Japon y Corea del Sur: relaciones bilaterales y seguridad regional.

AuthorMaldonado M., Cristi

Numerosos autores han vaticinado que el siglo XXI será considerado como el >, en directa referencia a las posibilidades de que esta extensa región llegue a transformarse en motor de la actividad económica v de la política mundial. Dentro de este contexto, puede afirmarse que por su influencia en la seguridad regional, los países del Noreste Asiático. particularmente, China, Japón, Corea del Sur y Corea del Norte, desempeñan uno de los papeles más importantes dentro de la Cuenca del Pacífico. Pese a ciertos periodos críticos, la post Guerra Fría ha permitido profundizar el acercamiento y la cooperación entre estos actores, especialmente, entre Japón y Corea del Sur, lo cual ha potenciado el paulatino surgimiento de un régimen de seguridad entra ambos países.

**********

La siguiente investigación busca establecer que los actuales procesos de profundización de vínculos políticos y económicos entre Japón y Corea del Sur no solo favorece a la seguridad de ambos países sino también al subsistema regional del noreste de Asia, y al sistema global. En ese sentido, recurriendo a conceptos realistas, constructivistas y liberales, se pretende demostrar, que pese a las tensiones existentes y a una marcada contraposición de percepciones históricas, actualmente Japón y Corea del Sur se encuentran en un creciente proceso de acercamiento en materia de seguridad, que ha permitido en gran parte superar la inestabilidad regional. A su vez, los vínculos entre ellos se basan en una milenaria relación entre Japón y la península, que ha tenido pronunciados altibajos, pero no se ha interrumpido; y reflejan, en un ámbito más localizado, la evolución histórica del sistema internacional.

En términos específicos, es posible manifestar que el grado de acercamiento o de conflictividad entre Japón y la península coreana influye directamente en el grado de estabilidad o de inestabilidad del noreste de Asia, planteamiento básico que da pie para formular la siguiente hipótesis: el acercamiento en materia de seguridad entre Japón y Corea del Sur ha sido producto de sus respectivas alianzas bilaterales con los Estados Unidos y de la amenaza compartida que representa Corea del Norte para cada uno de ellos. Desde el fin de la Guerra Fría, este diálogo de seguridad ha permitido profundizar los vínculos políticos y económicos, y atenuar el conflicto histórico (el legado colonial, primordialmente) entre Corea del Sur y Japón, favoreciendo la emergencia de un subsistema de seguridad regional que ha contribuido finalmente a mantener los equilibrios estratégicos en el noreste de Asia.

Cabe mencionar que si bien la profundización de los vínculos políticos y económicos constituye una variable dependiente del diálogo de seguridad, en la medida en que ese proceso avanza, se ha ido transformando, en una causa adicional de dicho diálogo, tanto por sí misma como por su influencia en la atenuación del conflicto histórico entre ambas partes.

HACIA UNA COMUNIDAD DE SEGURIDAD

De acuerdo con la teoría de Barry Buzan sobre los Complejos de Seguridad Regional, puede sostenerse que la relación sistémica entre Corea del Sur y Japón se ha mantenido en el tiempo, porque no obstante su inestabilidad en ciertos periodos históricos, se basa en la capacidad de interacción. A su vez, esta capacidad de interacción puede estructurarse de acuerdo con lo que este mismo autor denomina >. Según la definición original de Buzan, los Complejos de Seguridad Regional son > (1). El sistema Corea del Sur-Japón responde adecuadamente a esta definición. Al mismo tiempo, dentro de cada complejo, la interdependencia en seguridad puede ser negativa, a través de la formación de conflictos, o positiva, es decir, progresar hacia un régimen o comunidad de seguridad. El sistema Corea del Sur-Japón ha evolucionado por ambos tipos de lógica. La forma más común de interacción ha sido la rivalidad o la búsqueda de alguna forma de equilibrio de poder, producto de la estructura anárquica de todo complejo. Sin embargo, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, en los Estados Unidos, la dependencia mutua de ambas partes en materia de seguridad introdujo una transformación interna que en el actual período de post Guerra Fría ha permitido echar las bases de un incipiente régimen de seguridad.

