Nuevo informe sobre la seguridad en la agricultura Advertencia a los trabajadores agrícolas: los índices de mortalidad siguen siendo elevados y los pesticidas suponen un riesgo creciente para la salud.

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Es realmente peligroso el trabajo en la agricultura? Según un informe presentado en una reciente conferencia internacional de expertos en salud y seguridad en el trabajo agrícola(1), es bastante más peligroso que el trabajo en otros sectores. Unos 170.000 trabajadores agrícolas perecen cada año víctimas de los riesgos laborales, y varios millones de los 1.300 millones de personas que trabajan en la agricultura, sufren lesiones o envenenamiento causado por los pesticidas y los productos químicos utilizados en la agricultura.

En su alocución a los asistentes a la Conferencia sobre la Salud y Seguridad en el Sector Agrícola, Ali Taqi, Subdirector General de la OIT, manifestó que los índices de mortalidad en la agricultura se han mantenido persistentemente elevados en los últimos diez años, en marcado contraste con lo ocurrido en otros trabajos peligrosos, como la minería y la construcción, en los que se ha experimentado una reducción de las tasas de mortalidad.

Más aún, el Sr. Taqi aseguró que es probable que la situación real de la salud y seguridad en el trabajo agrícola sea más grave que la reflejada en las estadísticas oficiales, debido a la costumbre generalizada en todo el mundo de manipular a la baja las cifras de muertes y lesiones. Por ejemplo, el índice de mortalidad real podría ser un tercio más elevada que el indicado en las estadísticas.

Un cuadro deprimente

El riesgo para los trabajadores de los países en desarrollo es especialmente elevado, por causa de una educación y formación deficientes y unos sistemas de seguridad inadecuados. Sin embargo, incluso en países desarrollados como Australia, Canadá y Estados Unidos, la agricultura sigue siendo uno de los sectores más peligrosos

Así, aunque en Estados Unidos los agricultores y trabajadores agrícolas constituyen únicamente un 3 por ciento de la fuerza de trabajo total, sufren casi el 8 por ciento de los accidentes relacionados con el trabajo. En Italia, el 9,7 por ciento de la fuerza de trabajo empleada en la agricultura sufre el 28,7 por ciento de los accidentes de trabajo.

Aunque, en promedio, la agricultura emplea el 9 por ciento de la fuerza de trabajo de la mayoría de los países industrializados (porcentaje que oscila entre el 5,2 por ciento en la Unión Europea y el 20 por ciento en la Europa Oriental), casi la mitad de la fuerza de trabajo mundial continúa dedicada a la producción agraria. Los porcentajes más elevados se registran en los países en desarrollo: 25 por ciento en América Latina, 63 por ciento en Africa y 62 por ciento en Asia.

Mujeres y niños se ven afectados con frecuencia creciente. El Sr. Taqi puntualizó que "significativamente, la participación de la mujer en el trabajo agrícola se incrementa en todo el mundo, debido, principalmente, a la migración de los hombres hacia los núcleos urbanos en busca de mejores oportunidades, hasta el punto de que las mujeres constituyen actualmente el 43 por ciento de la fuerza de trabajo total en la agricultura. También el trabajo infantil es intenso en la agricultura. Según estimaciones de la OIT, en un número de países en desarrollo, los niños de 5 a 14 años de edad constituyen el 10 por ciento de la fuerza de trabajo total, y el 70 por ciento de esa mano de obra infantil se emplea en la agricultura.

No todas las normas se aplican en la agricultura

Aunque la situación varía sensiblemente de un país a otro, la agricultura suele quedar al margen de buena parte de la legislación laboral interna y no ha sido objeto de ningún convenio internacional de aplicación general. Allí donde se han dictado normas, su aplicación suele ser desigual, debido a la insuficiencia de las disposiciones legales, los bajos niveles de sindicación y la deficiente inspección de trabajo.

Además de las insuficiencias legislativas, el trabajo agrícola suele estar plagado de otras lacras:

- Empleo de múltiples tecnologías en unos entornos muy diferenciados, que varían desde la agricultura comercial altamente mecanizada a la agricultura de subsistencia en pequeñas explotaciones.

- Dispersión de la fuerza de trabajo en regiones distantes, en las que los servicios de salud y los medios de comunicación son habitualmente insuficientes o inferiores a los existentes en las áreas urbanas.

- La gran variedad de tareas que realizan los trabajadores agrícolas, especialmente en las pequeñas explotaciones, utilizando, por regla general, un equipo inadecuado.

- Factores ambientales, como el trabajo al aire libre en sitiaciones metereorológicas varias, que dificultan la modificación de las condiciones de trabajo (como ocurre, por ejemplo, cuando se producen rachas de viento durante la aplicación de plaguicidas, o tormentas en plena cosecha).

- Aplicación menos eficaz de las técnicas de seguridad en la agricultura que en la industria.

