Panorama general y reflexiones acerca de las relaciones entre Argentina y Corea.

AuthorMera, Carolina

Resumen

El presente artículo examina las relaciones entre la República Argentina y la República de Corea a lo largo de la historia, con el fin de focalizar su evolución reciente en el marco del proceso de globalización que ha transformado el mundo de las relaciones institucionales, políticas y económicas de las naciones. Desarrolla un panorama general del proceso por el cual actualmente América Latina se visualiza como posible socio estratégico y aplica políticas económico-comerciales, diplomáticas, culturales y académicas que le permiten acercarse a nuestro continente. El proceso se aborda como parte de la política interna y exterior actual de Corea, que busca estrechar relaciones con Argentina, el Mercosur y América Latina en general, como variable indispensable en esta etapa particular del desarrollo de su estructura económica y productiva y sobre todo, de un posicionamiento estratégico en el plano geopolítico.

Abstract

The present article analyzes the relationship between Argentina and the Republic of Korea throughout history, in order to focus recent trends in the framework of the globalization process that has transformed the world of political and economic institutional relationship within nations. It develops an overall view of the process by which, at the present time, Korea perceives Latin America as a potential strategic partner and it implements economic, commercial, diplomatic, cultural and academic policies allowing Korea to come close to our continent. This process is approached as part of the present domestic and foreign Korean policy, which intends to foster relations with Argentina, Mercosur and Latin America in general, as a central aspect of this particular stage of its economic and productive structure of development, and particularly of its strategic geopolitical positioning.

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se analiza la evolución de las relaciones de Argentina y la República de Corea, a fin de identificar las tendencias recientes en el marco del proceso de globalización que ha transformado el mundo de las relaciones institucionales políticas y económicas de las naciones.

Se analiza el proceso por el cual actualmente Corea percibe a la Argentina y la región como un posible socio estratégico y aplica políticas económico-comerciales, diplomáticas, culturales y académicas que le permiten acercarse a nuestro continente.

El proceso se aborda como parte de una política nacional en que las relaciones con nuestro país, el Mercosur y América Latina son un elemento fundamental para el desarrollo de su estructura económica y productiva y sobre todo de un posicionamiento estratégico en el plano geopolítico. Se parte de la base de que el proceso de avance hacia acuerdos y tratados regionales conforma nuevo espacios económicos, políticos y culturales e impone lógicas que exigen mayor atención y análisis de parte de académicos, políticos y empresarios.

EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES BILATERALES ENTRE ARGENTINA Y COREA

Pese a los criterios que aplican algunos académicos latinoamericanos para sistematizar la historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países (1), podemos afirmar que la política argentina hacia Corea se caracterizó por planes coyunturales ligados a los gobiernos de turno y no por una política de planificación a mediano y largo plazos como en el caso de Corea del Sur.

Las relaciones formales entre Argentina y la República de Corea se iniciaron en los años sesenta. En febrero de 1962 culminó exitosamente una serie de conversaciones sostenidas por representantes de ambos países y días antes de su destitución, el Presidente Frondizi estableció relaciones diplomáticas con ese país. Al año siguiente fue designado el primer embajador coreano con jurisdicción en la República Argentina, Chung Il-kwon, embajador en Estados Unidos y concurrente en nuestro país. Corea del Sur abrió su embajada en Buenos Aires en diciembre de 1963 y envió como primer embajador de Corea del Sur en Buenos Aires a Bae Ui-hwan (Paz, 1996). El 18 de Junio de 1964 el presidente Arturo Illia creó la embajada de Argentina en Seúl, y nombró como primer embajador a Alejandro Galerce (Oviedo, 2003).

Durante la década de 1960, Argentina centró la atención en establecer vínculos formales bilaterales con la República de Corea, política condicionada por su posición en el mundo bipolar.

El gobierno de facto de Onganía (1966) fortaleció las relaciones con Corea del Sur en el marco de las llamadas >. En 1968 se firmó el convenio cultural (2) que creó una Comisión Mixta, compuesta de dos secciones, con sedes en Buenos Aires y Seúl. El 27 de marzo de 1968 se cerró la embajada argentina en Seúl, que se reabrió el 6 de octubre de 1969, con un encargado de negocios y bajo la jurisdicción de la Embajada en Japón (Oviedo, 2003). Lanusse mantuvo la política aplicada por Onganía y en agosto de 1972 se firmó el >.

