Report No. 31 (1996) IACHR. Case No. 10.526 (Guatemala)

Case Number10.526
Year1996
Report Number31
Respondent StateGuatemala
Case TypeMerits
CourtInter-American Comission of Human Rights
Alleged VictimDiana Ortíz

INFORME N° 31/96
CASO 10.526
GUATEMALA
16 de octubre de 1996

1. La peticionaria, Dianna Ortiz, ciudadana estadounidense y monja de la orden católica de las Ursulinas, alega que en noviembre de 1989 fue secuestrada, conducida a un centro de detención clandestino y torturada en Guatemala por agentes del Gobierno. Alega que se violaron varios de los artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (la "Convención"). La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (la "Comisión"), basándose en la información presentada y su investigación y análisis del caso, concluye que el Gobierno de Guatemala ha violado las disposiciones de los artículos 1, 5, 7, 8, 11, 12, 16 y 25 de la Convención.

I. ANTECEDENTES

2. En las declaraciones de la Hermana Ortiz constan las alegaciones de los hechos ocurridos en este caso, que se describen a continuación, seguidas por una descripción sucinta del procedimiento ante la Comisión. En la Sección II consta el análisis hecho por la Comisión sobre la admisibilidad y los méritos del caso.

A. Alegaciones de hechos que constan en las declaraciones de Dianna Ortiz

3. El 18 de abril de 1990, la Comisión abrió el caso No. 10.526, basándose en las declaraciones presentadas por la peticionaria Dianna Ortiz de que había sido secuestrada y torturada por agentes del Gobierno de Guatemala. Según lo que consta en las declaraciones de la Hermana Ortiz, en septiembre de 1987 se trasladó por primera vez a Guatemala, para unirse a varias monjas que estaban en el país desde hacía un año dedicadas a trabajar con las poblaciones indígenas de San Miguel Acatán y otras pequeñas aldeas del departamento de Huehuetenango.

4. En las postrimerías del año 1988, el Obispo de Huehuetenango recibió un documento anónimo escrito a máquina en el cual se acusaba a la Hermana Ortiz y a las demás monjas que estaban en San Miguel de tener planes para reunirse con elementos "subversivos". A comienzos de 1989, la Hermana Ortiz comenzó a recibir directamente amenazas anónimas escritas. Entre enero y marzo de 1989 recibió tres cartas de amenaza. Una de las cartas fue deslizada bajo su puerta, otra enviada por correo, y la tercera depositada debajo del limpiaparabrisas de su vehículo. Dos de las cartas estaban dirigidas a la "Madre Dianna". En dichas cartas se le advertía que estaba en peligro y que debía salir del país.

5. En julio de 1989, la Hermana Ortiz se trasladó a la Ciudad de Guatemala para estudiar español. Durante el mes en que estuvo asistiendo a clases en la escuela de idiomas, hubo una huelga de docentes en Guatemala. En una ocasión, mientras caminaba a la escuela cerca de la plaza principal, en la que se realizaban las demostraciones frente al Palacio de Gobierno, vio varias personas que conocía y se detuvo a conversar con ellas. Algunos días después fue abordada por un desconocido en la calle cerca de la casa en que se alojaba. El hombre se dirigió a ella de la manera siguiente: "Sabemos quién es usted. Usted está trabajando en Huehuetenango". El hombre le dijo a la Hermana Ortiz que saliera del país.

6. Después de este hecho, el 15 de julio de 1989 la Hermana Ortiz salió de Guatemala en una vacación no planeada y regresó el 18 de septiembre de 1989. El 13 de octubre de 1989, cuando estaba en la Ciudad de Guatemala, recibió otra amenaza de muerte en una carta que fue depositada en el buzón de la casa en que estaba hospedada. Ésta estaba compuesta con palabras que habían sido formadas por letras recortadas de revistas y periódicos. La carta decía: "Eliminar a Dianna, asesinar, decapitar, violar. Salir del país". Después de recibir la carta, la Hermana Ortiz regresó a San Miguel. El 17 de octubre de 1989, recibió otra carta en San Miguel, que decía: "Es peligroso para tí aquí, el ejército sabe que estás aquí. Abandona el país." La Hermana Ortiz decidió refugiarse en la Posada de Belén, un centro religioso situado en Antigua.

7. Según sus declaraciones, la Hermana Ortiz fue secuestrada de los jardines de la Posada de Belén el 2 de noviembre de 1989. Otra carta de amenaza había sido enviada a la Posada de Belén antes de su llegada, que nunca recibió.

8. Según narra los hechos la Hermana Ortiz, el 2 de noviembre pidió a un guardián que le abriera el portón de los jardines, que están cercados. Había estado sola en los jardines durante unos diez minutos, cuando sintió que un hombre posaba una mano en su hombro. "Hola, mi querida", le dijo, y la Hermana Ortiz reconoció la voz del hombre que la había abordado en la calle cuatro meses atrás. La Hermana Ortiz trató de alejarse, pero el hombre la tomó del brazo. En ese momento, se dio cuenta de que había dos hombres en los jardines. El primero, a quien ella había reconocido y que según parecía estaba a cargo, insistió en que los acompañara. Después de una breve lucha, el primer hombre le mostró un revólver que tenía escondido en su chaqueta.