Por otro lado, y desde un punto de vista constructivista, las nuevas dinámicas de interacción generadas dentro del sistema Corea del Sur-Japón a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, también han posibilitado una paulatina transformación de las respectivas identidades nacionales, permitiendo el paso de una lógica de oposición a una de cooperación. Ello ha sido potenciado no sólo por la dependencia de ambos de los Estados Unidos sino que, particularmente desde el fin de la Guerra Fría, por la similitud de los principios que subyacen sus sistemas político y económico: la democracia y el libre mercado. De ese modo, los vínculos entre ambos han entrado a multiplicarse, e igual cosa ha sucedido con los agentes que protagonizan esas interacciones, más allá de las respectivas esferas estatales. Desde una perspectiva liberal, los costos de un conflicto entre Japón y Corea del Sur resultan muy superiores a los beneficios de solucionarlos por vía de la negociación, asunto que de cuando en cuando refleja su plausibilidad en el caso específico y no resuelto del disputado islote Tokdo (en coreano) o Takeshima (en japonés).

RELACIONES POLÍTICO-ECONÓMICAS POST GUERRA FRÍA

La desintegración de la Unión Soviética implicó el fin de la estructura bipolar del sistema internacional, alterando las dinámicas regionales en el noreste de Asia. Unido a la apertura de China, lo anterior significó la supresión de la amenaza comunista y su reemplazo por un deseo compartido de mantener la estabilidad regional. Sin embargo, en un principio las relaciones de seguridad entre Japón y Corea del Sur se mantuvieron dentro del esquema acostumbrado debido a la persistencia del régimen de Kim II Sung en Corea del Norte. De ese modo, ambos países juzgaron necesario continuar sus alianzas bilaterales con los Estados Unidos, en el entendido de que tales mecanismos habían contribuido a evitar las confrontaciones en el noreste de Asia, y en la península coreana en particular. No obstante, la primacía de esta visión de balance realista no impidió que más tarde se desplegaran importantes esfuerzos de cooperación en el campo político y económico, que han influido en el desarrollo del diálogo de seguridad entre ambos. Por otro lado, no hay que menospreciar el impacto que provocan las diferentes interpretaciones sobre el pasado reciente, al punto de que en cierto sentido condicionan aquel diálogo y las relaciones bilaterales en general.

Durante los primeros años de la post Guerra Fría, los vínculos políticos y económicos entre Japón y Corea del Sur no experimentaron cambios significativos. Incluso tendieron a resentirse debido al acercamiento paralelo que el gobierno japonés inició con Corea del Norte. Para el entonces presidente surcoreano, Roh Tae Woo, la actitud japonesa indicaba un posible trato preferencial hacia Corea del Norte, que amenazaba con incluir compensaciones de guerra superiores a las que Corea del Sur había logrado con Japón. No obstante, las sospechas respecto del desarrollo de armas nucleares en el Norte llevaron a que este último país tomara en cuenta las preocupaciones del Sur, comprometiéndose a no normalizar relaciones con el primero sin considerar las opiniones del segundo, política que el MOFA (Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón) denominó renkei (2).

La llegada de Kim Young Sam al poder, en 1993, puso a Corea del Sur en el camino del mercado global y de la democracia liberal. El primer presidente sin pasado militar desde 1960 dio inicio a una >, en donde > (3). En cambio, Japón, en medio de una fuerte recesión económica, tuvo que enfrentar por primera vez una severa inestabilidad política, ejemplificada por la pérdida de las elecciones de 1993 por el partido liberal demócrata.

La crisis nuclear desatada por Corea del Norte en 1994 puso a ambos países en la necesidad de profundizar sus vínculos. Desde esa fecha, Japón ha expresado un fuerte apoyo a Corea del Sur, incrementando el número de encuentros bilaterales, aunque dentro del patrón triangular de seguridad establecido con los Estados Unidos En una visita realizada a Tokio en 1995, el presidente Kim Young Sam expresó interés por establecer una relación bilateral >, que no estuviera solo concentrada en temas de seguridad. Al mismo tiempo, agregó la necesidad de que las relaciones económicas entre ambos apliquen una lógica económica y no política, en alusión a la > que ejercen las...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT