Kosovo: A casa, misión cumplida

• Author: María José Cervell Hortal
• Pages: 279-285

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El 19 de marzo de 2009 la Ministra española de Defensa, Carme Chacón, anunciaba durante una visita al contingente español desplazado en la base de Istok (provincia de Kosovo, Serbia) la retirada de las tropas españolas. «Misión cumplida, es hora de volver a casa», afirmaba. La decisión provocó no poco revuelo mediático y puso en jaque algunas de las relaciones que a nivel diplomático mantiene nuestro país, sobre todo con nuestros socios en la OTAN pero, ¿cuáles son argumentos de fondo que justifican la retirada española después de diez años con presencia en la zona? Las líneas que siguen tiene como fin prioritario aclarar estas interrogantes, aunque antes de entrar de lleno a en esta misión la lógica impone remontarnos a los orígenes y recordar el porqué de la presencia española en Kosovo.

El contingente español desplazado en Kosovo encuentra su justificación es la resolución 1244 (1999) de 10 de junio, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que entre otras cuestiones a las que luego haremos referencia, contemplaba (párr. 5) el despliegue, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, de dos fuerzas internacionales, una civil y otra de seguridad, para desarrollar entre otras las acciones (párr. 9) de vigilancia del cese el fuego y de retirada de las fuerzas militares y policiales serbias, la desmilitarización de ELK (Ejército de Liberación Nacional), el establecimiento de un entorno seguro que permitiera el regreso de los refugiados y desplazados, el mantenimiento del orden y la seguridad pública o la remoción de minas. Kosovo pasaba así a ser administrado de manera provisional por la UNMIK (Misión de la Administración provisional de las Naciones Unidas en Kosovo), que asumía la representación del territorio con el objetivo principal de preparar la celebración de elecciones y su posterior autonomía. La resolución también autorizaba la presencia en la zona de la KFOR, el grupoPage 280de seguridad de la OTAN que inspeccionaría la retirada de las fuerzas yugoslavas, la desmilitarización y el mantenimiento del orden en la región hasta que se estableciera una fuerza policial y una administración civil locales.

Las raíces remotas de esta peculiar situación se remontan, como bien sabrá el lector, pues extensas han sido las páginas que doctrina e incluso jurisprudencia han dedicado a la cuestión, a marzo de 1999, fecha en que la OTAN iniciaba el bombardeo sobre territorio de Kosovo (sobre el tema hasta llegar a la actual situación, Bermejo García, R. y Gutiérrez Espada, C.: «La independencia de Kosovo a la luz del derecho de libre determinación», Real Instituto Elcano DT núm. 7, 2008; y Gutiérrez Espada y Bermejo García, «Kosovo de nuevo: apuntes críticos sobre su declaración de independencia, su constitución y otras reflexiones», DT núm. 41/2008).

El primer contingente español pisó Kosovo en 1999. Actualmente (en los días en que esto se escribe, allí continúa, aunque por poco tiempo) y desde el 15 de mayo de 2007 se encuentra incluido en la Agrupación Oeste, bajo mando italiano. Los 632 militares de Base España (http:// www.nato.int/kfor/), en la localidad de Istok (noroeste de Kosovo) están integrados en la KFOR y se han ocupado estos años, según información del Ministerio de Defensa (www.mde.es), de acondicionar carreteras, reparar líneas eléctricas, establecer canalizaciones de agua y reformar colegios. Diez españoles han perdido su vida en tierra kosovar.

La independencia de Montenegro en 2006 alentó los deseos independentistas kosovares, al tiempo que en los círculos internacionales iba calando la idea de que debía darse alguna solución a la situación de impasse que al amparo de la resolución 1244 vivía la región. El Enviado Especial de Naciones Unidas para Kosovo (nombrado en noviembre de 2005), Martti Ahtisaari, envió al Consejo de Seguridad el 26 de marzo de 2007 un controvertido Informe conteniendo la Propuesta Integral de Acuerdo sobre el Estatuto de Kosovo, en la que se indicaba la conveniencia de que Serbia renunciara a esa región proponiendo en consecuencia su existencia separada con el argumento de que la realidad social del país y la presión popular no permitiría otra cosa. El 17 de febrero de 2008 la Asamblea de Kosovo declaraba de manera unilateral su independencia y el 15 de junio de ese año el proceso se consolidaba con la entrada en vigor de la Constitución de la República de Kosovo (http://www.kushtetutakosoves. info/?cid=2,1), que reconocía su soberanía (art. 2), su capacidad para concluir tratados internacionales y participar en organizaciones internacionales (art. 17) y contemplaba el establecimiento de misiones diplomáticas y consulares (art. 84.1, 84.7 y 84.24).

Kosovo se vestía así con los ropajes que a todo Estado por derecho pertenece. Sin embargo, la declaración de independencia cuestionaba la vigencia de la resolución 1244 y de las tropas internacionales allí desplegadas: si éstas debían encargarse de estabilizar y asegurar el orden en la provincia hasta que se decidiera su status definitivo (que, como señalaremos, no se contempló que fuera más allá de la mera autonomía), la decisión de la Asamblea kosovar de considerar a Kosovo como un Estado y la aceptación que tuvo entre algunos miembros de peso de la sociedad internacional, impedía seguir justificando su permanencia.

Y sin embargo, las tropas allí seguían (siguen, de hecho), sin que la resolución 1244 haya sido revocada. Es más, parecía que aún había espacio y tareas para otras presencias internacionales, pues en febrero de 2008 (un solo día antes de la declaración de independencia) se autorizó la EULEX (Misión de la UE y el Estado de Derecho en Kosovo, Acción común 2008/124/ PESC del Consejo, DO L 42, de 16 de febrero de 2008, p. 92), que se desplegó en diciembre de 2008, con retraso sobre la fecha prevista ante las reticencias rusas y serbias de aceptarla hasta que no se produjera un traspaso formal de Naciones Unidas a la UE, que debería formalizarse en un acuerdo del Consejo de Seguridad que...