 2006; Leite et al., 2006;
El Badaoui et al., 2008; Bhorat et al., 2009). En general, los hallazgos obtenidos
mediante funciones de ingresos coinciden con los datos empíricos más gene-
rales sobre ventaja y desventaja dentro del mercado de trabajo sudafricano.
La raza parece tener una inuencia sobre el nivel salarial: los africanos son
quienes menos ganan, seguidos de los mestizos, los asiáticos y, por último, los
blancos. Los hombres ganan más que las mujeres, así como los trabajadores
del sector formal con respecto a los del sector informal, y los sindicados con
respecto a los que no lo están. La edad también es determinante, y correla-
ciona positivamente con el nivel de ingresos, aunque a un ritmo decreciente
(como ponen de maniesto los valores negativos de los términos cuadráticos),
al igual que el nivel de instrucción.
El presente artículo se centra especícamente en el empleo asalariado
de baja remuneración entre 2001 y 2007. El único estudio que ha tratado este
tema anteriormente en el contexto de Sudáfrica es el de Valodia et al. (2006),
quienes clasicaron al 39 por ciento de la población activa en la categoría de
baja remuneración, a partir de un umbral de 1.000 rand sudafricanos men-
suales en 2004; dentro de dicho porcentaje, los más representados fueron los
africanos y los trabajadores menos cualicados; la frecuencia de este tipo de
empleo fue mayor en los sectores del trabajo doméstico y el trabajo agrícola
y en la economía informal.
El artículo se organiza como sigue: en primer lugar se presentan los datos
y el método utilizados; a continuación se proporcionan estimaciones de la fre-
cuencia del empleo de baja remuneración entre 2001 y 2007 tomando como
base las covariables habituales, demográcas y de otro tipo. Después se estu-

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT