La Influencia Del Culto A Los Orishas En La Patrimonialización Del Central Méjico (Matanzas)

DOIhttps://doi.org/10.13169/intejcubastud.8.2.0329
Published date01 December 2016
Date01 December 2016
Pages329-352
AuthorMaxime Toutain
Subject Matterculto a los Orishas,Palo-Monte,esclavitud,patrimonio,ingenio
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ACADEMIC ARTICLES
LA INFLUENCIA DEL CULTO A LOS ORISHAS
EN LA PATRIMONIALIZACIÓN DEL
CENTRAL MÉJICO (MATANZAS)
Maxime Toutain
University of Toulouse, France
Resumen
Hace más de veinte años que se celebra cada 21 de agosto, en el antiguo ingenio Álava
– hoy Central Méjico – el ‘Día del Alavense Ausente’, una fiesta patrimonial donde se
recuerda el pasado esclavista local. A lo largo del día y en sus diferentes actividades se
nota la presencia del hecho religioso de origen africano, y en particular del culto a los
orishas. De hecho, varias reliquias, llamadas ‘santo parado’ se encuentran dentro del
antiguo barracón, siendo la más venerada un muñeco de madera del orisha Elegguá.
Estas reliquias aún se integran a la práctica de los religiosos del Central, quienes
reivindican una continuidad con los esclavos que las trajeron desde África. Pero el culto
tal y como se practica hoy no es endémico, sino que fue importado de centros urbanos
como La Habana desde la primera mitad del siglo XX. Además, casi solo es evocado el
culto a los orishas, a pesar de que se constata que los habitantes tienen una práctica
diversificada, pasando sin contradicción, de éste a otros cultos como el Palo-Monte y
el espiritismo ‘cruzado’. Este artículo propone, basándose en datos etnográficos, un
análisis de la dinámica patrimonial, preguntándose cuáles son los mecanismos que
permiten erigir al culto a los orishas como una herencia valorizada de los esclavos.
Palabras claves: culto a los Orishas, Palo-Monte, esclavitud, patrimonio, ingenio
El Central Méjico es una localidad de 2700 habitantes ubicado en el municipio
de Colón, provincia de Matanzas. Este lugar se compone de una Unidad
Empresarial Básica (UEB) de la Azcuba y de su batey, es decir una zona residen-
cial que es uno de los diez Consejos Populares existentes en este municipio.1 Este
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InternatIonal Journal of Cuban StudIeS 8.2 WInter 2016
antiguo ingenio fue inaugurado por Ignacio Mendiola, el 21 de agosto 1836, con
el nombre de Regalado. Diez años después, fue comprado por Don Julián de
Zulueta y Amondo (1814–1878). Este vasco construyó su fortuna no sólo con el
azúcar sino también con la trata clandestina de esclavos (Cruz 2007; Thomas
[1997] 2006). Zulueta inició obras para modernizar el ingenio y volvió a bau-
tizarlo Álava en homenaje a su región natal. Además de la introducción de la
máquina de vapor, edificó en 1851 un nuevo barracón de mampostería donde
fueron encerrados hasta 700 esclavos. Hoy todavía este edificio está en pie
debido a su rehabilitación como vivienda al abolirse la esclavitud. Gracias a esta
circunstancia la edificación ha llegado a nuestros días en un extraordinario
estado de conservación: lo que incluye la torre-campanario que ritmó los traba-
jos y dos cepos usados para administrar los castigos. Caso único en Cuba, el
barracón es una evocación permanente a la violencia del sistema esclavista.
Cada 21 de agosto, fecha aniversario de la fundación del ingenio, dos herma-
nos historiadores aficionados, Anselmo y Eneyda Villegas Zulueta, organizan
una fiesta patrimonial llamada Día del Alavense Ausente. Esta fiesta es ‘un hom-
enaje y tributo a los esclavos que hubo en Álava en la cual se emplean los resul-
tados de investigación del proyecto Tras las huellas de Nuestros Ancestros para
realizar con estos el trabajo social comunitario’.2 Este proyecto, también creado
por los Villegas Zulueta, incluye no sólo la fiesta patrimonial sino también la
gestión de un museo situado en la entrada del barracón, y, sobre todo, la pro-
moción de la historiografía del pasado esclavista de este antiguo ingenio al nivel
nacional e internacional. Los Villegas Zulueta participan en eventos científicos y
en el programa de la UNESCO La Ruta del Esclavo. Así, yo mismo, conocí al
central Méjico y a su patrimonio durante su ponencia del 6 de enero 2013, en el
marco del 17mo Taller de antropología social y cultural afroamericana celeb-
rado en la Casa de África.
Esta voluntad de visibilizar el patrimonio del central Méjico motiva, a su vez,
un proyecto turístico que nació en 2012 en la Filial Universitaria Municipal
(FUM) de Colón bajo el impulso de Eneyda Villegas Zulueta y la responsabili-
dad de Carlos Alberto Sosa Fuentes y Gloria de la Concepción Hernández Pérez,
respectivamente profesores de Estudios Socioculturales y Contabilidad y
Finanzas. Este proyecto tiene como objetivo establecer un turismo cultural con
el fin de crear empleos y favorecer el desarrollo económico local. Pero este
proyecto turístico no se basa solamente en el patrimonio histórico del central
Méjico, sino también en su herencia religiosa.
En efecto, toda la particularidad del Central Méjico es que, dentro del bar-
racón, están enterrados numerosos ‘asientos de santo’, llamados ‘santos para-
dos’. Son piedras consagradas por esclavos del ingenio a divinidades de origen
africano: los orishas. Una decena de ellas están distribuidas dentro del barracón

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