Discapacidad y absentismo. Análisis empírico sobre seis países europeos

Published date01 September 2014
AuthorMiguel Á. MALO,Carlos GARCÍA SERRANO
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2014.00217.x
Date01 September 2014
Revista Internacional del Trabajo, vol. 133 (2014), núm. 3
Derechos reservados © Los autores, 2014
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2014
Discapacidad y absentismo.
Análisis empírico
sobre seis países europeos
Carlos GARCÍA SERRANO* y Miguel Á. MALO**
Resumen. A partir de datos del Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE)
sobre Austria, España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal de 1995 -2001 se exa-
mina la inuencia de la discapacidad en el absentismo laboral utilizando tres
variables: el estado de salud autoevaluado, el número de visitas al médico y el
número de noches de ingreso en hospital. Según los resultados, el absentismo
entre los trabajadores con discapacidad es mayor. La gravedad de la discapaci-
dad también tiene inuencia. El efecto total de la discapacidad en el absentismo
representa un incremento marginal de entre 6 y 26 días de ausencia al año (de-
pendiendo del país).
Sufrir una discapacidad afecta en gran medida a la gestión, distribución y
utilización del tiempo (Livermore et al., 2000), por lo que quienes la pa-
decen podrían ser más propensos al absentismo que otras personas. A ello
han de añadirse los problemas adicionales de salud que la discapacidad ge-
nera, en principio, y que obligan, por ejemplo, a realizar visitas más frecuen-
tes al médico. Oi (1992) lo expresa en términos reveladores: la discapacidad
«roba tiempo».
Durante los últimos veinte años los economistas han mostrado un interés
creciente en la cuestión del absentismo, pero hasta la fecha no se ha realizado
ningún estudio dedicado a examinar la posible repercusión en el mismo de
la discapacidad. Con el presente artículo tratamos de llenar ese vacío investi-
gando si los trabajadores con discapacidad se ausentan del trabajo con mayor
frecuencia que los trabajadores sin discapacidad y si otras variables relaciona-
das con la salud, como el estado general de salud autoevaluado (y, por consi-
guiente, subjetivo), el número de visitas al médico y el número de noches de
ingreso en hospital, inciden también en el absentismo. Asimismo, sondeamos
las repercusiones en materia de política, centrándonos en las subvenciones
* Universidad de Alcalá; dirección electrónica: carlos.garcia@uah.es. ** Universidad de
Salamanca; dirección electrónica: malo@usal.es.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos solo incumbe a sus autores,
y su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no signica que la OIT las suscriba.
Revista Internacional del Trabajo
500
destinadas a las empresas que contratan a personas con discapacidad. Para el
presente análisis hemos utilizado la base de datos del Panel de Hogares de la
Unión Europea (PHOGUE).
El artículo se divide en cuatro partes. En la primera se describen los
datos y las principales variables incluidas en el análisis; en la segunda se pre-
senta una síntesis de los principales estadísticos descriptivos, por país y por
presencia o no de discapacidad; en la tercera se describen las estimaciones eco-
nométricas realizadas y en la cuarta se presentan las conclusiones.
Datos y variables principales
Para investigar la relación entre discapacidad y absentismo hemos utilizado
datos del Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE), una encuesta
internacional a gran escala que fue realizada por Eurostat (Ocina Estadís-
tica de la Comisión Europea) con periodicidad anual entre 1994 y 20011. Esta
encuesta permitió recopilar información de hogares sobre diversas cuestiones
sociodemográcas.
En el presente artículo no incluimos datos de 1994, ya que las preguntas
relativas a la discapacidad que se formularon ese año cambiaron ligeramente
en 1995 y años posteriores. Por otro lado, tampoco se dispone de información
correspondiente a 1994 sobre el tipo de contrato de empleo suscrito por los
trabajadores asalariados. Por tanto, en aras de la homogeneidad, los datos uti-
lizados para el análisis se reeren al periodo comprendido entre 1995 y 2001.
La información precedente del PHOGUE permite establecer una me-
dida de la discapacidad a partir de las respuestas de los encuestados a las dos
preguntas siguientes:
• P158: ¿Tiene alguna enfermedad crónica, física o mental, o alguna inca-
pacidad o deciencia crónicas? En caso armativo P159
• P159: ¿Le impide esa enfermedad crónica física o mental, o esta incapa-
cidad o deciencia, desarrollar su actividad diaria? Sí, intensamente/Sí,
hasta cierto punto/No
Consideramos que quienes respondieron «Sí, intensamente» o «Sí, hasta
cierto punto» a la última pregunta pueden denirse como personas con disca-
pacidad. Naturalmente, se trata de una medición de la discapacidad subjetiva,
valorada por el propio encuestado2.
Si tenemos en cuenta que no solo es pertinente la existencia de una dis-
capacidad, sino también la medida en que esta restringe o limita a las personas
que la padecen, podemos distinguir, basándonos en las respuestas dadas por
1 Puede encontrarse una breve descripción de la base de datos y del procedimiento de soli-
citud para acceder a los microdatos en
data/echp> [última consulta, el 29 de abril de 2014].
2 Varios autores han tratado de explicar y documentar en sus estudios los diferentes sesgos
producidos por mediciones subjetivas y objetivas de la discapacidad. Véanse, entre otros, Chirikos
y Nestel (1984), Kreider (1999) y Benítez-Silva et al. (2004).
Discapacidad y absentismo 501
los encuestados a las preguntas anteriores, dos categorías: personas con disca-
pacidad severa y personas con discapacidad moderada. Aunque estas catego-
rías no constituyen subgrupos como tales según la denición de discapacidad
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la distinción se ha utilizado
anteriormente en algunos análisis sobre la repercusión de la discapacidad en
la participación laboral (Gannon, 2005).
En otra de las preguntas del PHOGUE se pide al encuestado que evalúe
su estado de salud en una escala que va del 1 (muy bueno) al 5 (muy malo).
Esta evaluación subjetiva podría ser pertinente para el análisis empírico, ya
que puede emplearse para interpretar cualitativamente la información rela-
tiva a la medición de la discapacidad: no todos los trabajadores con discapaci-
dad tienen problemas de salud que limiten su productividad, de igual manera
que no todos los trabajadores sin discapacidad están libres de enfermedades.
Habida cuenta de que los problemas de salud pueden afectar a todas las per-
sonas, no solo a las que tienen discapacidad, en las estimaciones econométri-
cas incluimos controles del estado de salud (en interacción con la variable de
la discapacidad).