El 10 de junio de 1973 Cámpora estableció relaciones diplomáticas con Corea del Norte, estableciendo una política de doble reconocimiento que se mantendría durante el peronismo y el primer año de la dictadura, 1977. En julio de 1973 el gobierno provisional de Lastiri abrió la embajada y la sección consular argentinas en Pyong Yang. Perón mantuvo esa orientación, y el 11 de diciembre de 1975 se firmó el Convenio comercial entre el Gobierno de la República Argentina y el Gobierno de la República Popular Democrática de Corea (3). El artículo tercero del Convenio contemplaba la promoción de las visitas, el intercambio tecnológico de carácter comercial y el otorgamiento de facilidades a la otra parte para la celebración de exposiciones y el fomento del comercio en su territorio. Presentó cartas credenciales el embajador Guang Sung Zeng el 8 de abril de 1974.

El 8 de agosto de 1975, con Isabel Perón en el poder, se firmó en Buenos Aires el Acta de la Comisión Mixta Cultural Argentino-Coreana y en noviembre del mismo año el Acta de la Comisión Mixta Cultural Argentino-Coreana Sección Buenos Aires.

El golpe de Estado de marzo de 1976 trajo consigo una mejora de las relaciones entre Argentina y Corea del Sur y un empeoramiento de aquellas con Corea del Norte. El embajador norcoreano acreditado en Buenos Aires fue trasladado a Yugoslavia y la representación quedó en manos de un encargado de negocios ad interim como jefe de Misión. El malestar en las relaciones se profundizó con el incidente generado por la quema de la embajada norcoreana en Buenos Aires, hecho que aceleró la ruptura de relaciones diplomáticas, implementada el 13 de junio de 1977 por decreto del dictador Rafael Videla.

Dado que el gobierno de Corea del Norte no había reconocido al régimen de facto que derrocó al gobierno peronista, con quien había promovido las relaciones políticas y económicas, se ordenó el abandono del territorio argentino de todos los integrantes de la representación diplomática de ese país acreditados en Buenos Aires. Una situación similar había ocurrido en Chile cuatro años antes (4).

Desde entonces, Argentina solo ha mantenido relaciones diplomáticas con Corea del Sur. La última dictadura y los gobiernos constitucionales de Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde y la actual gestión de Kirchner mantienen relaciones bilaterales con Corea del Sur.

A partir de 1979 se produjo un cambio en la posición argentina respecto de Corea que se refleja en diversos foros internacionales. La estrategia de contención comunista desplegada por la República de Corea, Japón y los países de la ASEAN tuvo repercusiones en nuestro país y en 1979 se inauguraron la agregadurías militar, naval y aeronáutica, política que continúa con los gobiernos democráticos.

La década de los años ochenta se caracterizó por una relación bilateral de escaso intercambio. En mayo de 1981 se firmó el > (único instrumento firmado en la década), con el que se inicia una larga relación en materia pesquera entre ambos países, que representa parte importante de la relación comercial bilateral.

Años después, el ministro de relaciones exteriores de Corea del Sur, Lee Won-kyung, asistió a la ceremonia de asunción del mando del Presidente Alfonsín. En 1986 visitó Corea el ex presidente Arturo Frondizi. En la agenda bilateral siguieron predominando la energía nuclear, la pesca y la migración, esta última vinculada principalmente a proyectos agrícolas.

La década de 1990 fue escenario de un gran incremento del comercio y las inversiones, del intercambio de vistas diplomáticas y de la firma de tratados.

La política de Menem profundizó las relaciones bilaterales y multilaterales con el régimen de Seúl a partir de la realización de las primeras visitas diplomáticas: el presidente Kim Youngsan (1996), el vicepresidente de la Asamblea Nacional coreana, Kim Jae-Kwang (1991); el primer ministro Chung Won-Shik (1992); el enviado especial Hong Soon-young (1994); el ex-primer ministro Hwang In-sung (1995), el ministro de relaciones exteriores Gong Ro-myung (1995) y el enviado especial Lee Hong-ku (1996). En el caso de Argentina, además del viaje presidencial (1995), se produjeron las visitas del canciller Di Tella (1991) y del ministro Cavallo (1994) y la firma de acuerdos sobre usos pacíficos de la energía nuclear; promoción y protección de inversiones y servicio de transporte aéreo. En agosto de 1995 se firmó el tratado de extradición y en septiembre del mismo año se firmó en Seúl el Memorandum de entendimiento sobre consultas periódicas de alto nivel.

La participación de nuestro...

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