Globalización: La búsqueda de un ámbito de actuación equilibrado. Los mandantes de la OIT consideran acciones a favor de una globalización justa

GINEBRA - La sala del Consejo de Administración se encontraba abarrotada cuando el Presidente Mkapa de Tanzania, copresidente de la Comisión Mundial, se levantó para dirigirse a los reunidos. En el primer discurso pronunciado por un Jefe de Estado africano ante el Consejo de Administración, el Sr. Mkapa señaló que "el potencial de la globalización, para bien o para mal, es inmenso. Se trata de una fuerza con muchos aspectos positivos que deben ser aprovechados para el bienestar colectivo de la humanidad, pero algunos de sus elementos deben ser corregidos por el bien de nuestra existencia común..."

Esta intervención marcó la pauta de un debate en el que se vertieron una amplia gama de opiniones de todas las tendencias que tienen cabida en la OIT. En cualquier caso, una cosa quedó clara: hubo un consenso general respecto a que el informe de la Comisión Mundial, además de contundente y directo al referirse a la globalización, es "equilibrado y coherente", lo que, en opinión de numerosos delegados, representa su principal virtud.

Quedó constancia de tal opinión en los comentarios de los ponentes tripartitos, así como de los representantes de los órganos de las Naciones Unidas y de otros observadores que, de diversas maneras, aludieron al informe como "pionero" y un "elemento de referencia" en el que se plantean importantes propuestas para la acción.

"Deben dejarse a un lado anteriores modelos de globalización", afirmó el Sr. Funes de Rioja, Vicepresidente del Grupo de Empleadores. Sir Leroy Trotman, Vicepresidente del Grupo de Trabajadores, acogió favorablemente el hecho de que "todos los ponentes hayan avalado la notable prioridad otorgada por la Comisión a los principios y derechos fundamentales en el trabajo".

"Los países en desarrollo llevan tiempo abogando por la adopción de un enfoque más realista que idealista respecto a la globalización, y percibimos este informe como un paso en tal dirección", declaró el delegado de Pakistán.

Juan Somavia, Director General de la OIT, hizo hincapié en que los miembros de la Comisión Mundial habían reflejado la amplia diversidad de opiniones sobre la globalización, y añadió que, sin embargo, en su informe, se había identificado un planteamiento común y un acuerdo respecto a propuestas realistas de actuación. "Reunimos deliberadamente a un grupo de personas eminentes de mentalidades dispares. Su informe pone de relieve que el diálogo puede constituir una fuerza creativa para ejecutar un cambio que se necesita urgentemente", afirmó el Sr. Somavia.

Convertir la "justicia" en una realidad

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A lo largo de los dos días de debates, los delegados y participantes de organismos internacionales instaron repetidamente a una distribución más equitativa de los beneficios de la globalización, y todos los ponentes avalaron la recomendación contenida en el informe, respecto al reconocimiento del trabajo decente como un objetivo de alcance mundial:

En opinión de la Sra. Claudette Bradshaw, ministra de Trabajo de Canadá, "aceptamos el sencillo principio económico de que los que generan los productos y servicios en la economía, deben tener la oportunidad de consumirlos". Varios delegados citaron la siguiente frase del informe: "carece de sentido una globalización que reduce el precio de los zapatos de un niño y a su padre le cuesta el empleo".

El delegado de Corea señaló que: "como país directamente afectado y que sufre la crisis financiera de finales de la década de 1990, Corea conviene con la Comisión en sus observaciones sobre la necesidad de protección social, creación de trabajo decente y diálogo social abierto".

No obstante, los debates no se limitaron a los males de la globalización. Los delegados expresaron además un apoyo generalizado a la prioridad otorgada en el informe a una gobernanza mejor, más democrática y responsable en los ámbitos nacional y mundial. Argumentaron asimismo que la acción a escala nacional e internacional debe llevarse a cabo de manera conjunta, y han de satisfacerse las necesidades y aspiraciones de la población en el ámbito local.

Gerd Andres, Secretario de Estado Parlamentario en el Ministerio de Asuntos Económicos y Trabajo de Alemania, respaldó "las llamadas de la Comisión Mundial a favor de un trabajo decente para todos. Los trabajadores con empleos decentes pueden superar la pobreza, alimentar a sus familias, proveer educación y capacitación para sus hijos, mejorar su posición en la sociedad, convertirse en personas conscientes de sus derechos sociales y culturales, y ejercitar su derecho a la participación política. Mientras más avancemos en esa dirección, menores serán los temores a las repercusiones económicas de la globalización."