La variable del absentismo se estableció sobre la base de la siguiente
pregunta del cuestionario del PHOGUE: «Piense en las últimas cuatro sema-
nas (sin incluir las semanas de vacaciones). ¿Cuántos días se ausentó del tra-
bajo por enfermedad u otras razones?» En el análisis empírico, las respuestas
a esta pregunta se utilizan como variable de recuento con un valor no nega-
tivo (entre 0 y 28).
Los países seleccionados para el presente estudio fueron: Austria, España,
Grecia, Irlanda, Italia y Portugal. Se descartaron otros países de la Unión Eu-
ropea por diversas razones: problemas de homogeneidad (Alemania y Reino
Unido); limitaciones de la muestra (Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo); pro-
blemas relacionados con la variable sobre el nivel de instrucción al nal del pe-
riodo que abarca el panel (Países Bajos), y no inclusión de la primera pregunta
sobre discapacidad en el periodo objeto de examen (Francia). De la muestra
inicial del PHOGUE seleccionamos únicamente a los trabajadores con em-
pleo remunerado y excluimos a quienes no aportaban información válida sobre
todas las variables incluidas en el análisis. Tras esos descartes, el tamaño de la
muestra resultante para el análisis empírico ha sido de 83 754 observaciones3.
Estadísticos descriptivos
En el cuadro 1 se proporcionan los principales estadísticos de la muestra, divi-
dida en dos grupos: trabajadores con discapacidad y trabajadores sin discapa-
cidad. Los primeros tienen, en promedio, mayor edad y un nivel de instrucción
superior, y se encuentran con más frecuencia en ocupaciones manuales poco
3 El tamaño de la muestra por países es el siguiente: Austria, 10 010; España, 16 868; Grecia,
10 838; Irlanda, 6 204; Italia, 20 269, y Portugal, 19 565. Todos los análisis empíricos se realizaron
por separado, país por país.
Cuadro 1. Estadísticos descriptivos, por país y por existencia o no de discapacidad
País Irlanda Italia Grecia España Portugal Austria
Discapacidad Sin Con Sin Con Sin Con Sin Con Sin Con Sin Con
Número de días de ausencia por mes 0,55 2,40 0,73 1,96 0,54 0,96 0,69 2,52 0,51 2,87 0,81 2,49
(2,72) (6,37) (3,33) (5,41) (2,53) (3,77) (3,39) (6,94) (2,95) (7,62) (3,36) (5,94)
Estado de salud autoevaluado (1 = malo) 0,001 0,053 0,011 0,371 0,001 0,153 0,008 0,155 0,016 0,423 0,006 0,107
Número de visitas a un médico generalista
(últimos 12 meses) 1,90 6,09 2,61 8,29 0,85 2,88 1,81 4,88 1,56 4,76 2,63 6,56
(3,50) (7,19) (3,59) (9,90) (1,70) (4,33) (3,29) (7,41) (2,40) (4,97) (3,49) (8,99)
Número de visitas a un médico especialista
(últimos 12 meses) 0,41 1,75 0,86 3,65 0,74 4,59 0,96 3,00 0,76 2,77 1,38 4,26
(1,32) (4,00) (2,26) (6,00) (2,97) (6,12) (2,79) (5,39) (1,95) (4,20) (2,73) (7,80)
Número de visitas a cualquier médico
(últimos 12 meses) 2,30 7,84 3,47 11,93 1,59 7,46 2,78 7,88 2,32 7,53 4,01 10,83
(4,18) (9,23) (5,01) (13,32) (2,93) (8,40) (5,02) (10,42) (3,40) (6,85) (5,08) (13,83)
Número de noches de ingreso en hospital
(últimos 12 meses) 0,29 1,59 0,44 3,22 0,18 2,66 0,30 1,23 0,22 1,45 0,63 2,60
(2,16) (4,91) (3,93) (13,30) (1,72) (10,90) (2,39) (5,89) (3,36) (7,46) (3,59) (8,85)
Edad: 16-24 0,104 0,051 0,062 0,024 0,081 0,022 0,090 0,045 0,129 0,078 0,101 0,042
Edad: 25-34 0,271 0,224 0,274 0,175 0,287 0,170 0,317 0,217 0,291 0,163 0,250 0,144
Edad: 35-44 0,298 0,295 0,325 0,245 0,327 0,275 0,301 0,255 0,279 0,230 0,341 0,280
Edad: 45-54 0,228 0,300 0,256 0,371 0,236 0,322 0,216 0,294 0,205 0,312 0,241 0,421
Edad: 55-64 0,099 0,130 0,083 0,185 0,069 0,211 0,077 0,190 0,096 0,216 0,067 0,114
Edad a la que la persona comenzó
su vida laboral 18,2 17,8 21,6 20,9 21,8 21,5 18,7 18,1 18,0 17,3 17,0 16,6
(3,2) (3,7) (5,9) (6,4) (5,4) (6,9) (5,1) (6,8) (5,9) (7,2) (3,4) (3,5)
Sexo (1 = mujer) 0,471 0,456 0,396 0,417 0,382 0,360 0,362 0,347 0,430 0,458 0,390 0,369
Estado civil (1 = casado) 0,665 0,708 0,704 0,759 0,698 0,741 0,654 0,719 0,691 0,701 0,642 0,706
Nivel de instrucción: primaria o sin estudios 0,264 0,225 0,125 0,089 0,285 0,205 0,331 0,249 0,096 0,063 0,081 0,078
Nivel de instrucción: secundaria 0,433 0,353 0,471 0,415 0,364 0,309 0,207 0,168 0,133 0,072 0,748 0,720
Nivel de instrucción: universitaria 0,303 0,422 0,404 0,496 0,351 0,486 0,462 0,584 0,771 0,865 0,171 0,202
Ocupación: legisladores,
altos funcionarios y directivos
0,068
0,077
0,021
0,021
0,025
0,022
0,027
0,021
0,014
0,007
0,064
0,043
Ocupación: profesionales científicos
e intelectuales
0,185
0,133
0,114
0,112
0,171
0,152
0,141
0,128
0,068
0,041
0,044
0,040
Cuadro 1. Estadísticos descriptivos, por país y por existencia o no de discapacidad (fin)
País Irlanda Italia Grecia España Portugal Austria
Discapacidad Sin Con Sin Con Sin Con Sin Con Sin Con Sin Con
Ocupación: técnicos y profesionales
de nivel medio
0,113
0,089
0,122
0,092
0,073
0,067
0,118
0,091
0,087
0,058
0,182
0,168
Ocupación: personal administrativo 0,145 0,147 0,249 0,285 0,189 0,172 0,114 0,086 0,123 0,086 0,158 0,171
Ocupación: trabajadores del sector
de servicios, comerciantes y dependientes
0,154
0,145
0,096
0,074
0,131
0,131
0,138
0,124
0,156
0,140
0,153
0,143
Ocupación: trabajadores calificados
agropecuarios y pesqueros
0,010
