La dimensión social de la liberalización del comercio: 'Ahora la pelota está en nuestro campo'.

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* Sobre su ausencia de la Conferencia de Singapur

No sé lo que ha inducido a cierto número de países a decidir que era preferible que yo no asistiera y que se me retirara la invitación recibida, pero mi primera constatación es agradecerles esta iniciativa porque ha tenido como resultado que nunca se había hablado tanto de las dimensiones sociales de la liberalización del comercio internacional. De hecho, el discurso que no pronuncié provocó lo que he llamado "un silencio ensordecedor". Es interesante constatar que la mayor parte de los que han intervenido en Singapur han creído necesario hacer referencia a estos aspectos sociales vinculados a la mundialización del comercio, que se configuran cada vez más como un tema que no se puede evitar.

* Sobre la OIT y el debate acerca de la dimensión social del comercio internacional

Ha quedado perfectamente claro que los Estados han optado por la OIT para que sea el lugar en que se debata esta cuestión. La declaración final de Singapur contiene una afirmación muy significativa: "Renovamos nuestro compromiso de respetar las normas fundamentales del trabajo internacionalmente reconocidas. La OIT es el órgano competente para establecer esas normas y ocuparse de ellas, y afirmamos nuestro apoyo a su labor de promoción de las mismas". Por lo tanto, ahora la pelota está en nuestro campo y somos perfectamente conscientes de la responsabilidad que nos incumbe, de modo que puedo asegurarles que no tenemos la menor intención de actuar como simples espectadores y que pensamos jugar. (...) No vamos a dormirnos en los laureles, todo lo contrario, vamos a actuar de inmediato sobre los desarrollos de Singapur y poner manos a la obra.

* Sobre la estrategia de la OIT

Haremos dos cosas. En primer lugar, vamos a proseguir la campaña que pusimos en marcha en 1995 para la ratificación de los siete convenios de la OIT que han sido reconocidos como fundamentales tanto dentro de la OIT como en la Cumbre Social de Copenhague (marzo de 1995).

Esta campaña ha reunido ya 22 ratificaciones y será interesante ver si después de todo lo que se ha dicho en Singapur este proceso se acelera o no. A finales de año realizaré una especie de análisis global de la situación. En los próximos meses tendremos ya las primeras oportunidades de verificar el compromiso de los países en Singapur. Los compromisos de Singapur van a traducirse en acciones concretas? Tengo la esperanza de que la supresión de los equívocos acerca de las relaciones entre la OMC y la OIT acelere el proceso de ratificación.

La segunda cuestión fundamental está relacionada, lógicamente, con los mecanismos de control. Está bien disponer de un conjunto de convenios pero se puede controlar eficazmente su aplicación?

Como ustedes saben, disponemos de dos mecanismos distintos de control y, en general, el que se aplica a la mayor parte de los convenios es un mecanismo que sólo se pone en marcha si los Estados los ratifican. En el caso que nos ocupa, el problema básico es cómo puede la comunidad internacional controlar a los países que no participan en este juego, porque no han ratificado los convenios. Esta cuestión está sobre la mesa del Consejo de Administración desde hace ya varios meses. Celebramos un importante debate sobre ella en noviembre pasado. El Grupo de los Empleadores ha hecho interesantes propuestas para reforzar nuestros mecanismos de control, permitiendo así a la OIT controlar mejor la aplicación de los convenios fundamentales, incluso cuando no hayan sido ratificados. Es cierto que en ese debate de noviembre se produjeron algunos desacuerdos entre los empleadores y los trabajadores. Pero espero que estas dificultades acaben por allanarse y que en el Consejo de Administración del próximo marzo podamos constatar los primeros elementos de consenso entre empleados y trabajadores. A partir de ahí, la pelota estará en el campo de los gobiernos.

(...) Una de las posibles vías para resolver estos problemas sería que nuestros Miembros adoptasen una declaración pública y política equivalente a la Declaración de Filadelfia de 1944, que se considera en la OIT como una especie de anexo a nuestra Constitución. De modo que el desafío al que nos enfrentamos consiste en llegar a un acuerdo en 1997 para preparar una declaración de 1998 que nos diese el fundamento básico para el fortalecimiento de nuestros mecanismos.

* Sobre la necesidad de establecer "reglas del juego" fundamentales

Si no existen unas reglas ni un sistema realmente multilateral encaminado a fomentar y hacer respetar cierto número de reglas fundamentales del juego, corremos el peligro de presenciar, en los próximos meses o años, un recrudecimiento de actitudes proteccionistas, en ciertos casos, y la aparición de todo tipo de operaciones: boicoteos, campañas contra determinados productos o países, etc. Por lo tanto, tenemos la íntima convicción de la gran importancia que tiene un sistema de reglas admitidas y controladas multilateralmente, un verdadero foro internacional.