Numerosos delegados se unieron a los miembros de la Comisión en su posición crítica, pero positiva, respecto a la globalización, y convinieron en sus abundantes propuestas para mejorar la situación. Philippe Séguin, delegado de Francia, acogió favorablemente la llamada del informe a favor de una mayor coherencia de las políticas en el marco del sistema multilateral, y señaló que "la globalización no puede dividirse en fragmentos". Otros delegados recibieron de manera positiva la propuesta contenida en el informe y relativa a una "iniciativa de coherencia en las políticas" entre las distintas organizaciones internacionales, con el fin de abordar las cuestiones fundamentales del crecimiento, la inversión y el empleo. El representante del Banco Mundial señaló que el informe "nos será de gran utilidad a todos en la comunidad internacional".

Reforzar la gobernanza a escala mundial

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En el transcurso de los debates, los delegados elogiaron a la Comisión por reiterar la importancia del multilateralismo. En palabras del delegado de Sudáfrica, "el multilateralismo y el papel de las Naciones Unidas, del cual la OIT es un componente esencial, son aún más importantes para aquellos de nosotros que procedemos de países donde la gente tiene que hacer frente diariamente a los desafíos de la pobreza y las privaciones". De este modo, como facilitadora del diálogo sobre la dimensión social de la globalización, la OIT ha "dotado de un rostro humano a la globalización al que, frecuentemente, consideramos como un proceso impersonal", afirmó el delegado de Estados Unidos.

Por su parte la representante de la Comisión Europea celebró la atención prestada en el informe a la reforma de la gobernanza mundial. En su opinión, "considerando el desequilibrio en un sistema internacional más concentrado en los asuntos económicos que en los sociales? es necesario reforzar la dimensión social y mejorar la coordinación entre las organizaciones y la totalidad de las partes interesadas".

Otras cuestiones planteadas en el informe recibieron comentarios favorables, incluyendo la prioridad otorgada al diálogo social y al refuerzo del consenso, que han constituido la marca distintiva de la labor de la Comisión. Ricardo Berzoini, ministro de Trabajo de Brasil, comentó que su gobierno "atribuye un enorme valor a la tarea emprendida por la OIT. No hay una herramienta mejor que el diálogo para lograr cambios."

Muchos delegados no dudaron en criticar la estructura financiera mundial actual, y respaldaron la llamada a favor de la aplicación de normas comerciales y financieras justas. Numerosos ponentes destacaron la notable repercusión negativa de los subsidios agrarios de los países industrializados sobre los países en desarrollo, así como la necesidad de ampliar el acceso al mercado.

En respuesta a la solicitud de una mayor asistencia al desarrollo, un buen número de ponentes subrayó la importancia del aumento de estas ayudas y del alivio de la deuda para superar las desigualdades en cada país y entre distintos países, y para erradicar la pobreza. Al ocupar la migración un puesto destacado en la agenda de la Conferencia Internacional del Trabajo, los delegados hicieron hincapié en la necesidad de abordar el impacto del aumento de la migración de la mano de obra sobre los propios migrantes y sobre los países tanto emisores como receptores de estos trabajadores, sirviéndose del diálogo multilateral y de otras iniciativas.

El Sr. Somavia proporcionó a la reunión abundantes motivos para la reflexión, al señalar que el reto fundamental consiste en determinar cómo el Programa de Trabajo Decente puede contribuir a una globalización justa que propicie la inclusión. Los delegados expresaron su deseo de conocer sus propuestas sobre las acciones de seguimiento de la OIT, que deberán presentarse en la Conferencia Internacional del Trabajo, así como de mantener ulteriores consultas con los mandantes tripartitos de la Organización.

Para cerrar su intervención final ante los asistentes, el Presidente Mkapa citó al novelista Robert Louis Stevenson: "no se puede huir de una flaqueza, en ocasiones, hay que superarla o perecer. Siendo así, ¿por qué no aquí y ahora?" Y añadió, "nosotros, la generación actual de líderes, no debemos huir de las flaquezas de la globalización. Debemos resolverlas aquí y ahora."

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Nota 1: Por una globalización justa: crear oportunidades para todos, Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra 2004, ISBN 92-2-315426-X.

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El retrato de un compromiso

Benjamin Mkapa es el primer Presidente africano que se dirige al Consejo de Administración de la OIT. En su calidad de Copresidente de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, ha ejercido incansablemente su misión, sabiendo combinar sus tareas de Jefe de Estado con su arduo papel en la Comisión.

