Estados Unidos: el ocaso de la politica exterior neoconservadora.

AuthorHerrera, Boris Yopo
PositionEl mundo y sus pol

Transformar el mundo, usando el poder incontrarrestado de Estados Unidos en la post Guerra Fría. Este era, ni más ni menos, el objetivo de los ideólogos neoconservadores de la política exterior norteamericana, y la oportunidad para implementar este diseño fue el contexto generado por los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, y la ulterior guerra de Irak, que serviría como > del nuevo momento que comenzaba en este esfuerzo por reordenar las relaciones de poder a nivel internacional.

Algunos de los miembros fundadores de este movimiento eran > que habían girado a la derecha durante la Guerra Fría, desilusionados por la evolución que habían tomado los > y por el creciente > que comenzaba a imperar en la sociedad norteamericana de los años sesenta, marcada por las revueltas estudiantiles y la oposición a la guerra en Vietnam. Entre los representantes más destacados de esta corriente, cabe mencionar entre otros a Paul Wolfowitz, ex Secretario Adjunto de Defensa y hoy Presidente del Banco Mundial, Richard Perle, ex alto funcionario de la Administración Reagan, William Kristol, editor de la revista conservadora Weekly Standard, y Charles Krauthammer (1), columnista de la revista Time y del periódico Washington Post.

Es interesante destacar que los impulsos de este grupo por hacer una > (ahora de corte conservador) no se extinguieron totalmente, y como señaló con ironía un miembro de esta corriente al apoyar las políticas de la administración Bush, el contexto post 11 de septiembre tal vez era la única oportunidad histórica para realizar el antiguo sueño de >. En efecto, hasta ese entonces, los llamados > cumplían una función marginal en la formulación de la política exterior norteamericana, lo que se percibe claramente en el programa y discursos del entonces candidato George W. Bush, o de sus asesores más inmediatos, como Condeleezza Rice, que en un artículo en Foreign Affairs del año 2000 hace un planteamiento más enmarcado en el > que en esta opción > que comienza a imponerse con fuerza después de los atentados a las torres gemelas en el 2001 (2).

Fue este evento el que abrió una ventana de oportunidad para que estos grupos comenzaran a ejercer una influencia ahora decisiva, que ya se percibía en 2002, y que encuentra su momento culminante en la intervención militar en Irak a mediados del 2003. Los > ven esta intervención como una reivindicación de su estrategia de eliminar a adversarios que atentan contra los intereses norteamericanos a nivel global, promoviendo al mismo tiempo nuevos liderazgos surgidos de procesos democráticos que debían garantizar la estabilidad y la implementación de políticas convergentes con las de Estados Unidos, en diversas > que amenazan la estabilidad internacional. La creciente pérdida de influencia del Secretario de Estado Colin Powell, como queda acreditado en múltiples artículos y dos importantes obras recientes, el giro de la entonces Consejera de Seguridad Nacional, Condelezza Rice, hacia posiciones más cercanas a los >, y el cuasi monopolio en las decisiones claves de la política exterior que adquieren el vicepresidente, Dick Cheney, y el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, demuestran como la estrategia neoconservadora, materializada a nivel internacional a través de la llamada > (que en su acepción original considera las guerras preventivas, cambios coercitivos de régimen y otras acciones unilaterales como caminos legítimos para asegurar los intereses norteamericanos en el mundo) había adquirido un peso central en la formulación y ejecución de la política exterior norteamericana hacia fines del primer mandato del presidente de Estados Unidos (3).

Un autor, Stephen Sestanovich, describió a esta nueva doctrina como >, actuar primero, y buscar legitimidad y respaldos políticos después. Era el momento estelar del >, en un contexto en que había apoyo interno, la nueva amenaza > del terrorismo, y las capacidades militares para actuar decisivamente contra los principales adversarios de Estados Unidos en el escenario global. Sin embargo, a poco andar el optimismo inicial de los formuladores de política en la Casa Blanca demostró graves carencias de análisis y previsión, y tres años después, contrariamente a lo anunciado por los estrategas de Washington, Irak se encuentra en una situación de cuasi guerra civil, y convertida en un centro de operaciones y reclutamiento de terroristas que operan en el Medio Oriente (4).

Una deficiente planificación estratégica, un mal diagnóstico de la realidad socio-cultural local, la ausencia de apoyo internacional significativo a esta operación, y la insuficiencia de tropas para la magnitud del desafío, explican el caótico estado en que se encuentra este país, lo que contrasta con las declaraciones iniciales de Donald Rumsfeld y...

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