0,010
0,019
0,021
0,014
0,018
0,018
0,023
0,036
0,050
0,010
0,014
Ocupación: oficiales, operarios y artesanos
de artes mecánicas y de otros oficios
0,095
0,102
0,181
0,157
0,189
0,194
0,191
0,219
0,231
0,224
0,209
0,188
Ocupación: operadores de instalaciones
y máquinas y ensambladores
0,142
0,155
0,084
0,080
0,112
0,089
0,108
0,097
0,108
0,140
0,087
0,106
Ocupación: ocupaciones elementales 0,089 0,142 0,115 0,158 0,097 0,155 0,145 0,210 0,178 0,254 0,092 0,127
Horas de trabajo (por semana) 37,4 36,4 37,8 36,8 39,3 39,6 40,4 40,3 40,4 39,9 38,8 38,6
(10,1) (11,7) (7,8) (7,8) (8,4) (9,1) (9,0) (9,2) (7,2) (8,1) (9,1) (9,1)
A tiempo completo (1 = sí) 0,861 0,799 0,946 0,941 0,961 0,948 0,935 0,925 0,968 0,944 0,886 0,878
Contrato indefinido (1 = sí) 0,875 0,817 0,875 0,907 0,779 0,786 0,675 0,674 0,830 0,828 0,933 0,924
Estatus profesional
(1 = supervisor o nivel intermedio)
0,306
0,302
0,240
0,227
0,124
0,148
0,261
0,268
0,093
0,078
0,362
0,374
Sector de actividad: agricultura 0,029 0,012 0,041 0,038 0,016 0,026 0,040 0,058 0,055 0,066 0,014 0,021
Sector de actividad: manufacturas 0,299 0,278 0,317 0,275 0,303 0,318 0,342 0,354 0,350 0,349 0,367 0,330
Sector de actividad: servicios 0,672 0,710 0,642 0,687 0,680 0,656 0,618 0,588 0,595 0,585 0,619 0,650
Sector institucional (1 = empresa privada) 0,653 0,638 0,621 0,500 0,609 0,514 0,752 0,756 0,751 0,729 0,702 0,624
Grado de satisfacción con las condiciones
de trabajo*4,96 4,81 4,03 3,90 3,93 3,78 4,23 4,10 4,20 4,15 5,05 4,83
(1,17) (1,28) (1,29) (1,38) (1,26) (1,39) (1,31) (1,39) (0,82) (0,91) (1,01) (1,20)
Prestaciones por enfermedad/invalidez
(1 = sí)
0,012
0,072
0,007
0,069
0,001
0,024
0,006
0,055
0,012
0,082
0,006
0,028
N5 624 580 19 064 1 205 10 297 541 15 072 1 796 17 344 2 221 8 905 1 105
* Esta variable se calcula según una escala del 1 (no satisfecho) al 6 (plenamente satisfecho).
Nota: Los errores estándar figuran entre paréntesis.
Fuente: Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE, 1995-2001) y cálculos de los autores.
Revista Internacional del Trabajo
504
cualicadas, empleos a tiempo parcial y empleos en el sector público. Según
los datos de la muestra, el número medio de días de ausencia es claramente
más elevado en el caso de las personas con discapacidad (oscila entre 1 día en
Grecia y 2,8 días en Portugal) que en el de las que no la sufren (entre 0,5 días
en Portugal, Grecia e Irlanda y 0,8 días en Austria).
Una característica destacada y reiterada de los datos sobre absentismo es
que presentan una distribución muy asimétrica, debido a la elevada concentra-
ción de respuestas que indican «cero» días de ausencia. El cuadro 2 muestra
la distribución del absentismo, en función de la existencia o no de discapaci-
dad: de hecho, la mayoría de los trabajadores respondieron que no se ausen-
taron del trabajo ningún día, aunque existe una considerable diferencia entre
las personas sin discapacidad (el 90 por ciento de las cuales aproximadamente,
en todos los países de la muestra, respondió que no se había ausentado nin-
gún día) y las personas con discapacidad (cuyo promedio es del 80 por ciento).
Además, las personas con discapacidad moderada se ausentan del trabajo con
mayor frecuencia que las que no tienen discapacidad, pero las cifras de absen-
tismo más elevadas corresponden a las personas con discapacidad severa: en
este grupo, más del 10 por ciento respondió que faltó 8 días o más al trabajo
(cerca del 22 por ciento en España), con la excepción de Grecia (4 por ciento).
El cuadro 1 muestra también que, en promedio, durante los 12 meses an-
teriores a la fecha de la entrevista las personas sin discapacidad fueron al mé-
dico (generalista o especialista) un menor número de veces que las personas
con discapacidad, en todos los países examinados. Además, la autoevaluación
de los encuestados sobre su estado de salud es más negativa en el caso de las
personas con discapacidad: respondieron que era malo el 42,3 por ciento de
los encuestados con discapacidad de Portugal y el 37,1 de los de Italia, frente
a un 1 por ciento aproximadamente de las personas sin discapacidad en todos
los países examinados. Sin embargo, en algunos países el índice de personas
con discapacidad que evaluaron su estado de salud como malo fue bastante
bajo (5,3 por ciento en Irlanda y 10,7 por ciento en Austria, por ejemplo).
Incluimos en nuestro análisis un segundo indicador «objetivo» de perio-
dos de mala salud, a saber, el número de noches de ingreso en un hospital du-
rante los últimos 12 meses, dado que el número de visitas al médico no siempre
responde a una necesidad del propio trabajador (por ejemplo, las mujeres pue-
den ir al médico con mayor frecuencia para acompañar a sus hijos o a otros
miembros de la familia que estén enfermos). Así pues, consideramos que el
número de noches de ingreso en un hospital será una medida más objetiva de
los periodos en que se producen problemas de salud. Como puede verse en
el cuadro 1, los trabajadores con discapacidad pasaron más noches en el hos-
pital (entre 1,2 en España y 2,6 en Austria y Grecia) que los trabajadores sin
discapacidad (entre 0,1 noches en Grecia y 0,6 en Austria).