La palabra que le ha guiado en su labor respecto al problema de la globalización ha sido "esperanza": la esperanza que impide a los pueblos caer en la desesperación, y la de que el mensaje de la Comisión inspire la realización de acciones significativas para aliviar la grave situación de aquéllos para los que la globalización ha sido más negativa que positiva.

Los problemas relacionados con la dimensión social de la globalización, de acuerdo con el Presidente Mkapa, pueden atribuirse a una falta asunción de responsabilidades por parte de numerosos interlocutores mundiales. Es importante garantizar que se adopten normas para poner fin a esta situación. Resulta igualmente importante crear un entorno propicio para reforzar la capacidad de las personas, de modo que puedan aprovechar las oportunidades que les brinda la globalización.

Señaló con firmeza que el problema de la atenuación de la deuda debe resolverse tan pronto como sea posible, de modo que los países en desarrollo puedan abordar sus retos sin obstáculos adicionales que dificulten su progreso. Solicitó asimismo coherencia en las políticas de desarrollo, tanto de donantes como de beneficiarios. La coherencia en la formulación de políticas debe comenzar por los propios interesados, subrayó. Los países no pueden exigir una gobernanza democrática y participativa adecuada en el ámbito de los organismos internacionales y dejar de procurar la consecución de ésta a escala nacional. Tampoco pueden demandar que se asuman responsabilidades en las instituciones de alcance mundial y dejar de trabajar para que sus instituciones nacionales cumplan este mismo requisito. Después de todo, los organismos internacionales no representan sino la unión de gobiernos soberanos con un determinado fin.

El Presidente Mkapa cree que el momento actual es adecuado para la acción como resultado de la labor de la Comisión Mundial. Se han puesto en marcha ya diversas iniciativas, incluida la Declaración de Santa Cruz de la Sierra, en la que los Jefes de Estado y de Gobierno de América han reafirmado su convicción de que el trabajo decente constituye el medio más eficaz de promover unas mejores condiciones de vida. La Cumbre Extraordinaria sobre empleo y atenuación de la pobreza, prevista para septiembre de 2004 en Ouagadougou, Burkina Faso, será otra ocasión para emprender nuevas acciones. El Presidente Mkapa prometió que tanto la Presidenta Halonen como él mismo tomarán la iniciativa en la promoción de su mandato entre otros dirigentes y ante las principales instituciones internacionales.

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Los objetivos de la Comisión Mundial

La Sra. Tarja Halonen, Presidenta de Finlandia y Copresidenta de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, al dirigirse a la 288ª Sesión del Consejo de Administración, señaló que el punto de partida del órgano que copreside fue que la globalización, para resultar sostenible, debe satisfacer las necesidades de las personas. El objetivo último de la Comisión es ayudar a convertir la globalización en un recurso para promover el trabajo decente, reducir la pobreza y el desempleo y fomentar el crecimiento y el desarrollo.

Basándose en tal meta, la Comisión ha desarrollado una visión de cambio en la que se contempla el refuerzo de las dimensiones sociales de la globalización. La situación actual, comentó, no es ética ni políticamente viable. Los beneficios económicos y los costes sociales no se distribuyen equitativamente entre los distintos grupos sociales. No obstante, en última instancia, los resultados de la globalización corresponderán al modo en que el mundo aborde este proceso, y dependerán en gran medida del modo en que se gestione y de los valores que hayan inspirado a sus actores. La Comisión Mundial pretende hacer de la globalización una fuerza capaz de elevar la libertad y el bienestar humano, y de llevar la democracia y el desarrollo a las comunidades donde habitan las personas. Tal proceso debe equilibrarse asimismo con el medio ambiente, de modo que pueda contribuir al desarrollo sostenible.

En opinión de la Sra. Halonen, los principios que deben guiar la globalización deben reflejarse además en sistemas políticas, normativas e instituciones nacionales. Tales principios básicos son los de la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho.

En su país, Finlandia, la globalización es una realidad diaria, no sólo un planteamiento teórico. Finlandia se ha beneficiado del proceso, pero es muy consciente de las incertidumbres que plantea en la actualidad. La competencia a través de los impuestos, la reubicación de empresas, el desempleo, la protección de los mercados extranjeros y los esfuerzos dedicados a atraer inversiones externas son cuestiones que se abordan en el país todos los días.

Si hubiera que concentrarse en un solo aspecto, señaló la Presidenta Halonen, éste sería la educación. Para prosperar, una nación como Finlandia necesita educación. Ésta hace posible la innovación y refuerza la capacidad para procurar un ajuste eficaz. La globalización exige precisamente un ajuste constante a los retos que van planteándose.

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