Riesgos para la vida y las extremidades

Los mayores peligros para los trabajadores agrícolas provienen de las herramientas cortantes y la maquinaria (como los tractores y cosechadoras). Más de la tercera parte de las muertes por accidente de trabajo que se registran en la agricultura mundial se relacionan con el uso de los tractores.

Según un estudio realizado por el Instituto Brasileño de Salud y Seguridad en el Trabajo, cerca del 40 por ciento de las lesiones conocidas son producidas por herramientas manuales, el 88 por ciento, por herramientas cortantes, y el 12 por ciento, por las máquinas. El 38 por ciento de los accidentes provocados por la maquinaria se asociaba al empleo de tractores.

La inspección de trabajo chilena informó en 1993 de que las lesiones producidas por máquinas y herramientas suponían más de un tercio del total de lesiones profesionales registradas.

Según el Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo de Estados Unidos, los accidentes causados por la maquinaria constituyen la segunda causa en importancia de muerte violenta por accidente de trabajo. Tanto la mayor frecuencia, como los índices de mortalidad más elevados, correspondían a los tractores, seguidos de las cosechadoras y de las herramientas eléctricas.

El peligro de los pesticidas

La exposición a los pesticidas y otras sustancias agroquímicas constituye otro grave riesgo para los trabajadores agrícolas, y en algunos países llega a producir el 14 por ciento del total de las lesiones profesionales registradas en el sector agrario y el 10 por ciento de los fallecimientos.

Los deficientes sistemas nacionales de estadística hacen que los casos registrados de envenenamiento por pesticidas sean mucho menores que los reales. Los países en desarrollo consumen más del 20 por ciento de la producción mundial de sustancias agroquímicas, que provocan alrededor del 70 por ciento de los casos totales de envenenamiento agudo entre los trabajadores, esto es, más de 1,1 millones de casos. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen en todo el mundo entre 2 y 5 millones de casos (de ellos, 40.000 mortales) de envenenamiento de trabajadores por el uso de pesticidas.

La situación imperante en América central, donde la OIT desarrolla varios programas de cooperación técnica, es ilustrativa, pero en modo alguno excepcional. En el decenio de 1980, la importación y aplicación de sustancias agroquímicas en la región centroamericana alcanzó una media anual de 56.000 toneladas. En los países de la región se registraban más de 2.000 casos anuales de envenenamiento agudo.

Según un riguroso estudio del uso de sustancias agroquímicas en Costa Rica, el consumo anual de pesticidas registrado en los últimos diez años ha sido de 4 kilogramos por persona, esto es, ocho veces la media de 0,5 kilos por persona consumidos en todo el mundo. En el período 1980-1986, el índice oficial anual de casos de envenenamiento de trabajadores por el uso de pesticidas fue de 5,3 por cada 100.000 asalariados, en contraste con una media de sólo 0,3 por 100.000 registrada en Estados Unidos en el mismo período. Más de la mitad de las víctimas (56,5 por ciento) eran trabajadores agrícolas, que sufrieron el 90 por ciento del total de lesiones profesionales por envenenamiento, ocurridos generalmente durante la aplicación del producto.

La experiencia del resto de América Central ilustra la enorme dificultad que la insuficiencia de los datos oficiales plantea para conocer los niveles reales de envenenamiento por pesticidas.

En Panamá, por ejemplo, según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, la tasa de intoxicación por el uso de plaguicidas fue de 5,6 por 100.000 en 1995. No obstante, según las estimaciones del Instituto de la Seguridad Social (ISS), la tasa real de 1995 fue de 3.000 por 100.000. Teniendo en cuenta que el ISS sólo cubre al 8,8 por ciento de los trabajadores agrícolas y que en 1994 se había registrado un total de 3.991 accidentes de trabajo, la cifra real se habría elevado a 9.651 si se hubiese tomado en consideración la totalidad de la fuerza de trabajo empleada en la agricultura.

Alto riesgo, bajas prestaciones

En muchos países del mundo, los trabajadores agrícolas están excluidos de las prestaciones por accidente de trabajo. Muchas, veces, no se comunican las lesiones o no se asignan fondos para el pago de las prestaciones por causa de la insuficiencia de las estadísticas de accidentes y lesiones profesionales.

La OIT colabora desde 1993 con las autoridades y los representantes de los empleadores y trabajadores centroamericanos en la formulación de políticas nacionales de salud y seguridad en el trabajo agrícola que sirvan de marco a la protección de los trabajadores, la prevención de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en la agricultura, y la preservación del medio ambiente. Los objetivos de esta política consisten en modernizar la legislación, desarrollar sistemas de protección preventiva de la salud, mejorar los niveles de formación e información, y desarrollar unos métodos de utilización de las sustancias agroquímicas favorables al medio ambiente.

(1). La Conferencia Internacional sobre la Salud y Seguridad Ocupacional en el Sector Agrícola se celebró en Itasca, Illinois, del 22 al 25 de octubre, patrocinada por el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos con la colaboración de la OIT.

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