Por lo tanto, las personas con discapacidad registran mayores niveles
de absentismo, visitan al médico (tanto generalista como especialista) unas
cuatro veces más en promedio que los trabajadores sin discapacidad y tienen
peor estado de salud que estos últimos. Evidentemente, el mayor absentismo
Discapacidad y absentismo 505
Cuadro 2. Distribución del absentismo, por existencia o no de discapacidad
y gravedad de la discapacidad
País Absentismo
(número de días
de ausencia)
Sin
discapacidad Con
discapacidad Discapacidad
moderada Discapacidad
severa
Irlanda 0 89,9 75,0 81,0 70,7
1 3,1 5,5 6,2 5,0
2 2,5 4,1 4,1 4,1
3 0,8 1,6 1,2 1,8
4 0,5 1,4 1,2 1,5
5 0,7 1,6 1,7 1,5
6 0,2 0,5 0,4 0,6
7 0,3 0,7 0,8 0,6
8 o más 2,1 9,7 3,3 14,2
Italia 0 90,1 77,9 83,3 76,1
1 1,9 2,9 4,3 2,4
2 1,6 2,9 0,7 3,6
3 1,1 2,6 2,3 2,7
4 0,6 1,1 1,3 1,0
5 0,8 1,6 1,0 1,8
6 0,4 1,1 0,7 1,2
7 0,5 1,2 1,7 1,0
8 o más 2,9 8,8 4,7 10,2
Grecia 0 87,6 84,3 92,9 82,4
1 0,9 1,7 1,0 1,8
2 8,1 7,4 5,1 7,9
3 0,4 1,3 0,0 1,6
4 0,3 0,4 0,0 0,5
5 0,6 1,3 0,0 1,6
6 0,1 0,2 0,0 0,2
7 0,2 0,0 0,0 0,0
8 o más 1,8 3,5 1,0 4,1
España 0 90,5 78,8 87,2 64,8
1 3,1 5,1 5,1 5,2
2 1,4 1,9 1,9 2,1
3 0,9 1,2 0,9 1,8
4 0,4 0,7 0,4 1,3
5 0,5 1,2 0,8 1,9
6 0,1 0,2 0,0 0,4
7 0,4 0,6 0,5 0,7
8 o más 2,8 10,2 3,3 21,7
(continúa en la página siguiente)
Revista Internacional del Trabajo
506
puede deberse a la propia discapacidad, al tiempo empleado en ir al médico,
al mal estado de salud o al efecto conjunto de todas esas variables. La estima-
ción econométrica que se presenta a continuación nos ayudará a diferenciar
entre esos efectos.
Análisis econométrico
Estimamos los determinantes del absentismo y el efecto probable de la disca-
pacidad en el absentismo una vez neutralizadas otras características relativas
a la persona, el empleo y la empresa. Esas variables independientes perte-
necen a las cinco categorías siguientes: situación personal (edad, edad en la
que la persona comenzó su vida laboral, sexo, estado civil y nivel de instruc-
ción); estado de salud (autoevaluación del estado de salud, número de visitas
al médico y de noches de ingreso en hospital); características de la empresa
(sector de actividad y sector institucional, público o privado); características
del puesto de trabajo (ocupación; categoría laboral: supervisor, trabajador de
nivel medio o empleado sin cualicación; número de horas de trabajo; jor-
Cuadro 2. Distribución del absentismo, por existencia o no de discapacidad
y gravedad de la discapacidad (fin)
País Absentismo
(número de días
de ausencia)
Sin
discapacidad Con
discapacidad Discapacidad
moderada Discapacidad
severa
Portugal 0 92,5 78,9 92,1 76,5
1 1,8 2,9 1,2 3,2
2 1,7 2,7 2,1 2,8
3 0,7 1,3 0,9 1,4
4 0,6 1,1 1,2 1,1
5 0,4 1,0 0,0 1,2
6 0,2 0,5 0,6 0,4
7 0,1 0,5 0,0 0,5
8 o más 1,9 11,2 2,1 12,8
Austria 0 90,0 77,5 82,2 75,8
1 0,9 1,0 0,3 1,2
2 1,2 1,9 3,5 1,3
3 1,3 1,5 1,7 1,5
4 0,6 1,0 1,0 1,0
5 1,5 2,7 1,7 3,1
6 0,3 0,7 0,0 1,0
7 0,6 1,5 0,7 1,8
8 o más 3,6 12,1 8,7 13,3
Nota: La categoría «con discapacidad» incluye tanto «discapacidad moderada» como «discapacidad severa».
Fuente: Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE, 1995-2001) y cálculos de los autores.
Discapacidad y absentismo 507
nada a tiempo completo/a tiempo parcial; tipo de contrato); y dos variables
adicionales, que inquieren por el grado de satisfacción con las condiciones de
trabajo, evidentemente subjetivo, y si el encuestado recibe prestaciones por
enfermedad/invalidez (esta última variable se reere al periodo de 12 meses
anterior a la encuesta, por lo que puede considerarse un indicador indirecto
del historial reciente de enfermedad o discapacidad reconocido por el sistema
de seguridad social)4.
La variable dependiente utilizada en el procedimiento econométrico es
una variable de recuento con un valor no negativo, ya que cada observación
se reere al número de días en los que la persona se ha ausentado del trabajo.
Por tanto, se genera por un proceso análogo al de Poisson5. Como el conjunto
de datos es un panel, calculamos la regresión de Poisson y las regresiones bi-
nomiales negativas con efectos aleatorios6. Las pruebas para las regresiones
binomiales negativas estimadas, que no se muestran en este artículo, indican
que los parámetros relativos a la heterogeneidad y generados por los efectos
aleatorios no son signicativos7.
En el cuadro 3 gura un resumen de los resultados de las diversas espe-
cicaciones (modelos 1 a 5); la primera de ellas corresponde a la interacción
entre la variable de discapacidad y el estado de salud autoevaluado (modelo 1);
en el resto, además de esta interacción, se incluye otra entre la discapacidad
y una de las variables siguientes: número de visitas a un médico generalista
(modelo 2); número de visitas a un médico especialista (modelo 3); número
de visitas a cualquier médico (modelo 4), y número de noches de ingreso en
hospital (modelo 5). En el cuadro se muestran solamente los efectos margina-
les de la variable de discapacidad y de las interacciones mencionadas8. Todas
las especicaciones incluyen controles de las características del trabajador, del
puesto de trabajo y de la empresa, que se basan en la información extraída
del PHOGUE y descrita en la sección anterior. En aras de la brevedad, no
hemos incluido las estimaciones completas, pero podemos facilitarlas a quie-
nes las soliciten.
