El procesamiento por los crímenes cometidos durante el período de la kampuchea democrática según el acuerdo de marzo del

AuthorJordi Sellares Serra
Pages1079-1083

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El 22 de mayo del 2003 la Resolución 57/228 B de la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el proyecto de acuerdo entre las Naciones Unidas y el Gobierno Real de Camboya relativo al procesamiento por los crímenes realizados en ese país entre el 17 de abril de 1975 y el 6 de enero de 1979. Sabido es que durante ese período el gobierno maoísta de Camboya, entonces llamada República Democrática de Kampuchea, eliminó entre 1,5 y 2 millones de sus habitantes, de una población cercana a los 8 millones.

Para una parte de la doctrina es probable que la conclusión del señalado tratado confirme la tendencia de que los crímenes contra la humanidad, contra la paz y de guerra no pasarán sin castigo. Es decir, confirmaría que en adelante ´la comunidad internacional hará todo lo necesario por llevar a los responsables ante la justicia de conformidad con las normas internacionales de la justicia, la imparcialidad y el respeto de las garantías legalesª para ´rendir cuentasª de los crímenes cometidos en cualquier rincón del planeta, según la reafirmación que consta en la resolución de otro tribunal penal, el tribunal especial independiente para Sierra Leona. A nuestro juicio, sacar dicha conclusión del acuerdo sobre Camboya sería errónea. Lo de Camboya es puro teatro.

En el último cuarto de siglo la historia de Camboya proporciona el material necesario para una tragedia de Shakespeare. Con unos pocos personajes -siempre los mismos, y en gran número de emparentados-, sanguinarios a la vez que radicalmente idealistas, y un rey ubicuo y chaquetero, se podría explicar los últimos veinticinco años de ese país, llenos de odios raciales, ansias de poder, sed de venganza, y sueños de un mundo mejor. Faltará un detalle, las dosis desmesuradas de crueldad, los millones de muertos que darán al espectáculo un toque dantesco. Sorprende que si hoy se ofrecen óperas que trasladan un baile de la corte sueca del siglo XVII a los urinarios del Congreso de los Diputados español durante la transición para darle ´vigorª a la obra, nadie haya pensado en un Turandot situado en pleno período Khmer Page 1080 rojo, en aquella ´Kampuchea Democráticaª. Quizá no interese. Puede que sea una obra ya vista, y con un éxito desigual de crítica y público.

Ya a principios de 1979 hubo en Phnom Penh un tribunal ad hoc creado para ese fin por el gobierno títere establecido por Vietnam. Ignoró la mayoría de reglas procesales y condenó en rebeldía a un par de los máximos dirigentes del gobierno anterior de Camboya: Pol Pot y Ieng Sary. Con muy pocas representaciones de la obra se dictó sentencia condenatoria in absentia pero nunca se llegó a cumplir. Años después, en 1997, y con aún menos público, en el pueblo de la selva en que tenían su capital, los propios Khmeres rojos juzgaron a Pol Pot. La representación careció, como en la versión anterior, de cualquier mínimo de consistencia jurídica. Era como un happening. Menos de un año después el condenado murió de muerte natural. Ese juicio tampoco sirvió para la catarsis. Ahora se intenta reponer en Phnom Penh el juicio de los crímenes del período Khmer Rojo, pero la empresa teatral es más ambiciosa, y con unas necesidades de producción mayores, por lo que con ese fin se establece una joint-venture con la ONU. El resultado final será el mismo de los casos anteriores: una simulación vistosa y aparente pero sin resultados concretos. Porque los verdaderos responsables, aquellos camboyanos que estudiaron en París en la década de los cincuenta, son hoy unos septuagenarios que difícilmente cumplan ninguna condena penal. Por motivos humanitarios, claro. Ieng Sary, por si acaso, ya dispone de una amnistía dada en 1996 por el Rey Sihanouk.

El acuerdo entre...

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