La prensa española en la democracia

AuthorAntón R. Castromil, Vishnu Martha Adiputra
Pages279-300
© Editorial UOC Capítulo A. La prensa española en la democracia
279
Capítulo A
La prensa española en la democracia
A-1. Introducción
Como en cualquier otro país de su entorno europeo democrático,
el sistema de medios de comunicación cumple en España la inestima-
ble labor de acercar los acontecimientos del ámbito político a los ojos
de la ciudadanía. Como viene siendo habitual a partir de la irrupción
de la sociedad de masas a principios del siglo XX, los individuos no
presencian directamente lo que sucede a su alrededor, sino que será la
función de mediación del sistema de comunicación la que se encargue
de su conexión con el mundo en el que se insertan. Ya no se «viven» los
acontecimientos –como en las sociedades primarias, locales y eminen-
temente agrarias– sino que se «asiste» a ellos, principalmente a través
de la pantalla del televisor1.
Esta circunstancia apunta hacia una situación en la que la demo-
cracia representativa, en su forma de «democracia de los partidos»,
comienza a ceder protagonismo frente a la «democracia de las audien-
cias» (Manin, 1998: 252 y siguientes). Del mismo modo que en muchas
otras democracias occidentales, en España se produce una evolución
de las viejas formas de hacer política –vinculadas a las estructuras
burocráticas de los partidos–, que van poco a poco combinándose con
el imperativo mediático de la puesta en escena y el mayor peso de las
destrezas comunicativas de los candidatos (Ibíd.).
1 En los últimos años, la reflexión sobre el impacto de los medios se extiende
también a las nuevas tecnologías de la comunicación. En España, según datos de
finales de 2011, casi el 60% de la población se conectó a Internet en el último
año, aunque la utilización de la Red para fines políticos sigue siendo bastante
residual y tiende a repetir pautas de exposición mediática tradicionales (CIS,
estudio 2920).
© Editorial UOC Los sistemas políticos de España e Indonesia
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Pero los medios españoles presentan, al menos, otra característica
destacable: su relación con el sistema político. Se hace evidente un
claro punto de encuentro entre los intereses partidistas e ideológicos de
políticos y candidatos con los posicionamientos mediáticos, de modo
que buena parte del sistema de medios de comunicación no puede ser
considerado neutral (Castromil, 2012) sino que se posiciona a favor o en
contra de alguno de los actores presentes en el sistema político. Es lo
que algunos autores han denominado «polarización mediática» o aquella
situación en la que se «presenta la realidad política desde ópticas tan
contrastadas que prácticamente ofrece una doble carga argumental de la
información, con una agenda dominada por la subjetividad argumental»
(Díaz Nosty, 2008: 502). Es decir, lo que para algunos supone el prin-
cipal valor hacia el que ha de tender el periodismo –la objetividad o el
relato desapasionado y sereno de los acontecimientos políticos– pierde
en España su razón de ser en pos de una visión interesada de lo que
pasa, del proselitismo político y de la implicación de los medios en las
más variopintas y, a veces, inconfesables causas.
Siguiendo el modelo de «pluralismo polarizado» descrito por Hallin y
Mancini (2004), se observa una cierta continuidad entre la realidad políti-
co-mediática española y la de otros países de su entorno. El sur de Europa
compartiría, así, algunas notas distintivas en su interrelación entre medios
y política: partidismo, instrumentalización política de los medios públicos
y privados, baja organización de la profesión periodística en cuanto grupo
organizado y predominio de los medios audiovisuales (Ibíd.).
Esta particular interrelación entre el sistema político y el mediático
se origina –entre otras posibles causas– por factores históricos comu-
nes a la mayoría de países de la cuenca mediterránea: por las continuas
interrupciones democráticas sufridas en largos períodos de la historia
política española2 (Ibíd.), pero también por la tardía implantación de
la libertad de prensa en un momento en el que la democracia estaba
consolidándose. De esta forma, desde el mismo inicio de su actividad
mediadora, el sistema de comunicación no ha sido neutral: primero
2 Las más destacadas en el siglo XX fueron las de Miguel Primo de Rivera (1923-
1930) y Francisco Franco (1939-1975).

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