Los resultados de las estimaciones muestran que el coeciente de la
categoría «discapacidad severa» es siempre positivo y estadísticamente sig-
nicativo cuando se hace interactuar la variable de discapacidad con la me-
4 Las preguntas del cuestionario están redactadas de tal forma que no permiten distinguir
entre prestaciones por enfermedad (de corta duración) y pensiones por invalidez o discapacidad
(de larga duración). Por tanto, aunque esta variable permite un control útil en el procedimiento de
estimación, resulta difícil interpretar correctamente su coeciente.
5 En estudios previos se han empleado modelos de datos de recuento para estimar los determi-
nantes del absentismo (por ejemplo, Delgado y Kniesner, 1997, y Winkelmann, 1999). En Winkelmann
y Zimmermann (1995), y Cameron y Trivedi (1998) gura una descripción de ese tipo de modelos.
6
La estimación de los modelos condicionales de efectos jos reduce la muestra sustancialmente.
7 En estas estimaciones, los efectos jos y aleatorios se reeren a la distribución del paráme-
tro de dispersión y no al término habitual X del modelo.
8 Aunque en el presente artículo adoptamos tres categorías de discapacidad (severa, mode-
rada y sin discapacidad), preferimos utilizar una variable dicotómica simple (no/sí) en las interac-
ciones para que sean más fáciles de interpretar.
508 Revista Internacional del Trabajo
Cuadro 3. Efectos marginales de las variables de discapacidad sobre los días de absentismo,
según estimaciones con modelos Poisson de efectos aleatorios
Personas con
discapacidad
moderada
Personas con
discapacidad
severa
Interacción:
mala salud/
discapacidad
Interacción:
visitas
a un médico
generalista/
discapacidad*
Interacción:
visitas
a un médico
especialista/
discapacidad*
Interacción:
visitas
a cualquier
médico/
discapacidad*
Interacción:
noches
de ingreso
en hospital/
discapacidad*
Irlanda
Modelo 1 0,522 1,659 1,245
Modelo 2 0,504 1,622 1,231 0,003
Modelo 3 0,457 1,525 1,230 0,037
Modelo 4 0,452 1,523 1,200 0,009
Modelo 5 0,500 1,533 1,217 0,030
Austria
Modelo 1 0,483 0,457 0,815
Modelo 2 0,387 0,353 0,735 0,016
Modelo 3 0,363 0,344 0,785 0,024
Modelo 4 0,324 0,294 0,736 0,014
Modelo 5 0,361 0,314 0,756 0,030
Italia
Modelo 1 0,332 0,397 0,844
Modelo 2 0,251 0,283 0,778 0,014
Modelo 3 0,264 0,292 0,784 0,029
Modelo 4 0,227 0,237 0,748 0,014
Modelo 5 0,295 0,376 0,734 0,010
Grecia
Modelo 1 −0,900 0,236 1,229
Modelo 2 −0,912 0,225 1,232 0,005
Modelo 3 −1,558 0,022 0,821 0,062
Modelo 4 −1,250 −0,032 0,965 0,046
Modelo 5 −0,925 0,150 1,008 0,012
España
Modelo 1 −0,298 0,724 0,887
Modelo 2 −0,389 0,515 0,798 0,024
Modelo 3 −0,388 0,587 0,800 0,028
Modelo 4 −0,442 0,446 0,744 0,020
Modelo 5 −0,329 0,634 0,807 0,029
Portugal
Modelo 1 −0,142 1,016 0,756
Modelo 2 −0,322 0,725 0,635 0,057
Modelo 3 −0,242 0,925 0,706 0,033
Modelo 4 −0,399 0,690 0,612 0,042
Modelo 5 −0,197 0,955 0,673 0,035
* En las interacciones, «discapacidad» abarca tanto la discapacidad moderada como la severa.
Fuente: Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE, 1995-2001).
Discapacidad y absentismo 509
dida de la autoevaluación del estado de salud únicamente (modelo 1). Esto
puede signicar que, si las demás condiciones no varían, la discapacidad se-
vera incrementa el absentismo. Los efectos marginales indican que los tra-
bajadores con discapacidad severa faltarían a trabajar, en promedio, entre
0,2 días (Grecia) y 1,7 días (Irlanda) más por mes que los trabajadores sin
discapacidad. Este efecto es más marcado en España, Portugal y, particular-
mente, Irlanda que en Austria, Italia y Grecia. En otro conjunto de estima-
ciones, sin términos de interacción, los efectos marginales de la discapacidad
severa son más elevados para todos los países (tampoco incluimos estas es-
timaciones en el presente artículo, pero están igualmente a disposición de
los lectores que las soliciten).
La distinción entre discapacidad severa y moderada es relevante. A este
respecto, se observan dos tipos de países. Los primeros (Irlanda, Austria e Ita-
lia) muestran un coeciente positivo para la categoría de «discapacidad mode-
rada», todos de nivel similar. El coeciente de los segundos (Grecia, España y
Portugal) para esta misma categoría es negativo, y mucho más acentuado en
el caso de Grecia, con un absentismo de casi un día al mes. Ello podría impli-
car que los trabajadores con discapacidad moderada en estos países se ausen-
ten del trabajo con menor frecuencia que los trabajadores sin discapacidad.
¿Cómo deberían interpretarse esas diferencias entre los países de la
muestra? Cabría atribuirlas, entre otras posibles explicaciones, a los efectos
incentivadores de los sistemas de prestaciones por enfermedad, que pueden
repercutir en el absentismo. El cuadro A1 del anexo presenta información
sobre cuatro aspectos de estos sistemas: cobertura, periodo de espera, du-
ración máxima de las prestaciones y tasa de sustitución. Como puede verse,
no hay diferencias entre los seis países analizados por lo que respecta al
periodo de espera; la cobertura es menor en Irlanda e Italia; la duración
máxima de las prestaciones es mayor en España, Grecia, Portugal y Austria,
y las tasas de sustitución son más generosas en los casos de España, Italia,
Portugal y Austria.
Por consiguiente, si la existencia de subsidios por enfermedad más ge-
nerosos propician mayores niveles de absentismo (Frick y Malo, 2008), cabría
esperar que las prestaciones por enfermedad tengan un mayor efecto sobre
el absentismo en España y Portugal (y, en menor medida, en Austria). De
hecho, como puede observarse en el cuadro 3, esos países se caracterizan por
un efecto marginal positivo elevado en relación con el número de días de au-
sencia en el caso de discapacidad severa, y un efecto negativo en el caso de
discapacidad moderada.
