Jorge Ferrando (Gerente de Estudios, Empresas COPEC).

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En realidad es un agrado comprobar que comparto gran parte del diagnóstico realizado ahora. Es muy positivo que en el sector energético de alguna forma haya consenso sobre lo que anda mal y también sobre lo que está bien. Esto es fundamental, porque hoy día Chile enfrenta grandes desafíos en materia energética: la oferta no puede marchar a la par con la demanda en circunstancias que esta continúa creciendo a un ritmo bastante acelerado; además, tenemos un problema institucional vinculado al sistema de aprobación de los proyectos que está haciendo que la energía sea muy cara en comparación con la de los países vecinos.

Para empezar, es necesario señalar que al hablar de energía hay otros dos grandes temas que no pueden separarse: desarrollo y medio ambiente. La energía va de la mano con el desarrollo y en la actualidad los proyectos energéticos hacen frente a una posición y una participación ciudadanas mucho más comprometidas con los temas ambientales. A1 mismo tiempo, la evaluación ambiental de los proyectos se ha transformado en una suerte de instrumento que la comunidad muchas veces utiliza para objetivos muy distintos de los ambientales y que responden más bien a intereses particulares en la vida y la interacción de las comunidades locales.

El vínculo existente entre energía y desarrollo está claramente presente en todos los países del mundo. Es evidente que a mayor desarrollo, mayor es el consumo de electricidad. Hay una asociación directa entre el PIB per cápita y el consumo de energía. Examinemos las estadísticas de algunos países del mundo que figuran en la página Gapminder.org, que contiene gran cantidad de información sobre muchos países y su desarrollo energético a lo largo del tiempo, presentados en forma muy ilustrativa.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

En el caso de Canadá, por ejemplo, los datos parten de los años sesenta, cuando el PIB per cápita era de aproximadamente 12 mil dólares y el consumo energético superaba los 5 mil kWh por habitante. Luego, a medida que fue pasando el tiempo el país se fue desarrollando y ambos fueron aumentando, primero con una pendiente muy empinada y cuando el país se transformó en una economía de servicios y empezó a aplicar medidas de eficiencia energética, la curva comenzó a aplanarse. En todos los países puede observarse la misma trayectoria. A manera de ejemplo, cabe mencionar al azar casos como los de Estados Unidos y Corea del Sur, cuyo modelo de desarrollo se asemeja al de Chile.

La historia reciente de Chile es conocida: en los dos últimos decenios la demanda de energía se ha duplicado y se prevé que en el futuro se mantendrá la tendencia. ¿Por qué? Porque el consumo de un hogar de clase media en Chile equivale a tener dos ampolletas encendidas de manera permanente. En la medida en que el país se va desarrollando, esas familias van mejorando su nivel de vida y agregando refrigeradores, microondas, etc. El desafío entonces es estar preparados para que haya energía disponible para el consumo de los hogares, independiente de cómo evolucione la demanda energética.

Para lograrlo es fundamental, por una parte, la eficiencia energética. Queremos eficiencia energética de todas maneras, porque la energía más barata y más limpia es la que no se consume. En nuestros hogares queremos consumir la...

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