(...) Con frecuencia les digo a los países en desarrollo -porque ya saben ustedes que son reticentes a la creación y al fortalecimiento de la OIT- que ellos serán las primeras víctimas de la ausencia de mecanismos eficaces. Porque el día de mañana, si son ustedes atacados (y estos últimos meses se han producido ya algunos casos) dónde podrán acudir para defenderse? Ni siquiera podrán saber si los que les atacan están pagados bajo mano, o apoyados, por sus principales competidores. La guerra económica o la guerra comercial podría también secuestrar las dimensiones sociales.

(...) Es significativo que la OIT esté recibiendo contactos de diversas empresas, grupos de empresas e incluso sectores industriales que nos piden ayuda para elaborar códigos de buena conducta, verdaderas "etiquetas sociales", y que están muy preocupados por los riesgos que podrían correr si se lanzase contra ellos una campaña de opinión pública en una serie de países, porque se les podría acusar de aprovecharse del trabajo infantil o de explotar de manera vergonzosa a determinadas personas o de otras cosas por el estilo. Se dice con frecuencia que la mundialización de la economía supone en cierto modo la disminución del poder del Estado. Pienso que esto es cierto en algunos casos, pero es evidente que en los próximos cinco años surgirán determinados movimientos y diversos actores sociales y económicos en la escena internacional, y por eso es muy importante tratar de establecer un sistema multilateral, respetado por unos y por otros, si queremos evitar la ley de la jungla.

(...) No hay que creer que en los próximos años todo lo van a hacer los gobiernos. Esto es precisamente lo que da interés a la OIT, en la medida que no somos exclusivamente gubernamentales sino que tenemos también a los empleadores y a los trabajadores. Tenemos la convicción de que estamos mejor preparados que cualquier otro para tomar en consideración esos nuevos movimientos, esos cambios y para velar para que en esa economía mundializada exista una voluntad de respetar cierto número de reglas fundamentales por parte de toda una serie de actores.

* Sobre el papel futuro de la OIT

Nosotros somos lo que siempre hemos sido: 1) una organización tripartita; 2) encargada de fomentar la justicia social; 3) a través de unas normas internacionalmente reconocidas; 4) con un sistema eficaz de control. Siempre hemos sido esto. Lo nuevo es que tenemos que llevar a cabo esto mismo en un contexto en rápida evolución, que es básicamente la introducción de una economía mundializada bajo la influencia de diversos factores, sobre todo por la influencia de la liberalización del comercio internacional. En este marco, es cada vez más imperativo que todos los actores del comercio mundial acepten jugar el mismo juego, respeten cierto número de reglas.

Todo el trabajo que hemos llevado a cabo en el seno de la OIT durante los últimos dos años ha estado orientado a distinguir entre las reglas fundamentales y las que no lo son. El criterio ha sido si las reglas pueden perjudicar o no a los países en desarrollo en su esfuerzo de promoción, les impidan o no utilizar su ventaja comparativa. Hemos aislado un cierto número de convenios que todo el mundo dice que hay que respetar. Esto suscita dos cuestiones: 1) si todo el mundo dice que hay que respetarlos por qué no los ratifican todos?, y 2) se puede dar a la OIT los medios para controlar su aplicación? No creo que al hacerlo estemos cambiando los objetivos o modificando el papel y la imagen de la OIT; simplemente, trato de ver cuáles son las etapas que tenemos que cumplir ahora para continuar siendo, en una situación nueva, lo que hemos sido en los últimos ochenta años.

* Sobre la libertad sindical y la República de Corea

No tengo comentarios que hacer ni juicios que manifestar sobre las decisiones del Gobierno de Corea acerca de su propia legislación laboral. Lo que está claro es que esta legislación ha sido juzgada de manera muy negativa por parte de las organizaciones sindicales, que consideran que no pueden aceptar lo que llaman regresiones sociales para mejorar la capacidad competitiva de Corea del Sur. Lo significativo hoy día es, en primer lugar, el extraordinario eco internacional de esta situación y el compromiso de las grandes centrales sindicales internacionales en el conflicto. Esta es la demostración de que en el marco de la mundialización de la economía que está en curso habrá cada vez más reacciones mundiales ante unas iniciativas adoptadas individualmente por los países. Esto supone unas consecuencias en el plano nacional, pero se puede imaginar que en el futuro se produzcan consecuencias en el plano internacional. Creo que éste es uno de los ejemplos más claros de la importancia de las dimensiones sociales en todo ese proceso que está teniendo lugar.

Segundo elemento: aunque no tengo por qué juzgar, ni deseo en modo alguno hacer comentarios sobre la legislación vigente en Corea del Sur, a petición de la CIOSL (y si no hubiese habido una intervención de la CIOSL, lo habría hecho por propia iniciativa) manifesté al Presidente de Corea del Sur mi preocupación acerca del respeto de la libertad sindical. Me parece evidente que desde el momento en que se ha decidido ser Miembro de la OIT, el respeto de la libertad sindical constituye uno de los compromisos más importantes que se asumen. Así las cosas, ya se ve que no habrá solución al actual conflicto de Corea sin el debido respeto de la libertad sindical, que me parece ser una parte integrante del proceso democrático.

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