Por otra parte, no podemos descartar otras dos explicaciones posibles de
esos resultados. En primer lugar, podría ser que para los empleadores resulte
más fácil acomodar a trabajadores con discapacidad moderada (en compara-
ción con trabajadores con discapacidad severa), facilitándoles un horario exi-
ble y equipo convenientemente adaptado y/o modicando sus funciones. Estas
condiciones favorables permitirían a los trabajadores ajustar su distribución
del tiempo, reduciéndose así la probabilidad de absentismo. En segundo lugar,
Revista Internacional del Trabajo
510
también hay que tener en cuenta la importancia de la heterogeneidad indivi-
dual no observable. Cabría pensar que las personas con discapacidad traten
de trabajar a pleno rendimiento y ausentarse el menor número de veces po-
sible con el n de demostrar a sus empleadores y compañeros de trabajo que,
a pesar de su discapacidad y estado de salud, son capaces de cumplir con las
obligaciones laborales del mismo modo que los demás.
Las interacciones entre discapacidad y las variables relativas a los di-
ferentes aspectos del estado de salud tienen un efecto positivo en el absen-
tismo, como cabía esperar, pero bastante reducido, siempre inferior a 0,1 días
de ausencia adicional (véanse los modelos 2 a 5). La única excepción es la in-
teracción de la discapacidad con una mala salud, según evaluación subjetiva
del encuestado (modelo 1). Esta interacción tiene un efecto similar al de la
incidencia de la discapacidad severa por sí sola en el absentismo: entre 0,7 y
1,3 días de ausencia al mes. De hecho, en el caso de algunos países—en con-
creto Austria, Italia y Grecia—el efecto de la interacción discapacidad/mala
salud es más intenso que el de la discapacidad severa; son precisamente esos
países los que, en comparación con los demás, muestran un efecto marginal
más reducido en relación con la categoría «discapacidad severa».
En resumen, aunque constatamos mayores niveles de absentismo entre
las personas con discapacidad que visitan al médico o pasan ingresadas más
noches en hospital, esos efectos resultan ser relativamente débiles; los más
fuertes son los provocados por la propia discapacidad y por la interacción
entre esta y la mala salud.
Para evaluar debidamente el efecto total de la discapacidad, captado me-
diante la combinación de las variables cticias correspondientes y las interac-
ciones, realizamos una predicción de los días de ausencia potenciales por mes
para la submuestra de trabajadores con discapacidad y para la submuestra de
trabajadores sin discapacidad. En el cuadro 4 se ofrecen los valores medios,
las desviaciones estándar y los promedios mínimos y máximos de esas predic-
ciones para los cinco modelos de Poisson y para ambos grupos de trabajado-
res9. Los valores medios predichos oscilan entre 1,1 y 3 días de ausencia por
mes en el caso de personas con discapacidad, y entre 0,7 y 1,3 en el caso de
personas sin discapacidad. El resultado más importante es la diferencia entre
ambas predicciones, ya que proporciona el número de días de ausencia adicio-
nales por mes de las personas con discapacidad. La diferencia es la siguiente:
aproximadamente 0,5 días en el caso de Grecia; 0,8 en el caso de España;
0,9 en Portugal y Austria; 1,2 en Italia; y 2,2 en el caso de Irlanda.
Este resultado conrma la creencia habitual de los empleadores de que
las personas con discapacidad faltarán al trabajo con mayor frecuencia que
quienes no tienen ese problema debido a la propia discapacidad, y no sim-
plemente porque vayan al médico un mayor número de veces o pasen más
noches ingresadas en un hospital. En promedio anual, ese absentismo oscila
9 Obtuvimos esas predicciones partiendo del supuesto de que los efectos aleatorios son
iguales a cero.
Discapacidad y absentismo 511
Cuadro 4. Predicción del promedio de días de ausencia por mes de personas con
y sin discapacidad (evaluado en la media para el resto de las variables,
incluyendo interacciones con discapacidad)
Media
Desviación
estándar Mínimo Máximo
Irlanda Modelo 1 Con discapacidad 3,0 3,3 0,2 41,3
Sin discapacidad 0,7 0,4 0,0 3,7
Diferencia (con-sin) 2,3
Modelo 2 Con discapacidad 3,0 3,3 0,2 39,4
Sin discapacidad 0,7 0,4 0,0 3,7
Diferencia (con-sin) 2,3
Modelo 3 Con discapacidad 2,9 3,3 0,1 36,2
Sin discapacidad 0,7 0,4 0,0 3,7
Diferencia (con-sin) 2,2
Modelo 4 Con discapacidad 2,9 3,2 0,1 35,0
Sin discapacidad 0,7 0,4 0,0 3,7
Diferencia (con-sin) 2,2
Modelo 5 Con discapacidad 2,9 3,7 0,1 40,4
Sin discapacidad 0,7 0,4 0,0 3,7
Diferencia (con-sin) 2,3
Italia Modelo 1 Con discapacidad 2,0 1,4 0,2 10,3
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 4,2
Diferencia (con-sin) 1,2
Modelo 2 Con discapacidad 2,0 1,7 0,2 15,9
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 4,1
Diferencia (con-sin) 1,2
Modelo 3 Con discapacidad 2,0 1,7 0,2 18,7
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 4,2
Diferencia (con-sin) 1,2
Modelo 4 Con discapacidad 2,0 1,8 0,2 27,3
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 4,1
Diferencia (con-sin) 1,2
Modelo 5 Con discapacidad 2,0 1,9 0,2 39,1
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 4,3
Diferencia (con-sin) 1,1
Grecia Modelo 1 Con discapacidad 1,2 1,2 0,1 7,1
Sin discapacidad 0,7 0,3 0,1 2,0
Diferencia (con-sin) 0,5
Modelo 2 Con discapacidad 1,2 1,2 0,1 7,2
Sin discapacidad 0,7 0,3 0,1 2,0
Diferencia (con-sin) 0,5
Modelo 3 Con discapacidad 1,4 3,1 0,1 65,1
Sin discapacidad 0,7 0,3 0,1 1,9
Diferencia (con-sin) 0,7
Modelo 4 Con discapacidad 1,4 2,1 0,1 35,9
Sin discapacidad 0,7 0,3 0,1 1,9
Diferencia (con-sin) 0,7
Modelo 5 Con discapacidad 1,1 1,1 0,1 11,4
Sin discapacidad 0,7 0,3 0,1 2,0
Diferencia (con-sin) 0,4
(continúa en la página siguiente)