9. Los dos hombres obligaron a la Hermana Ortiz a caminar con ellos hasta el fondo de los jardines de la Posada de Belén, donde había una apertura en la pared que los circunda. Los dos hombres salieron de los jardines con la Hermana Ortiz y caminaron por el lecho seco de un río hasta que llegaron a la calle que conduce a las afueras de Antigua.

10. Los dos hombres obligaron a la Hermana Ortiz a subir a un ómnibus público. El primero le mostró una granada que tenía en el bolsillo de su chaqueta y le advirtió que si trataba de escapar habría muchas víctimas inocentes. Los dos hombres, y la Hermana Ortiz, descendieron del ómnibus en la proximidad de un cartel que indicaba la dirección a Mixco, un pueblo próximo a Ciudad de Guatemala.

11. Según las declaraciones de la Hermana Ortiz, caminaron por un camino de tierra hasta que llegaron a un automóvil patrullero, color blanco, de la Policía Nacional. El primer hombre se adelantó y conversó con el conductor del vehículo, un policía uniformado. Le vendaron los ojos a la Hermana Ortiz y la hicieron sentar en el asiento de atrás del patrullero. Los dos hombres también subieron al automóvil. El policía les comentó a los hombres: "veo que tuvieron éxito en la excursión".

12. La Hermana Ortiz fue conducida en el automóvil hasta un edificio con aspecto de depósito, donde escuchó los gritos de una mujer y los quejidos de un hombre. Se la escoltó hasta un cuarto y la sentaron en una silla. El policía y los dos hombres que la habían secuestrado salieron del cuarto y, después de varias horas, el segundo hombre que había participado en su secuestro en los jardines, entró al cuarto y le volvió a vendar los ojos. Otros dos hombres entraron al cuarto y la Hermana Ortiz reconoció las voces del policía y del primer hombre que la había capturado en los jardines. Según las declaraciones de la Hermana Ortiz, los hombres le quitaron algunas de sus ropas y comenzaron a tocarla.

13. Entonces, el hombre que la había abordado por primera vez, dijo: "Dejemos eso para después, primero tenemos que terminar los negocios". Le dijo que iban a participar en un juego. Que si contestaba de manera satisfactoria para ellos, la dejarían fumar; en cambio, la quemarían con un cigarrillo si sus respuestas no eran de su gusto.

14. Los hombres le preguntaron su nombre, dónde vivía, en qué trabajaba, y si conocía elementos subversivos. Después de cada pregunta, independientemente de su contestación, la quemaban con un cigarrillo. Le hicieron las mismas preguntas en forma repetida y la quemaron una y otra vez.

15. En cierto momento detuvieron el interrogatorio y le quitaron la venda. Le mostraron algunas fotografías de ella tomadas en distintas partes del país y otras de personas indígenas. En una de las fotografías había un hombre con un arma, y en otra una mujer con cabello negro largo que también tenía un arma en sus manos. Según insistieron, la Hermana Ortiz era la mujer indígena que aparecía en la fotografía y los indígenas eran elementos subversivos.

16. Uno de los hombres volvió a colocar la venda a la Hermana Ortiz y alguien la golpeó en la cara con tanta fuerza que cayó al piso. Dos de los hombres la alzaron hasta sentarla y le quitaron el resto de sus ropas. Según las declaraciones de la Hermana Ortiz, los hombres comenzaron a abusar de ella sexualmente y la violaron varias veces. Le dijeron que dejarían de hacerlo si ella les decía los nombres de las personas que aparecían en las fotografías y de sus contactos. La Hermana Ortiz se desmayó.

17. La Hermana Ortiz declara que en un momento dado recuperó el conocimiento y comprobó que la habían atado de las muñecas a un sostén por encima de su cabeza. Le pareció que estaba en un patio. El policía uniformado le volvió a hacer preguntas sobre las personas que aparecían en las fotografías y la violó. Entonces ella sintió que varias personas movían una loza pesada en el piso. La bajaron a un foso lleno de cuerpos y de ratas y la Hermana Ortiz se volvió a desmayar. Cuando despertó estaba en el suelo y los hombres habían comenzado otra vez a abusar de ella sexualmente.

18. Más tarde la Hermana Ortiz fue trasladada de nuevo al cuarto, donde se reanudó el interrogatorio. Sus secuestradores la sujetaron contra el piso y la volvieron a violar. Entonces, alguien dijo: "Alejandro, vén y diviértete". El hombre que acababa de entrar al cuarto contestó con una imprecación en inglés y después comenzó a hablar en español y les dijo a los hombres que la Hermana Ortiz era una ciudadana americana y que la debían dejar en paz. Les anunció que la prensa ya había publicado el caso. Ordenó a los hombres que salieran del cuarto y ayudó a la Hermana Ortiz a vestirse.

19. "Alejandro" llevó a la Hermana Ortiz fuera del edificio y salió con ella en automóvil de un garaje anexo. Mientras salían, le pidió disculpas varias veces y le dijo que todo había sido un error, que la habían confundido con otra persona. También le dijo que habían tratado de evitar la...

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