Revista Internacional del Trabajo
512
Cuadro 4. Predicción del promedio de días de ausencia por mes de personas con
y sin discapacidad (evaluado en la media para el resto de las variables,
incluyendo interacciones con discapacidad) (fin)
Media
Desviación
estándar Mínimo Máximo
España Modelo 1 Con discapacidad 1,6 2,0 0,1 16,3
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 7,4
Diferencia (con-sin) 0,8
Modelo 2 Con discapacidad 1,6 2,2 0,1 35,6
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 6,9
Diferencia (con-sin) 0,8
Modelo 3 Con discapacidad 1,6 2,3 0,1 58,2
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 7,3
Diferencia (con-sin) 0,8
Modelo 4 Con discapacidad 1,6 2,3 0,1 40,4
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 6,8
Diferencia (con-sin) 0,7
Modelo 5 Con discapacidad 1,6 2,7 0,1 70,2
Sin discapacidad 0,8 0,5 0,1 7,0
Diferencia (con-sin) 0,8
Portugal Modelo 1 Con discapacidad 2,1 2,0 0,2 34,3
Sin discapacidad 1,3 1,0 0,1 14,8
Diferencia (con-sin) 0,8
Modelo 2 Con discapacidad 2,1 2,1 0,2 35,2
Sin discapacidad 1,3 1,0 0,1 15,3
Diferencia (con-sin) 0,8
Modelo 3 Con discapacidad 2,2 2,6 0,2 48,4
Sin discapacidad 1,2 1,0 0,1 15,5
Diferencia (con-sin) 0,9
Modelo 4 Con discapacidad 2,1 2,7 0,2 60,9
Sin discapacidad 1,2 1,0 0,1 15,3
Diferencia (con-sin) 0,9
Modelo 5 Con discapacidad 2,3 6,9 0,2 225,9
Sin discapacidad 1,3 1,1 0,1 17,9
Diferencia (con-sin) 1,0
Austria Modelo 1 Con discapacidad 2,1 2,0 0,2 34,3
Sin discapacidad 1,3 1,0 0,1 14,8
Diferencia (con-sin) 0,8
Modelo 2 Con discapacidad 2,1 2,1 0,2 35,2
Sin discapacidad 1,3 1,0 0,1 15,3
Diferencia (con-sin) 0,8
Modelo 3 Con discapacidad 2,2 2,6 0,2 48,4
Sin discapacidad 1,2 1,0 0,1 15,5
Diferencia (con-sin) 0,9
Modelo 4 Con discapacidad 2,1 2,7 0,2 60,9
Sin discapacidad 1,2 1,0 0,1 15,3
Diferencia (con-sin) 0,9
Modelo 5 Con discapacidad 2,3 6,9 0,2 225,9
Sin discapacidad 1,3 1,1 0,1 17,9
Diferencia (con-sin) 1,0
Fuente: Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE, 1995-2001).
Discapacidad y absentismo 513
entre 6 días en Grecia y 26 en Irlanda10. Si consideramos, según cálculos muy
aproximados, que el costo del absentismo para una empresa equivale al de la
sustitución del trabajador por una persona que gane el mismo salario, el costo
adicional que entraña contratar a una persona con discapacidad oscilaría entre
el 20 y el 87 por ciento del salario mensual11. Es importante señalar que esta
cantidad no representa un costo jo al principio del contrato de trabajo, sino
un costo anual durante toda la vigencia del contrato.
Por tanto, nuestra conclusión es que la discapacidad incrementa considera-
blemente el número de días de ausencia en todos los países analizados, aunque
entre ellos existe bastante heterogeneidad, que ha de tenerse en cuenta. Queda
fuera del alcance de este artículo analizar si esa heterogeneidad correlaciona con
las diferentes reglamentaciones sobre licencia de enfermedad o con incentivos
para contratar a personas con discapacidad, aunque sería útil que se investigara
la cuestión. No obstante, el resultado que hemos obtenido debería ser tenido en
cuenta en las políticas públicas destinadas a promocionar la participación de las
personas con discapacidad en el mercado laboral. Dado que la discapacidad in-
crementa el absentismo, cuando una empresa inicia un proceso de contratación
y sopesa esa cuestión cabe esperar el pago de salarios más bajos a los trabaja-
dores con discapacidad y/o la menor probabilidad de que se contrate a este tipo
de trabajadores. Teniendo en cuenta los resultados que hemos obtenido sobre
la magnitud de los costos del absentismo, los incentivos nancieros que pudie-
ran establecerse para contratar a personas con discapacidad deberían ser, como
mínimo, lo sucientemente generosos para cubrir las pérdidas previstas, no solo
en el momento de la contratación sino durante toda la vigencia del contrato.
Conclusiones
En este artículo investigamos la inuencia de la discapacidad, y la interacción
de esta con un mal estado de salud autoevaluado, en el absentismo laboral,
una cuestión a la que no se había prestado atención en la literatura económica
hasta el momento. Constatamos que la discapacidad incide en el incremento
del absentismo tanto directamente como en combinación con un mal estado
de salud (autoevaluado), el número de visitas al médico y el número de noches
de ingreso en hospital de las personas que la sufren. Sin embargo, con excep-
ción de la interacción con la mala salud, las demás interacciones tienen una
inuencia relativamente pequeña en el número de días de ausencia. El efecto
marginal total de la discapacidad en el absentismo, evaluado en función de la
media de las variables de interacción, oscila entre 6 y 26 días más de ausencia
10 Tomamos la diferencia resultante de la predicción de días de ausencia por mes entre tra-
bajadores con y sin discapacidad y la multiplicamos por 12. Las cifras redondeadas son las siguien-
tes: 6 días al año en Grecia; 10 en España; 11 en Portugal y Austria; 14 en Italia, y 26 en Irlanda.
11 Teniendo en cuenta los 6 días de ausencia adicionales por mes en Grecia, el costo salarial
es del 20 por ciento de un salario mensual (6/30=0,20). En el caso de Irlanda, 26 días de ausencia
adicionales corresponden al 87 por ciento de un salario mensual (26/30=0,8 7). Los demás países
se sitúan entre estos dos extremos: 32 por ciento en España; 36 por ciento en Portugal y Austria, y
48 por ciento en Italia.
Revista Internacional del Trabajo
514
por año, dependiendo del país. A este respecto, es necesario hacer hincapié en
que las empresas incurrirán en los costos que entrañe ese absentismo durante
toda la vigencia del contrato de trabajo y no solo al inicio.
Creemos que los resultados de nuestro análisis arrojan luz sobre los mo-
tivos de la discriminación estadística que sufren las personas con discapacidad.
También proporcionan algunas pruebas empíricas que pueden ser útiles para
evaluar la cuantía de los incentivos nancieros que las empresas deberían re-
cibir como compensación por los efectos que la discapacidad tiene en el ab-
sentismo y, en general, en la productividad, con el objetivo de promover el
empleo de este tipo de trabajadores. Cuando en un proceso de contratación las
empresas sopesan el hecho de que la discapacidad incrementa el absentismo,
el resultado no es una discriminación basada en prejuicios, sino discriminación
estadística. Por consiguiente, las campañas de información y los incentivos -
nancieros parecen ser las medidas más adecuadas para hacer frente al pro-
blema y evitar que se traduzca en una menor probabilidad de contratación de
las personas con discapacidad o en el pago de salarios más bajos a las mismas.
Dado que los efectos de la discapacidad en el absentismo varían en fun-
ción del tipo y la gravedad de esta, es importante adoptar medidas para pro-
porcionar a las empresas información precisa y objetiva al respecto. La base
de datos utilizada en el presente estudio presenta algunas limitaciones que im-
piden dar cuenta de dicha heterogeneidad, pero nuestros resultados muestran
claramente que existen diferencias entre los efectos de una discapacidad severa
y otra moderada. En el primer caso aumenta el absentismo de los trabajadores
entre 0,2 y 1,7 días adicionales al mes, dependiendo del país. Sin embargo, las
personas con discapacidades moderadas faltan al trabajo con una frecuencia
solo ligeramente superior a la de las personas sin discapacidad en Italia, Ir-
landa y Austria, e incluso con menor frecuencia en Portugal, España y Grecia.
Los servicios especializados de intermediación laboral pueden resultar
útiles a este respecto, y los resultados de nuestro estudio avalan la promoción
de estos servicios. Además, los resultados indican que los incentivos nancie-
ros para fomentar la contratación de personas con discapacidad no deberían
consistir en la transferencia de una suma única al empleador, sino en el pago
de cuotas, modalidad más adaptada al costo real adicional derivado del absen-
tismo. Los resultados de las estimaciones de nuestros análisis también pueden
utilizarse como referencia para establecer una cantidad mínima de incentivo
nanciero a n de promover la contratación de personas con discapacidad se-
vera, que debería cubrir al menos el costo de entre 6 y 26 días de ausencia por
año, dependiendo del país.
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of Political and Social Science, vol. 523 (septiembre), págs. 159-174.
Winkelmann, Rainer. 1999. «Wages, rm size and absenteeism», Applied Economics Letters,
vol. 6, núm. 6, págs. 337-341.
—, y Zimmermann, Klaus F. 1995. «Recent developments in count data modelling: Theory
and application», Journal of Economic Surveys, vol. 9, núm. 1 (marzo), págs. 1-24.
Anexo
Cuadro A1. Legislación sobre prestaciones por enfermedad en 2000
País Legislación básica Cobertura Periodo
de espera Duración máxima de las prestaciones Tasa de sustitución
Austria Ley general de la seguridad social,
de 9 de septiembre de 1955 (ASVG),
y enmiendas. Ley de asalariados de
1921 y Ley de continuidad del pago
de salarios (EFZG), de 26 de junio de
1974, y enmiendas
Todos los trabajadores en empleo
asalariado Tres días En general, en virtud del estatuto
del fondo de seguros, la duración
máxima estipulada legalmente es de
52 semanas; sin embargo, ese plazo
puede prorrogarse a 78 semanas
50 por ciento del sueldo o salario
bruto; 60 por ciento a partir del día
43.º de enfermedad. Máximo de
3139 euros mensuales
España Real Decreto Legislativo 1/1994, de
20 de junio, por el que se aprueba
el Texto Refundido de la Ley Gene-
ral de la Seguridad Social. Decreto
3158/1966, de 23 de diciembre, y
otras disposiciones. Ley 42/1994, de
30 de diciembre, de medidas fiscales,
administrativas y de orden social
Todos los trabajadores Tres días
12 meses, con una posible prórroga
de seis meses si el beneficiario se re-
incorpora posteriormente al trabajo
Entre el 4.º y el 20.º día, inclusive,
de enfermedad: el 60 por ciento
del salario de referencia (base de
la cotización). Entre el 4.º y el 15.º
día, la prestación será abonada por
la empresa. A partir del 21.º día de
enfermedad, el 75 por ciento del
salario de referencia
Grecia Ley de 14 de junio de 1951 Todos los asalariados y empleados
asimilados Tres días La duración máxima depende del
tiempo que se ha cotizado (182, 360
o 720 días)
3430 dracmas durante los primeros
15 días y 6320 dracmas posterior-
mente; las prestaciones están sujetas
a impuestos, sin reducciones fiscales
salvo las aplicables a las prestaciones
destinadas a niños
Irlanda
Ley consolidada de protección social
de 1993, enmendada Con algunas excepciones, todos los
asalariados, desde los 16 años, con
contrato de servicios o de aprendiza-
je. Excepciones: funcionarios y otros
empleados del servicio público con-
tratados antes del 6 de abril de 1995
Tres días Ilimitada si el solicitante ha cotizado
durante 260 semanas. Limitada a
52 semanas si se ha cotizado entre
39 y 260 semanas
93 euros semanales, con algunos
complementos familiares
Italia Ley núm. 833 por la que se estable-
ce el Servicio Nacional de Salud, de
23 de diciembre de 1978
Trabajadores de la industria o asimila-
dos. Los trabajadores no industriales
no reciben prestaciones en efectivo
en caso de enfermedad, pero los em-
pleadores están obligados por ley a
seguir pagando sus salarios durante
al menos tres meses
Tres días Máximo de seis meses al año Sin hospitalización, el 50 por ciento
del salario real, y el 66,6 por ciento a
partir del día 21.º. Con hospitaliza-
ción, la prestación se reduce a dos
quintas partes para los asegurados
sin dependientes
Portugal Decreto ley 132/88, de 20 de abril
de 1988 Todos los asalariados asegurados Tres días 1095 días; posteriormente, pensión
de invalidez Entre el 65 y el 70 por ciento del sa-
lario diario medio
Fuente: Sistema de información mutua sobre protección social de la Unión Europea (MISSOC) (tomado de Frick y Malo, 2008).

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